Never Let You Down - Leon & Buddy (Resident Evil Damnation) [FINALIZADO]

¿Podemos Hablar?

—¿Que más quieres de mí? Por favor dejame vivir en paz... —Ada estaba frente a mi, sin hacer ninguna expresión en su rostro.
—Nada en especial.
—Entonces vete. —Le escupí sin pensarlo. Soné seco y frío, creí que ella me atacaría en cualquier momento.
—Pero si acabamos de encontrarnos. —La dama de rojo se acercaba más y más. —Por cierto... ¿Porque no fuiste a nuestra boda? Esperaba verte ahí.

El castaño sintió un fuerte golpe en el pecho. Eso fue bastante bajo para él.

—No importa, seguro estabas muy ocupado. Aunque mínimo pudiste felicitar a tu "amigo".

Buddy permaneció callado, decayendo por dentro. Al notar esto, Ada rió levemente y tomó a este del cabello sin lastimarlo, haciendo que estuvieran frente a frente.

—No tienes idea de lo feliz que me siento por saber que Leon está junto a mí...  —Murmuró descaradamente.
—Eso significa que puedes dejar de molestarme de una vez por todas. Es más, ¿Que haces aquí? Creí que estarían lejos disfrutando de su " luna de miel".

Ada se apartó de Buddy bruscamente.

—Decidimos volver este día, aunque esto en realidad no debería importarte.
—¿Y porque no estás con él ahora? Creí que le eras fiel, al menos...

Ada quedó helada por lo que dije. Su mirada reflejaba miedo, o eso era lo que yo veía en ese momento.

—Tu...—Ella suspiró y volvió a mirarme como si nada le estuviera afectando. —Eso es algo que no vale la pena escuchar, menos de tu miserable boca. Debo irme.

Finalmente siguió con su camino. Suspiré fuerte por el gran alivio, pude ver a la muerte cara a cara.
¿Cual era su problema? Ya lo sabía, y claro que no me acercaría más a él gracias a Ada, después de todo sabía que él podría seguir odiándome por lo que dije.

Suspiré una vez más y me dispuse a llegar a casa.
Mónica estaría caminando de un lado al otro al ver que tardaba en llegar. Ya imaginaba lo que me diría.

Caminaría hacia la puerta pero entonces su maldita voz me hizo detener.
¿Porque Ada no me mató cuando tuvo la oportunidad? Sufría más en sentir algo por alguien que ya estaba realizando su nueva vida.

—Buddy. —Fue lo único que escuché de él. Las primeras palabras que decidió pronunciar justo ahora, en lugar de aquellos días en los que él prefería ignorarme. Hiciera lo que hiciera, no miraría atrás.

Escuché como sus pasos se aproximaban hasta a mí, sintiendo su cálida presencia en mi espalda. Mi vida era un asco, mientras más decía que me alejaría de él, este con más razón se aparecería.

—Oye, te estoy hablando. —Me dijo al ver que no hacía absolutamente nada. Así que me agarró del brazo bastante fuerte, a lo que reaccioné de la peor manera que jamás me hubiera atrevido a hacer.
—¡¿Que demonios quieres?! —Él de inmediato me soltó. Me tenté un poco mi brazo por el dolor. ¿Porque me agarró así?

Leon miró como me frotaba por el dolor, su semblante cambió de serio a culpable.

—Lo lamento... Yo no quise... —Leon se acercó para intentar ayudarme.
—Cierra la boca. —Fue lo único que pude decir para después girarme hacia la puerta de mi casa y abrir.
—¡No, espera! Por favor... Quiero hablar contigo.

Buddy se sentía fastidiado por todo lo que sucedía, no quería percibir amor por Leon, solo se lastimaba más.
El rubio notó la expresión de su amigo, no sabía como empezar.

—Creí que estarías fuera de aquí. —Murmuró el castaño.
—Acabamos de llegar.

Leon bajó la vista para luego ver a simple vista la bolsa que Buddy llevaba en sus manos. Pudo reconocer que la bolsa que llevaba pertenecía a una farmacia de la ciudad.
De inmediato lanzó sus preguntas.

—¿Te encuentras bien de la herida? ¿O hay algo más de lo que no quieras decirme?
—Es mi vida, no la tuya.
—Me preocupo por ti. ¿Es malo hacerlo?

El castaño rió levemente.

—Lo es para mí. Si realmente te preocuparas por mi, entonces jamás hubieras sido capaz de lastimarme. Pero lo hiciste. Jamás notaste lo que sentía por ti.

Leon quedó callado.

—No es como que eso te importe ahora de todas formas. Estas casado, has tenido mejor suerte que yo en la vida. Nunca comprenderé lo que me está pasando. —Murmuró Buddy.
—¿Como comprender el porque me dijiste: "Te amo"?

Este idiota me hizo sonrojar muy fácil. Pero por otro lado me hizo enfadar. Solo yo sabía que era sufrir hasta ahora.

—¡Eso es algo que tu no entiendes! Y aunque pudieras hacerlo...es tarde... No sientes nada por mí, más que amistad... —Poco a poco mi voz se escuchaba quebradizo. Estaría al punto de llorar. —Apuesto que desde ese entonces comenzaste a odiarme. Pero no te preocupes más por eso, no voy a interferir más en tu vida ni en tus asuntos.
—¿Que dices? ¡No! Tu no puedes pedirme que me aleje o no de ti.

Esto se tornaba cada vez más incómodo para Buddy cuando Leon se acercó mucho más a él hasta el punto de sentir la respiración del rubio en su cuello.

—Tengo mis razones para acercarme a ti. Es por eso que quiero que tu y yo hablemos un momento. —De inmediato una carga eléctrica pasaba por todo mi cuerpo. Su mirada se posó directamente en mis labios. Su voz sonó seductora. Este debía ser un mal sueño... Esto no es real.
—¡Alejate! —Empujé a Leon tan fuerte como pude, haciéndole retroceder. Aproveché el momento y abrí la puerta, azotándola al cerrarla.

Escuchaba las súplicas de Leon, que abriera la puerta, pero lo ignoré por completo.
Me recargué, dejándome caer poco a poco al suelo.

Suspiré.

—Esto es un maldito desastre. —Me logré murmurar.

Después de unos minutos, Leon decidió irse, eso creía ya que no escuché mas de sus gritos en la puerta.
Me levanté y noté a Mónica, mirándome seriamente.

—Lo lamento, dije que no tardaría pero...
—Lo sé. Escuché todo. —Me respondió.

Caminé a mi habitación y tomé la libertad de tirarme a la cama y olvidar lo que había pasado recién, ¿Pero como? Empezaba a odiarme por no controlar mis emociones. Debía tranquilizarme de una buena vez.

De pronto sentí las ganas de devolver todo, otra vez. Mi día iba mejorando...
Corrí apresurado al baño para sacar lo mismo de siempre, sangre coagulada y de un color extraño. Cada vez que tosía, una presión en mi pecho se presentaba y casi perdía el oxígeno.

Mónica corrió para ayudarme. Era un alivio tenerla estas semanas conmigo, al menos me sentía más seguro.
En cuanto a Leon, ¿Que quería decirme realmente?