Amor adolescente

El teatro, el hospital

ADVERTENCIA: Los personajes de Candy Candy, son propiedad de Misuki e Igarashi, usados en este fic, sin fines de lucro.

Historia ficticia. Todos los personajes nuevos, son exclusiva invención de esta autora.  Imagen de Loreley.

Capítulo XXXIII

El teatro, el hospital

Susana y la felicidad inusitada que mostraba a quienes la rodeaban, era simple y llanamente por una información que ella desconocía y que vino sin ninguna mala intención de parte de la gran amiga de su madre, Margareth Hathaway.

Por la mañana antes de salir para el teatro, su madre, Rita Marlow, recibió en su casa la visita de una preocupada señora Hathaway

--Buenos días Margareth-- saludaba extrañada la señora Marlow a su amiga

--Buenos días Rita, perdóname llegar y presentarme así en tú casa, pero...-- comenzó a explicar su visita la señora Hathaway mientras era amablemente dirigida al salón que estaba dispuesto para recibir visitas. Ella era una mujer muy empática, preocupada por sus semejantes, con mayor razón de sus cercanos-- pero anoche vi tan decaída a Susanita, quedé muy preocupada... tú me conoces, aquí me tienes

--Discúlpame tú a mi Margareth, realmente no esperaba tu visita, pero sabes que eres bienvenida cuando quieras-- Rita y Margareth habían hecho crecer una muy bonita amistad entre ellas, desde que se conocieron por la insistencia de Susana de ser actriz. Tenían a lo menos tres años de entrañable amistad y compañía

--Pero dime Rita, mi apreciación sobre el ánimo de Susanita es correcta o no-- la mujer realmente estimaba a la chica, y conocía de sus altibajos

--Sucede que lo que ella vivió el día de ayer, la puso algo agitada-- comenzó a relatar Rita una vez se acomodaron en el salón-- tú percepción es exacta Margareth, mi niña llegó muy triste...

--¿Pero qué pudo suceder que la puso así? Que yo sepa en el teatro no hubo nada fuera de lo normal, es más, Robert me comentó que tu hija ya tenía casi dominado el parlamento de Julieta que era en parte lo que los había estado atrasando -- decía la mujer tomando las manos de Rita para darle apoyo, ya que la veía muy complicada con su hija

--Sabes, te voy a contar-- decidió la mujer-- tú eres mi amiga y mereces toda mi confianza-- Rita se levantó para cerrar la puerta, no sin antes mirar que no hubiesen oídos curiosos cerca de ahí y así quedar aisladas del fisgoneo de la servidumbre

--Dime Rita, me estás preocupando...

--Bueno Margareth, mi niña... mi Susana, cuando regresó del viaje que hicieron a Londres en enero del año pasado ¿lo recuerdas?

--Sí, a la Academia de Arte Dramático-- afirmó la Hathaway-- según me dijo Robert, fue muy beneficioso y enriquecedor para los que tuvieron la oportunidad de conocer la academia y el trabajo que allí se hace

--Bien, ella llegó muy triste, una por no ser la elegida para quedarse allá y aprender y lo segundo es que volvió locamente enamorada de uno de los actores que conoció en esa ciudad--- comenzó a contarle Rita a su amiga y al ver que no comentaba nada, continuó-- luego se supo quien había sido el actor inglés escogido para hacer el papel de Romeo y mi niña volvió a la vida...

--¡Terius!-- exclamó Margareth colocándose de pié de un salto-- Susana está enamorada de Terius...

--Sí. ¿Tú lo conoces?-- quiso saber Rita, ya que la actitud de Margareth así lo indicaba