~PDV LÚA~
Ni loca pensaba quedarme con el maniático de Alain. Su presencia solo me había confundido, él despertaba sentimiento en mí que yo desconocía, pero había algo, que desde que lo conocí hacía que quisiera huir.
Desde que volví a casa tuve que recibir continuas visitas de su parte e incesantes llamadas.
Con Aine estuvimos planificando nuestra escapada, tendríamos que ser sumamente cuidadosas, ya que si Alain se percataba de algo o lo sospechaba, estaba segura de que me mantendría prisionera en su casa. No es algo que me molestaría del todo estar con semejante hombre sexy, pero aún era muy joven para vivir encerrada.
—¿Dónde planeas que iremos? —Me sacó de mis pensamientos Aine.
—Me da igual cualquier lugar en el mundo. —respondí mirando la pantalla de la computadora.
—¡Así no ayudas Lúa! —Me gritó mientras me lanzaba con una de mis almohadas.
—De acuerdo... de acuerdo...Veamos. —dije colocando mi mano en mi barbilla—. Me gustaría ir a una playa. —Y ella inmediatamente googleó en la computadora para ver que aparecía.
Estuvimos viendo varios lugares, pero ninguno lograba llamar mi atención, por lo que ella eligió. De entre todas las playas escogió que iríamos a las Islas Cook en nueva Zelanda.
—¡Muy bien! —gritó emocionada—. Iremos a este sitio, así que prepara tu traje de baño.
Luego de una tarde maravillosa con mi amiga, armamos una lista de las cosas que necesitaríamos y de lo que haríamos.
—¡Lúa... tu amigo está acá! —gritó mi madre anunciando la llegada de Alain, para colmo Aine ya se había marchado, así que tocaba atender al grandulón sola.
La verdad había sido algo complejo explicar el porque de sus visitas, pero el se encargó de todo.
—¡Qué pase el idiota! —grité desde mi habitación, la verdad es que no tenía ganas de verlo pero lo extrañaba.
—Buenas noches señora, hoy se ve tan bella como siempre. —dijo besando la mano de mi madre.
—Deja de alagarme siempre Alain, que me pondré colorada. —Le contestó ella entre risas—. Vamos, ve... ella se encuentra arriba. —Y lo empujó hacia las escaleras.
—Con permiso. —Se excusó y subió hasta mi cuarto.
Sabía que iba a subir pero no me di cuenta de cuando lo hizo, y me encontró de espaldas a la puerta arreglando mi pelo en una cola alta y un tanto desordenada. Me sujetó por detrás tomando mi cintura, mientras cerraba con su pie la puerta de mi cuarto para acto seguido besarme el cuello.
No podía reaccionar, su tacto electrizaba cada partícula de mi cuerpo, y sus besos, sólo Dios sabía cuánto me gustaban.
—¡Mía, y solamente mía...! —dijo mientras me besaba.
—¿No sabes decir otra cosa al verme...? —Y lo empujé para tratar de separarlo de mi, pero su agarre fue más fuerte.
—Tengo que afirmarlo para que todos escuchen. —Me miró fijo.
—¿Pero si estamos solos en la habitación...?
—¿Quién sabe...? —dijo encogiéndose de hombros—. ¿Cómo te sientes el día de hoy? —preguntó mientras pasaba su lengua por el lugar en el cual me había mordido.
—Bien, ya no me duele tanto. —Al instante me arrepentí de haberlo dicho.
—¡Perfecto! Mañana te vendrás a vivir conmigo.
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Un Error de la Luna (+18)
WerewolfLúa no es una chica común, ella es descendiente de divinidades y solo busca su placer por el mundo. Es una joven libre. Mi primer libro sobre hombres lobos con el inconfundible e infaltable toque de romance. La historia posee contenido adulto, y que...