Un Error de la Luna (+18)

20- MONTANDO UN POCO DE LIBERTAD

~PDV LOWELL~

—¿Cómo es posible que ese tipo tan repulsivo halla adivinado nuestra ubicación tan rápido? —preguntó Los alterado, a punto de querer tomar el control.

—Hola hermosa, te dije que nos volveríamos a ver. —Sonrió mientras se acercaba lentamente a Lúa—. Lo que no esperaba era verte con el cavernícola de Lowell, ¿Tan rápido te has cansado de Alain?

—¿Y a ti qué carajos te importa? —contestó dejándome totalmente sorprendido, era algo que no esperaba—. ¿Cómo te lo explico para que entiendas? N-O  M-E  I-N-T-E-R-E-S-A-S.

—Cada palabra que dices me excitas más preciosa. —Sonrió de lado al decirlo.

—Lowell, sácala de aquí antes de que me transforme. —Los se estaba poniendo algo alterado.

Decidí tomarla sobre mis brazos y saltar para alejarme de allí lo más rápido posible. Sabía que Daren quería que reaccionara ante miles de personas, pero no lo lograría.

—Ella será mía, y lo saben. —susurró sabiendo que lo escucharía a pesar de la distancia.

~PDV LÚA~

No podía superar que ese estúpido ser volviera a arruinar mi cita, se había vuelto un ser despreciable para mi; aunque no sabía porque los chicos no lo querían.

—Lo siento pequeña loba. —Se lamentó Lowell al verme absorta en mis pensamientos.

—¿Y tú por qué te disculpas? —pregunté aún sabiendo el porqué de ello.

—Por ser un imbécil que no se dio cuenta de su presencia y por permitir que nos arruinara la cita. —Por primera vez podía ver en su cara una expresión triste.

—En realidad no tengo nada que disculparte, ninguno pensó que nos ubicaría tan pronto. —Me acerqué hasta él y le di un corto beso—. A demás la cita todavía no termina, aún no es de noche. —Le guiñe un ojo pícaramente.

—No podemos, no es seguro. Hay que decirle a los demás.

—Este podría ser nuestro primer secreto. —Al decirle eso su cara se encendió.

—Sólo por ésta vez. Nos vemos en media hora en la entrada del hotel. Ponte algo lindo. —Lo vi acercarse para darme un beso, pero sólo se limitó a susurrarme en el oído, haciendo que mis sentidos se vean afectados—. Te estaré esperando.

Volví al cuarto con el cuerpo temblando ante el susurro de Lowell. No era importante o intenso lo que dijo, pero la forma y la intensión que se escondían en sus palabras provocaron sensaciones que repercutieron en cada partícula de mi cuerpo.

—Lamento haberte alejado así. —Una voz sonó en mi cabeza.

—¿Oleic? —pregunté, aunque su voz no era como la recordaba, ésta tenía un poco más de picardía en ella.

—¿Con qué ese lobo mañoso se adelantó?

—¿Perdón?

—Lo siento Lúa, no soy Oleic, soy Los.

—Eres el lobo de Lowell. —afirmé.

—Sí. En realidad quería disculparme, porque fui yo quién le dijo a Lowell que te sacara de esa forma tan grotesca, pero si no lo hacía terminaría por transformarme en público.

—Veo que lo temperamental es de ambos. —Sonreí.

—Es algo que compartimos debido a nuestra conexión. Sólo quería asegurarme de que lo supieras, no quiero que sigas perdiendo el tiempo. Tienes que arreglarte. Espero poder sentir esta noche otra vez tus caricias.