Ya no importa

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ADVERTENCIA: Los personajes de Candy Candy, son propiedad de Misuki e Igarashi, usados en este fic, sin fines de lucro.

Historia ficticia. Todos los personajes nuevos, son exclusiva invención de esta autora.

Notas de la autora:  Dejen sus mensajes, siempre que puedo los respondo.  Nos leemos.


Capítulo XXI

Ya no importa

--Gracias padre, sin usted nada de esto hubiese sido posible-- agradecía Terry al duque cuando salían del restaurante donde habían dejado a los Britter

--Es lo menos que puedo hacer por ti y la hermosa pecosa que tienes como novia-- cuando el hombre terminó su frase, se dio cuenta de cuanto afectaron sus palabras a su hijo que meditabundo y tratando de esconder su pena, respondió

--¿Qué tengo? No creo que ella quiera escucharme siquiera-- Terry conocía de primera mano lo terca que podía llegar a ser Candy, y más cuando se sentía herida

--Hablé con Albert y él me dio su palabra de que trataría de que Candy te escuchara-- dijo el hombre mirando a su hijo para ver su reacción. Como padre, Richard había estado muy al pendiente de su hijo durante todos estos días, el muchacho se veía decaído y creía que hasta más delgado, su hermosos ojos se le veían tan tristes y había notado que su única distracción era leer y repetir en el silencio de su habitación las líneas de Romeo y Julieta.  Él solo quería que su muchacho volviera a ser el mismo joven alegre que cuando estaba con la pequeña rubia, porque con ella, reconocía el duque, su hijo había vivido un antes y un después

--¿Albert dijo que hablaría con ella?-- Terry no estaba muy seguro de que su padre hubiese entendido bien las palabras de su amigo

--Sí hijo-- el brillo en los ojos de Terry le dio al duque la tranquilidad que necesitaba en ese momento, él sabía que Candy era el remedio para tan amargo mal.

Cuando Albert había salido del lugar donde conversó con Sir Richard acerca de hablar con Candy para interceder por Terry, tenía mucha prisa en terminar el encuentro ya que en sus manos guardaba como un gran tesoro un mensaje de Elisa, que era una citación con matiz de urgente. Albert, aunque prometió hablar con la rubia a favor de una oportunidad de encontrarse con Terry y escuchar su explicación, que a ojos de todo el mundo Candy le debía al castaño, el joven patriarca de la familia no estaba muy convencido de ayudar a su amigo, ya que creía firmemente que el muchacho era culpable de lo que era acusado, todos vieron lo mismo, Terry besando con descaro a Annie, pero también creía que huir no era la solución al problema. Saliendo del restaurante, se dirigió a toda prisa hasta el lugar de encuentro que Elisa había sugerido en la nota

--¿Por qué un museo Elisa? ¿De ferrocarriles?-- fue la primera pregunta del rubio hacia su "amiga"

--Necesitaba verte y tuve que escaparme del colegio, aquí nadie nos verá, espero...-- dijo la chica al saludar a Albert con un zendo beso en la boca, no importando para nada la gente a su alrededor que no ocultaban su molestia al ver este tipo de muestras de afecto en público

--Dime, ¿Cuál es la urgencia?-- quiso saber el rubio cuando llegaron a un rincón del lugar para poder tomar asiento

--Como sabrás, no me llevo muy bien con tu amiga Candice Parks...

--Sí, lo sé, pero ¿Qué tiene que ver ella con nosotros?-- Albert, evitaba a conciencia hablar de Candy delante de Elisa, sabía de muy buena fuente, su hermana, lo mal que Elisa había tratado a la rubia antes de ser adoptada por él, y no quería que hubiese malos entendidos entre él y la bella pelirroja

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