No Puedes Huir De Mi

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Desperté con un fuerte dolor de cabeza de nuevo, las ganas de devolver esa maldita sangre no tardaron en llegar, en esta ocasión no tenía fuerzas en mis piernas. Intenté levantarme pero caí. Intenté evitar sacar la sangre para levantarme y llegar al baño.

De pronto escuché que alguien tocaba la puerta, pero no podía ir a abrir, no ahora.
Caminé con dificultad al baño y devolví esa sangre, su color iba empeorando. Y como no fui a abrir, escuché como lograban abrirla. Era Mónica con una expresión de preocupación así que se acercó a mí.

—¡Buddy! ¿Estas bien? —Ella dejó su bolso aún lado para verme más de cerca. —¿Que te pasó en la mejilla?

Oh, perfecto. Olvidé ese detalle en mi rostro.

—Espera un segundo, solo dejame... —No pude continuar debido a que seguía devolviendo más de esa sangre. Ella me acariciaba la espalda para tranquilizarme. Y lo admitía, tenía miedo.

Después de eso me lavé la boca y me miré al espejo. Mi aspecto estaba cambiando, cada día perdía color.
Me acerqué a Mónica, ella me dio a tomar mis medicamentos y se sentó a mí lado.

—¿Puedes decirme que tal te fue anoche?
—De lo peor. Jamás debí salir. Las cosas siempre me salen mal... —Recordar eso me revolvía el estómago. —Fui con Irina a un club, me presentó a sus amigos, hubo uno en especial al que no le caí muy bien, él supo sobre lo que hice a Irina cuando fuimos novios, por lo visto él se molestó y terminó golpeándome. Así que salí corriendo de ahí, después me encontré con JD, lo rechacé y....

Buddy se quedó callado. Mónica estaba confundida.

—Y...¿Que, Buddy?
—Vi a Leon...
—¿Enserio? ¿Y que pasó? —Preguntó curiosa.
—Nos besamos... —Murmuré.
—¡¿De verdad?! ¡No puede ser! —Mónica gritó tan fuerte, que di un salto del susto.
—Si... Pero le pedí que se alejara de mí.

El castaño bajó su rostro, recordando lo sucedido.

—¿Porque hiciste eso? ¿No era lo que siempre quisiste? ¡Leon te gusta!
—Pues no debe gustarme... Él es feliz con Ada. ¿Lo olvidas? Por eso me separé de él. Ya no hagas más preguntas, ¿Si? Quiero descansar.
—Ya lo hiciste. —Respondió ella cruzándose de brazos.
—No lo suficiente. Anoche no dormí bien.
—¿No quieres que te haga el desayuno? Debes comer algo por lo menos.
—Gracias, pero no tengo hambre.

Me volví a acostar, cubriéndome con la cobija.

—Si tu lo dices... Estaré en la sala si necesitas algo.

Mónica dejó a Buddy descansar. Sabía por lo que su amigo estaba pasando, si ella estuviera en la misma situación, ella actuaría de la misma manera.
Pasaron las horas rápido, la joven subía a la habitación de Buddy para asegurarse de que no sufriera algo.

El reloj marcó las 4:00 de la tarde, el ambiente era tranquilo, entonces alguien tocó la puerta.
Mónica se dirigió a abrir. Se sorprendió al ver a Leon frente a ella.

—Oh, hola... —Saludó mientras se llevaba la mano a la nuca.
—Hola, tu debes ser... Leon, ¿Verdad?
—¿Como sabes mi nombre?
—Soy la mujer que atendió a Buddy en el hospital. Soy Mónica. Un gusto volver a verte.

La joven extendió su mano hacia Leon, este correspondió el saludo.

—El gusto es mio... ¿Se encuentra Buddy? Necesito hablar con él.
—No creo que pueda en este momento. Él está durmiendo, desde la mañana... No amaneció muy bien.
—Me imagino porque...—Susurró Leon. —Quiero pensar que tampoco quiere verme, ¿No es así?
—Pues hoy hablamos sobre eso y por la forma en que actuaba... Así parece...
—Entiendo. Bueno, gracias de todas formas.

Leon se dio la vuelta y caminó a su casa.
Mónica regresó adentro. Volvieron a caer las horas, eran casi las 7:00 cuando la joven enfermera recibió una llamada de su trabajo, urgentemente tenía que presentarse. Como Buddy seguía dormido, ella le dejó una nota al lado de la almohada y salió.

Más tarde, este despertó y leyó la nota, suspiró y se levantó de la cama. Miró el reloj y miró la hora, eran las 11:00, sin interés miró su celular, había un mensaje de Irina, pero ignoró eso y bajó a la cocina por un vaso de agua, moría de sed.

Sus ojos seguían somnolientos, pero al menos se sentía más tranquilo que antes. Toda la casa estaba oscura, pero a Buddy no le importó. Bebió el vaso y lo colocó en el lavabo para volver a su habitación y seguir durmiendo.
De la nada escuchó que alguien le llamaba. Volteó y miró una silueta frente a él, su corazón se paralizó.

—¡¿Que haces aquí?! ¡¿Como entraste?!
—Eso no importa, necesito hablar contigo, Buddy.
—No, no necesitamos hablar. Vete. Dejame en paz, vete con Ada. Sé que la amas, y estar junto a mi es un error...

Leon tomó la mano de Buddy.

—No, no lo es. No para mi.
—Leon, vete... Tu le perteneces a ella. Sé que Ada te importa. Por eso decidiste casarte.

Leon hizo una sonrisa, acercándose un poco más a su amado castaño.

—Si ella me importara, entonces yo no haría esto...

Leon arrinconó a Buddy contra la pared para besarle apasionado, más que la última vez.

Never Let You Down - Leon & Buddy (Resident Evil Damnation) [FINALIZADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora