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Por causas de trabajo, Zoro no había podido comer en el Baratie durante una semana, y tampoco era que estuviera muy entusiasmado en hacerlo. Sin embargo, el único motivo por el que pensaba en el restaurante era la deliciosa comida de San-chan. ¡Pero bajo ningún motivo quería encontrarse con el Cejudo Pervertido!
Y por su lado, Sanji ya había recibido la visita de los Mugiwara en al menos tres ocasiones, y en todas, se habían presentado sin su abogado. Era extraño que después de su encuentro aquella noche no se hubieran visto ni siquiera en el pasillo. ¿Qué le había pasado? ¿Por fin, Sanji podía presumir de una victoria? Aunque también era cierto que entre más distancia hubiera entre ellos dos, para el rubio era mejor.
→ ¡Nami-swan! Tus ordenes son mis deseos... ←Musitó al momento de hacer su acostumbrada entrada y ofrecer una rosa, en esta ocasión, de color amarillo.
→Quiero dormir bien para estar despierta toda la noche, así que tráeme algo ligero. ←Comentó la chica con una mirada maliciosa pensando en su trabajo→. Hoy llega el cargamento especial del Umi Ressha...
Sanji se percató de que se refería al viaje promocional de crucero que ofrecía el tren una vez al mes.
→ ¡Hasta tu lado ambicioso es hermoso, Nami-swan! ←Exclamó yendo a la cocina de nueva cuenta. Todo parecía normal...
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Mientras tanto, Zoro acababa de recibir la resolución del juez en un caso importante y lo único que le quedaba por hacer era notificar al cliente, así que tenía un tiempo libre antes de preparar los detalles del siguiente caso. Y cuando aparentaba leer unos documentos, en realidad se debatía entre ir al Baratie o no, porque hacia una semana que no probaba la deliciosa comida de San-chan y sinceramente ya la extrañaba... ¡Pero no quería encontrarse con Sanji! Se enfurecía con sólo pensar en que ese pervertido estuviera tan cerca de San-chan. Conociéndolo, seguro que se pasaba los días acosándola, persiguiendola e insistiendole para salir a una cita o tal vez... ellos ya hasta habían... ¡No! ¡San-chan no era ese tipo de mujer!!¡San-chan era una mujer decente! ¡Sanji era el demonio lujurioso que la tentaría para hacerla caer a sus pies! Del simple hecho de imaginar todas las cosas desagradables que el Cejudo le haría a su dulce San-chan... ¡Se llenaba de una furia incesante!
Cuando Perona abrió la puerta de la oficina, su corazón se detuvo al ver al abogado en aquella situación; Zoro con una mirada fulminante, mucho peor que la que ponía en el juzgado, sosteniendo una katana en cada mano y la tercera entre los dientes. Por un segundo, la secretaria creyó que si respiraba, moriría rebanada por ese demonio demente, hasta que reconoció en la oficina a su despistado compañero.
→ ¡Kumashi, qué estás haciendo! ¡Pensé que no había nadie aquí!
→Es mi oficina, qué quieres... ←Dijo Zoro guardando las katanas cuidadosamente, depositandolas de nuevo en la pared que adornaban.
→Siempre pensé que esas cosas eran decoración... ←Susurró la chica al verse reflejada en la blanca hoja de la última espada, cuyo letrero bajo su pedestal anunciaba unas hermosas palabras. Wado Ichimonji. El camino hacia a la armonía.
→ ¿Qué quieres? ←Volvió a preguntar el peliverde.
→Mi Jefe quiere que le ayudes a escoger un jurado. Éstas son las personas que la parte acusatoria propone... ←Le entregó un fajo de expedientes→. Debes elegir al menos tres y proponer a otros tres...
Cuando terminó se dispuso a salir, en realidad estaba ansiosa por salir de esa oficina, pero Zoro la detuvo con un comentario poco usual.
→Tú eres una mujer, ¿verdad?
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Loguetown 1: Zoro x Sanji.
FanfictionLa vida tranquila y rutinaria de la ciudad se ve interrumpida cuando el mundo se llena de grandes coincidencias al rededor de dos vecinos orgullosos del edificio Kokoyashi... Disclaimer multimedia: Todos los derechos resevados para sus respectivos c...