Vida de colegio

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ADVERTENCIA: Los personajes de Candy Candy, son propiedad de Misuki e Igarashi, usados en este fic, sin fines de lucro.

Historia ficticia. Todos los personajes nuevos, son exclusiva invención de esta autora.

Notas de la autora:  No olviden dejar sus mensajitos.  Me gusta saber de sus opiniones y sugerencias, tienen ideas grandiosas, y yo quiero conocerlas.

Capítulo VI

Vida de colegio

Terry y Candy salieron de la rectoría tomados de la mano, todavía seguía siendo domingo y ellos ahora estaban autorizados por la hermana Grey, aunque a regañadientes, a continuar su noviazgo con la supervisión de las religiosas. A cada paso que daban, los chicos se encontraban con otras cuantas parejas que se sabía tenían una relación de noviazgo autorizado, la mayoría de ellos futuros matrimonios concertados por sus padres casi desde el día de su nacimiento, aunque tenían la ventaja de estar conociéndose en el colegio, aunque fuera solo los días domingo, ventaja... sí, porque aunque no lo creamos, existían muchos matrimonios en que la pareja se venía a ver por vez primera el mismo día de su boda. Otros cuantos tortolitos, como ellos mismos, que se sentían atraídos por su pareja ya que ni Candy ni Terry podían negar la gran atracción física que sentían el uno por el otro y también existía un tercer grupo, los que  tenían una relación de noviazgo donde ya los sentimientos mutuos estaban comprometidos, es decir, estaban enamorados, eran los que se veían más felices, así mismo como se miraban Candy y Terry... aunque ellos aún no definían su sentir

--Mira Candy, te fijas en todas las parejas que nos rodean-- dijo Terry atrayendo la atención de la pecosa

--Sí, eso mismo estaba mirando-- respondió Candy-- en este patio hay muchas parejas... no me lo esperaba

--Sucede que este patio interior es el único lugar donde se puede interactuar como novios, tomarse de las manos y compartir a un nivel más íntimo, siempre bajo las condiciones que imponen la moral y las buenas costumbres, sin olvidar la atenta mirada de las religiosas-- decía el castaño mientras se acercaban a un asiento que permanecía desocupado

--Pero Terry, yo creo que algunos no se ven muy felices-- Candy era muy perceptiva y aunque de lejos notaba la melancolía en algunas miradas

--Eso sucede, porque algunos de los aquí comprometidos, son por obligación-- dijo y Candy abrió sus ojos demostrando espanto-- no lo tomes como algo extraño pecosa, mira por ejeeeemplooooo... mmmm... esa pareja que está allá, bajo el nogal-- Terry dirigió la mirada hacia dos jóvenes, el chico era rubio y con porte de caballero, ella mucho más bajita que él y de facciones muy dulces, se podía ver que su conversación era amena, pero solo como dos conocidos, nada de romanticismo-- ellos son Anton, perteneciente a la nobleza francesa y Selena, una americana como tú, muy rica que con su dinero conquistó el corazón del padre de Anton, pero, ninguno de los chicos quiere ese compromiso. Los padres de Anton están en la ruina y la madre de Selena, sueña con pertenecer a la nobleza, del país que sea, pero ser noble...-- Terry se quedó cabizbajo por un momento y agregó-- si ellos no logran amarse o por lo menos estimarse, van a sufrir mucho si ese compromiso llega al altar

--Eso es muy triste Terry-- dijo Candy

--No te pongas triste Candy. Si bien Anton y Selena, son un ejemplo de los que no han logrado dar un paso más en sus sentimientos, hay otros que han tenido mejor suerte. Uno de los chicos que está al lado de mi habitación, que ahora no lo veo por aquí, se llama Milton, también fue comprometido por sus padres a un matrimonio arreglado, pero él y Minerva se comenzaron a entender aquí en el colegio y se enamoraron, y también estamos los que queremos a nuestras novias... como tú y yo-- dijo Terry con una mirada que hacía agua a la pecosa

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