~PDV LOWELL~
La noche iba genial, luego de que Akasma se disculpara alrededor de veinte veces con Lúa por ser demasiada cariñosa conmigo pudimos salir a recorrer los alrededores. La manada Red Moon de noche y con nieve era sumamente encantadora.
—Todo es hermoso. —dijo tomando mi mano.
—Todo esto es tuyo. —dije sosteniendo su mentón para verla directo a los ojos, y ella simplemente miró para otro lado—. ¿Pasa algo? —pregunté preocupado.
—¿Sucedió algo entre Inna y tú? —Soltó con esa naturalidad tan especial que sólo a ella la hacía única.
—Me tomas por sorpresa. —Traté de desviar la conversación, no entendía porqué quería saberlo.
—Si no me lo dices tú, sabes que lograré a través de medios muy efectivos que los pájaros canten. —Sabía que hablaba en serio.
—Fue sólo una vez. —Terminé por soltarlo. La expresión de su mirada no fue de sorpresa, más bien resignación—. Nos sentemos, te lo contaré.
(Alrededor de 20 años atrás)
Conocí a Inna cuando tenía alrededor de quince años en la escuela de la manada. Yo era consciente de que sería el próximo alpha por lo que en ese entonces poseía un cuerpo bastante desarrollado y me juntaba con malas personas.
Inna, por el contrario, siempre fue una persona tímida y retraída, la única con ese color de cabello en la manada, por lo que fue el blanco de las burlas.
Un día, por accidente, al entrar a la biblioteca a buscar un libro para una de mis clases, me topé con un pasillo oculto. Me adentré porque sentí un sollozo, grande fue mi sorpresa cuando la vi encogida con sus rodillas sobre su pecho y su largo cabello rojo cubriendo su rostro.
Sin querer me acerqué hasta ella y unas ganas inmensas de protegerla se apoderaron de mi cuerpo, aún sabiendo que ella no era mi matte. La tomé entre mis brazos mientras me sentaba junto a ella y la dejé que descargara todo lo que tenía contenido, yo sólo estuve ahí en silencio para ella.
En ese momento en que Inna estaba tan vulnerable se veía realmente hermosa. Fue la primera vez que pensé que realmente ella era la única que representaba a la manada Red Moon.
—Vuélvete más fuerte. —Pensé en un susurro que ella escuchó y al levantar su rostro nuestras miradas se hallaron por primera vez y sin pensarlo la besé.
Sus labios tenían esa mezcla de sabor a angustia, timidez y amor. El beso que ella me dio fue uno casto, lleno de amor y cariño, mientras que el mío estaba repleto de ansiedad, de protección y de culpa. Culpa porque yo sabía que no era mi alma gemela, sabía que esto nos haría daño a los dos, pero esa tarde no importó, sólo por ese instante jugaría a que nuestras almas estaban destinadas.
Al día siguiente Inna trató de hablarme pero la ignoré, yo había hecho de cuenta que nunca había ocurrido nada. El dolor y la rabia se reflejaron en sus ojos, lo sabía, ese era el precio que debería pagar por mis acciones.
Después de que las clases terminaran ese año, sus padres pidieron permiso a mi padre para viajar, allí le perdí el rastro, hasta hace poco.
Hace un año ya había asumido mi puesto como alpha, pero el puesto de betta estaba vacante. La regla era fácil, tenían que lograr que al menos una vez tocara el suelo en una pelea de cuerpo a cuerpo, no importaba si era hombre o mujer.
Las mujeres no se presentaban en las luchas, sólo eran hombres. Un día un joven apareció diciendo que quería ser el betta de la gran manada Red Moon, pero que no daría a conocer su rostro hasta que su alpha estuviera tres veces en el suelo.
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Un Error de la Luna (+18)
WerewolfLúa no es una chica común, ella es descendiente de divinidades y solo busca su placer por el mundo. Es una joven libre. Mi primer libro sobre hombres lobos con el inconfundible e infaltable toque de romance. La historia posee contenido adulto, y que...