Lo Lamento...Buddy

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—¡No entiendo que le pasa! ¡Ya son varias veces que me hace esto! Mónica, Leon no está bien. —Buddy sonaba desesperado por la rara conducta de Leon, por lo que necesitaba más que nunca, escuchar la opinión de su compañera.
—¿Te dio apoyo en la decisión que fueras a tomar por lo menos?
—No. Solo me ignoró. No sé que le sucede pero estoy seguro de que él está ocultándome algo.

La actitud de Leon empezaba a molestarme, por alguna razón actuaba extraño, me ignoraba y pasaba varias horas fuera de casa, sin mencionar que a veces me hablaba molesto, estresado o nervioso.
No comprendía nada, incluso llegué a pensar que él ya no sentía nada por mí... Pero no, no puedo meterme esas ideas en la cabeza.

—No es por amargarte el momento, pero debes dejar eso aún lado. Recuerda que tu salud es importante, si sigues así, los síntomas irán empeorando.
—Lo sé, pero no dejo de pensar en Leon. No sé que le he hecho para que actúe así...
—Relajate, quizás es solo estrés.
—Eso espero... Es solo que siento algo muy extraño.

Buddy se llevó una mano al pecho para sentir los latidos de su corazón, estos iban un tanto acelerados. Lo único que podía hacer era respirar profundo para bajar un poco su ritmo cardíaco.

—¿Te sientes bien? —Preguntó la joven. Claramente su voz se escuchaba preocupada.
—Si, bien.
—¿Donde estás ahora?
—Decidí salir a tomar algo. Además que me llamaste para comprar el último frasco que debo tomar.

La joven suspiró.

—Tienes que volver a casa. Recuerda que estar mucho tiempo fuera te hace mal.
—Tranquila, ¿Si? Lo hice por nervios, Leon se fue de nuevo sin despedirse. Entonces aproveché para pasar un tiempo fuera.
—Buddy, entiendo lo que pasa. Pero me preocupa que estés expuesto demasiado.
—Descuida, en cuanto termine mi café iré a la farmacia y regresaré a casa sano y salvo, tal como lo quieres.
—Esta bien. Te marcaré después.

El castaño sonrió y colgó. Miró un tanto desconcertado su taza de café, recordando un poco de la actitud que Leon hizo esta mañana.

Movió su cabeza negativamente tratando de despojar eso de su mente y dar un sorbo más al café.
Se hacía tarde y debía regresar antes del anochecer. Terminó su taza y pagó a la camarera que le atendió, saliendo entonces de la cafetería.

Por otro lado, Leon apenas llegaba de su casa. Después de su salida con Claire para sacar sus "nervios" fuera y dejar de pensar en el trato que tuvo que aceptar por parte de la dama de rojo.
Por un instante se olvidó de lo que Buddy y él tuvieron esa noche, se olvidó que ambos tenían una relación.
Sin darse cuenta, se olvidó de su pareja.

Suspiró y se sentó en la orilla de su cama.

—No puedo creer lo que dije...
—Pues deberías creerlo. Esa es tu realidad. —De inmediato Leon volteó hacia la persona que le habló. No pudo creerlo. —O mejor dicho, nuestra realidad...

Ada yacía frente a sus ojos vestida de forma provocativa, sonriéndole con malicia.
Leon le miró con rabia, no accedería a traicionar a la persona que más amaba.

—He venido a cobrar deudas, Leon. Ahora o nunca.
—Prefiero el "nunca".

La mujer rió mientras llevaba una mano a su pecho.

—Eres muy gracioso, Kennedy. Pero no puedes cambiar de opinión. En esta vida todo se paga. Debiste pensarlo bien.
—¡Tu no me diste ninguna alternativa!

Ada hizo un gesto de impresión.

—¡Oh, es cierto! Soy tan olvidadiza.

En uno de esos momentos, Leon trató de correr hacia la puerta. A lo que Ada rápidamente reaccionó y apuntó hacia él con la misma arma de ese día.

—Elegiste salvar a tu amiguito, no me obligues a deshacerme de él.

Leon cerró sus ojos y soltó la perilla de la puerta. Él no haría esto porque , sino por mantener la vida de su amado con bien.
Entonces fijó su decaída vista hacia el suelo.

—Esta bien.. Hagamoslo...

Ada hizo una sonrisa de lado, satisfecha por la respuesta de su presa.

—Así me gusta, cielo. —La mujer se acercó peligrosa a él.

Hecho esto, la dama de rojo llevó sus manos al cuello de Leon para acercarlo más a su cuerpo y plantarle un beso en sus labios. Lamentablemente el rubio no tuvo más remedio que corresponderle, llevando igualmente sus manos a la cintura de la mujer quien se sentía muy complacida por su acto.

La culpabilidad en la mente de Leon crecía más y más.
Lo correcto era parar, pero ya era tarde.
No había vuelta atrás. Solo pudo decirse en su interior:

—Lo lamento, Buddy...





Never Let You Down - Leon & Buddy (Resident Evil Damnation) [FINALIZADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora