ADVERTENCIA: Los personajes de Candy Candy, son propiedad de Misuki e Igarashi, usados en este fic, sin fines de lucro.
Historia ficticia. Todos los personajes nuevos, son exclusiva invención de esta autora.
Notas de la autora: Ya solo quedan 12 capítulos. Dejen sus comentarios, recuerden que son algo así como el aire para quienes escribimos.
Capítulo XXXVIII
Comenzando un nuevo año
Llegó el día en que los voluntarios de la cruz roja en América comienzan a viajar a Francia para prestar apoyo a los hospitales de campaña y los grandes nosocomios en las ciudades, lugares donde se trabajaba de sol a sol y aún más si era posible, tratando de salvar las vidas de los heridos que la guerra estaba dejando a su paso.
Michael Blanc, nunca se había cuestionado tanto su deseo de ser médico militar. En un comienzo cuando la guerra dio inicio, él fue el primero en estar de acuerdo que se debía preparar personal idóneo para la guerra. Él, antes que todo era militar, profesión que comenzó a amar desde pequeño tras una larga lista de militares en su familia, principiando por su padre, su ejemplo más directo.
La historia militar en la familia Blanc, comienza el año del nacimiento del abuelo de Michael, 1830, mismo en que se presenta la llamada Revolución de 1830 en pro de un cambio de régimen, liberalismo, nacionalismo, independencia, derechos humanos, garantía y libertades... (me suena conocido)... influencias ideológicas difusas que cobraron la vida del bis abuelo Blanc. El abuelo de Michael, no sentía especial inclinación por la vida militar, él había crecido sin su padre, muerto en batalla. No queriendo seguir los pasos de su progenitor, se decidió por la medicina, luego nace el padre de nuestro médico militar, pero él sí quiere seguir los pasos de su abuelo al que creció creyendo un héroe de guerra y reinstala la milicia en la familia francesa, siendo a 1915 uno de los altos mandos del Ejército de Tierra francés. El hombre, en sus cincuentas muy activo y preocupado por la paz en Europa.
Michael, por motivación directa de su padre es que optó por la milicia, pero en su sangre venía escrito su amor por la medicina, no dejando de lado a ninguna de sus dos pasiones, las complementó. Su idea no era ser un alto mando como su padre, sino servir desde donde más ayuda podría prestar en caso de guerra, médico militar era su mejor meta. Por su impecable carrera y sus incansables deseos de prestar servicio a su país, el joven médico de 24 años fue encomendado a un hospital de América donde prepararía junto a un renombrado cirujano norteamericano Dc. Wilson, a un grupo de seis enfermeras, cinco americanas y una inglesa, grupo que conocemos muy bien.
Ahora, listos para embarcarse a Francia, los pensamientos y el corazón del joven Blanc se resistían a partir, su corazón se anclaba en este puerto esperando que de alguna manera milagrosa, no tuviera que volver a su amada patria a seguir prestando servicio, quería, necesitaba permanecer en América
--¿Quién me iba a decir que me enamoraría?... y de la chica más hermosa del mundo, una escocesa de tomo y lomo... jajaja, ahora entiendo a Candy-- meditaba con sus manos en los bolsillos y su mirada gacha, primero puesta sobre sus botas y luego alzándola para perderse en el vasto horizonte.
Michael conoció a Lorna por casualidad un día en el hospital, la llamaba creyendo que se trataba de Candy. Una señora desmayada en medio de unos de los pasillos, necesitaba de atención, él había visto Candy junto a su esposo y de pronto estaba frente a él, o eso creía, pero al percatarse de su error lo primero que pensó era que estaba viendo doble
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Amor adolescente
FanfictionCandy conoce a Terry en Nueva York, antes de embarcarse para Londres.