~PDV LÚA~
Por fin aterrizamos y nos dirigimos al hotel de mi familia. La verdad es que París se queda corto con todo lo que dicen o lo que muestran, de verdad tienen que vivirlo en persona.
Aine sigue igual que en el viaje anterior, no hay francés que se salve de su vista. A veces pienso que mi amiga es una maldita pervertida, pero después recuerdo que lo es y se me pasa.
Luego de que nos acomodamos en el hotel y pasamos por lo mismo cuando digo mi apellido, decido salir sola, necesito saber que es lo que tanto les gusta a los hombres sobre los hombres lobos y todo eso, por lo que salgo en búsqueda de una biblioteca.
Prefiero no pedir un auto y recorrer las calles a pie, es mejor para admirar el paisaje que me rodea.
Tras varios metros recorridos encuentro por fin una biblioteca y llega hasta mi un intenso olor a frutillas, pero trato de ignorarlo ya que las últimas dos veces que sentí un fuerte aroma no salió nada bueno de eso.
Al recordarlo me pregunto que será de Alain, lo extraño mucho, extraño sus abrazos, sus besos, sus caricias, su mirada; pero me es inevitable también extrañar a Lowell, su cuerpo, su risa, sus besos, su intensidad. No sé que mierda me está pasando, pero si no lo averiguo ahora terminaré por volverme loca.
Tomé coraje y entré a la biblioteca ignorando mi necesidad de seguir aquél rastro de perfume. Me dirigí hasta la sección de fantasía que me indicó la bibliotecaria y tomé del estante todos los libros que creo que me servirían y me dirijo a una mesa sin prestar demasiada atención.
Mientras más leo más me sorprendo y mi asombro no deja de crecer. Todo esto es pura fantasía pero no puedo evitar pensar que muchas de estas cosas las he vivido en primera persona con Alain y Lowell.
—¡Mía! —Escucho la voz fuerte y segura de un hombre muy cerca de dónde yo estoy, y al levantar la vista de mis libro no podía creer lo que estaba viendo.
Delante de mi se hallaba un joven muy apuesto con un libro en la mano. Se nota, a pesar de estar sentado, que es alto; el ancho de sus hombros me deja adivinar lo amplia que es su espalda. Su cabello ligeramente recortado hace juego con su barba y su cara termina de enmarcarse con unos lentes grandes de marco negro. ¡Oh sí! Acabo de encontrar un hombre perfecto.
—Mía es lo que dicen al encontrar su matte. —Me vuelve a hablar dejándome como una tarada ante su respuesta.
—¿Perdona? —Lo interrogo más a modo de disculpa que de otra cosa.
—Es por el libro que tienes, ya lo leí. Perdona mi nombre es Malik. —En ese instante morí de amor, y no fue hasta que lo vi removerse en su asiento que noté que el olor a frutilla provenía de él.
-—Lo siento, perdona mi falta de educación, mi nombre es Lúa. —Él me extiende su mano para saludarlo.
—Bueno y que te trae por aquí, además de los hombres lobos.
—Simple interés. —respondo un poco inquieta por su pregunta.
—Bueno, aquí no encontrarás nada. —afirmó y al levantarse dejó al descubierto su cuerpo que me excitó y de los nervios tiré un par de libros que cayeron sobre él y pareció retorcerse con un rostro sufriente.
—¡Perdón! No fue mi intención. —Y en un segundo estaba a su lado ayudándole.
—No tienes la culpa, no sabías que estaba lastimado.
—Te debo una, lo siento mucho.
—Bueno ahora que lo mencionas. —Se quedó pensando unos segundos—. ¿Me podrías acompañar hasta mi casa? —Me sonrió.
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Un Error de la Luna (+18)
WerewolfLúa no es una chica común, ella es descendiente de divinidades y solo busca su placer por el mundo. Es una joven libre. Mi primer libro sobre hombres lobos con el inconfundible e infaltable toque de romance. La historia posee contenido adulto, y que...