~PDV ALAIN~
No podía entender porqué Oleic estaba tan alborotado esta mañana, podía sentir como mi lobo interior estaba inquieto; algo iba a pasar, de eso estaba seguro.
Los asuntos de nuestra manada estaban bien por el momento, había conseguido mantener a raya a las manadas enemigas Red Moon y Black Moon.
Los lobos de mi manada se movían tranquilos y se camuflaban bastante bien entre los humanos, no había advertencia de que pudiéramos ser descubiertos.
—¿Qué te pasa Oleic...? —pregunté abriendo una conexión mientras me hallaba en el sillón de mi estudio.
—¿Eres estúpido o te haces...? —preguntó en un tono irónico.
—¿Estás de gracioso hoy...? Si no me tratas bien no saldré de la casa en todo el día. —Lo amenacé, sabía que no le gustaba estar encerrado sobre todo estando nuestra matte afuera.
—Tu ganas. —dijo con una voz derrotada—. Ella está cerca.
—¿Quién está cerca...? —No lograba entender a lo que se refería.
—No quieres que te agreda Alain, pero eres más estúpido de lo que aparentas... ¿O será que tanta melena no deja entrar el oxígeno a tu cerebro...?
—Oleic me estás cabreando. —Le advertí. Generalmente nos llevábamos bien, pero este último tiempo a estado mucho más desesperado por encontrar a nuestra matte que ha hecho que me irrite por cualquier cosa.
—Nuestra matte está cerca, cierra los ojos y trata de sentirla. —Cerré los ojos como me indicó pero no pude sentir nada.
—Esto debe ser una broma...
—No te estas concentrando, pon un poco de esfuerzo, por favor. —No podía negarme a su petición luego de que lo pidiera de esa manera.
Cerré los ojos, traté de poner mi mente en blanco y de sincronizar mi alma con la de Oleic. El silencio y la tranquilidad se apoderó de mi cuerpo. Se mantuvo así por unos segundos, cuando de repente empecé a escuchar un débil latido y un exquisito olor a jazmín.
—¡La siento! —dije emocionado—. ¡Ella está aquí!.
—¡Tienes que buscarla! Llevo muchas vidas separada de ella. —Me dio pena escucharlo.
—Está bien, termino unos papeles acá y salgo a buscarla. —dije y luego cerré la conexión.
Sentí mucha tristeza y desesperación en lo que Oleic me dijo, así que a penas terminé el papelerío salí un rato por la ciudad a buscarla.
Anduve en el auto dando unas vueltas y nada, así que lo dejé estacionado en una plaza mientras yo me senté para tratar de relajarme y ver si me podía conectar de nuevo. Cerré los ojos y calme mi respiración, pasaron unos minutos hasta que todo el bullicio desapareció, entonces, la encontré: un débil rastro de ese magnífico perfume a jazmín.
Caminé por unas cuántas cuadras sin sentido, sólo guiándome por ese perfume. A veces llegaba a callejones donde perdía su olor, pero me concentraba y lo volvía a seguir. La gente me miraba con desconfianza y otros con asombro, creo que es porque no hay muchas personas de 2,10 metros por aquí.
Seguí caminando hasta que el olor se intensificó frente a una universidad. Me dispuse a entrar pero sería demasiado sospechoso, que un hombre a mi edad entrara ahí como si nada; no porque fuera viejo, estaba en mis treinta años, pero sentía que iba a desencajar. Decidí esperar afuera un rato.
—¡Está ahí dentro! Puedo sentirla. —dijo Oleic.
—Lo sé, el perfume a jazmín me está matando, siento que voy a explotar si no la veo y la marco, pero tenemos que esperar. —Yo también ya me estaba impacientando.
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Un Error de la Luna (+18)
WerewolfLúa no es una chica común, ella es descendiente de divinidades y solo busca su placer por el mundo. Es una joven libre. Mi primer libro sobre hombres lobos con el inconfundible e infaltable toque de romance. La historia posee contenido adulto, y que...