Nuevo Vecino Y Una Cara Familiar

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Definitivamente ha pasado un año con mi relación con JD y me siento más que feliz por ello. Las personas sólo nos miraban con ojos de ser solamente amigos, era mucho mejor para ambos. Me sentía mucho más tranquilo saber que ahora tendría a alguien de quien apoyarme cuando tuviera problemas. Éramos él y yo.

Una tarde, la pareja decidió salir un rato de paseo por la ciudad, hasta llegar a un parque con enormes áreas verdes. Uno de ellos procedió directamente a acostarse al pie de la sombra de un árbol. Buddy sonrió y se acercó a este para sentarse al lado.

El cielo reflejaba unos increíbles y hermosos tonos anaranjados, amarillos y un pequeño toque de un rosa y azul extendido en el cielo y las nubes.

La tarde caía.

—¿Quieres que te lleve a casa? —Sonrió JD.

—Quisiera quedarme un rato más y ver cómo anochece, ¿Sabes? Es increíble.

—Parece que nunca vas a cambiar, Alexander. Cuando solíamos salir a jugar de pequeños, siempre preferías quedarte a mirar el anochecer. —Rio.

—Ya me conoces. —Le guiñé el ojo mientras le sonreía.

—Y así es. ¿Quién sería si no te conociera? —Me respondió en tono muy seductor. A su vez se acercaba avorazado hacia mí.

JD se levantó y se sentó a mi lado. Comenzó a rodearme el cuello con sus brazos y caí acostado en el pasto, para entonces JD se colocó encima mío y empezara a besarme los labios y el cuello.

Ya sabía que quería.

—S-Sabes que no....no podemos hacerlo aquí... —Intentaba decirle que parara, pero sus besos no me permitían hablar.

JD no me escuchaba, por lo que empezó a introducir sus manos por debajo de mi ropa. Él sabía muy bien que yo era demasiado débil y sensible en sus caricias, pero esta vez él iba demasiado lejos cuando de repente sentí el momento en que dirigió sus manos a mí pantalón para desabrocharlo.

—¡No! —Grité y me levanté bruscamente.

JD me miró confundido.

—¿Qué sucede?

—Sabes que no me siento seguro de esto todavía.

—¿De qué hablas? Pareciera que ya no te gustara lo que hago. Es eso, ¿No?

—¡No! ¡No lo entiendes! ¡No podemos hacer esto aquí ni en otro lugar! ¡Lo sabes!

—¿¡Tienes miedo verdad!? ¿¡O eres cobarde!? ¡Jamás me dejas intentarlo! ¿Por qué?

—¡Por qué no me siento seguro! No veo la razón por la que estés de esta forma...

JD suspiró.

—Buddy...sabes muy bien que te amo, pero creo que llevamos suficiente tiempo juntos para poder hacerlo. ¿Porque no lo hacemos?

Con el rostro un tanto sonrojado, Buddy tomó los hombros de JD, alejándolo de él poco a poco.

—No hablemos más de esto. Por favor...

—Pero, ¿Por qué? ¿¡Por qué!? ¡Sólo explícame!

Entonces Buddy se levantó y miró fijamente a JD.

—Lo explicaré, en el momento cuando te sientas más tranquilo. Me voy a casa. Adiós.

Buddy salió un poco choqueado del parque hasta llegar a su casa.

Frustrado y cansado, se dejó caer en su sillón preferido pensando en todo lo que había sucedido en todo ese largo día.

—Estoy harto... —Me susurré.

Entonces me dirigí a darme una ducha para sentirme mejor. Y mientras me duchaba, escuchaba sonar mi celular que se hallaba en mi habitación, pero no presté atención a ello. Sólo quería estar en paz después de esa tonta discusión sin ningún sentido. Terminé y me cambié para dormir. Por simple curiosidad tomé mi celular para ver las llamadas y mensajes que tenía.

Uno de los tantos mensajes decía:

"Buddy, por favor... Perdón por haberte tratado de esa forma. ¿Podemos hablar?"

Suspiré y puse mi celular en el mueble que estaba al lado mío. Cerré mis ojos y me dormí.

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Por la mañana, había demasiados ruidos, cómo una camioneta intentando estacionarse, personas bajando cosas... Esos ruidos me volvían loco y para nada me permitían seguir durmiendo.

Tomaba mi almohada y me trataba de cubrir mis oídos. Molesto, me levanté repentina y forzado me asomé a través de la ventana. Y tal como lo había imaginado, alguien se estaba mudando a la casa de enfrente.

No podía creer que las demás personas del vecindario salieran o estuvieran en sus casas tranquilos con tanto ruido. Para mi ese ruido se hacía cada vez más insoportable, por lo que, sin pensarlo dos veces, bajé de mi habitación y salí de la casa para pedir que bajaran un poco el volumen. Al bajar y abrir la puerta, notaba el atareado trabajo de los que cargaban las cosas y las trasladaban dentro de aquella casa.

Vi entre aquellos trabajadores que bajaban las cosas del camión de mudanza, un hombre con una figura que ya se me hacía conocida llamó mi atención.

Miraba como aquel tipo se dirigía con amabilidad hacía los trabajadores que acarreaban sus cosas e incluso los ayudaba. Éste sujeto traía puesto un suéter negro con cierre abierto, y debajo de éste llevaba una camiseta blanca, un pantalón de mezclilla azul y unos tenis grises. No podía distinguir muy bien su rostro, pero alcancé a notar que su cabello era de un café castaño muy hermoso y brillante.

Reaccioné al momento que llegó un cartero para darme la correspondencia.

—Señor, aquí tiene la correspondencia de hoy.

—¿Eh? Ah, sí. Sí. Muchas gracias. —Le sonreí y le agradecí.

Bostecé y caminé de regreso a mi casa. Cansado todavía, olvidé la razón principal por la que había bajado. Una vez más di una pequeña mirada a la escena de enfrente, fruncí el ceño y caminé hacía la puerta.

Al tomar la manecilla de la puerta, oí una voz dulce y familiar que dijo mi nombre. Algo muy extraño en ese instante recorrió todo mi cuerpo.

No pude creerlo. Voltee la vista con nervios muy fuertes.
Y ahí estaba él... Se acercó a mí y quedamos mirándonos fijamente. Nuevamente, sin desviar nuestra vista.

Me estremecí.

—¿Buddy?

—L-Leon...

Never Let You Down - Leon & Buddy (Resident Evil Damnation) [FINALIZADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora