Loguetown 1: Zoro x Sanji.

❤️ Un regalo para el Marimo ❤️

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Sanji se había pasado toda la mañana en la cocina. Desde que Zoro abrió los ojos con la leve esperanza de que aquel día sería el mejor de ese año, tuvo que digerir la idea de que se equivocó. El rubio lo había dejado solo desde el inicio y ni siquiera el beso de la mañana había sido suficiente para comenzar la celebración de SU cumpleaños... Pero claro, Zoro era demasiado orgulloso como para reclamar algo como eso. Era un adulto, un abogado profesional, qué se pensaba Sanji al hacerlo rogar por unas cuantas muestras de cariño extra en el aniversario de su nacimiento. Total, sólo era el día en que la vida le dió la oportunidad de ser alguien para poder encontrarse algún día con el amor de su vida... Nada más... Nada tan importante...

Gruñó con sigilo mientras se dirigía a la salida para ir al trabajo como cualquier día de la semana. Pasó frente a la barra de la cocina y tomó su portafolio.

~Nos vemos en la tarde, Cocinero... ~Su voz no parecía afectada pero tampoco era que Sanji no hubiera notado que se sentía un tanto... Frío, molesto... ¿Estaba enojado por algo?

Pero se quedaba sin tiempo y no podía gastarlo en una pelea con el peliverde, no señor. Tenía cosas mucho más importantes para ese día. Sólo contestó con un sonido ininteligible de su garganta y la puerta se cerró.

Zoro estaba más que decepcionado. Soltó un silbido y empezó a caminar para bajar la montaña.

¡Acaso no era ese Maldito Cocinero el que no paraba de decir que sabía lo que sentía con sólo mirarlo! ¡¡¡Ese Imbécil ni siquiera lo vio de frente!!! ¡¡¡En serio que estaba enojado y esa sería una muy buena excusa para reclamarle después!!! ¡¡¡El Cejudo se lamentaría ese grave error!!!

Había caminado unos cuantos metros cuando la voz de Sanji lo detuvo.

~ ¡Marimo! ~Zoro sintió un vuelco en el corazón. Tal vez, después de todo había sido muy duro con el rubio. Esbozó una sonrisa pero no dejó de lado su careta orgullosa.

~ ¿Qué quieres?

Lo haría sufrir un poco y luego lo perdonaría con un dulce beso, tal vez un par... Uno más con el beso de la mañana, pero sólo porque no quería verse muy cursi o algo así...

Sanji caminó hacia él limpiando sus manos en la franela que colgaba en su cintura y con una sonrisa ladina y algo burlona que confundió al Abogado.

~ ¿Eres tonto a qué? ~Preguntó deteniéndose a un par de metros~. Hoy es sábado, no tienes trabajo. ¿Para qué vas a ir a la Galley-La? ¿Perona te llamó?

~ ¿Qué...? ~Zoro estaba confundido.

~Vamos Idiota... Aún tengo muchas cosas qué hacer antes de que todos lleguen... ~Lo arrastró de regreso a la casa pero sin decir nada más.

Zoro tuvo que hacer acopio de todas sus fuerzas para no sucumbir a su furia y arremeter contra el que algún día sería su esposo.

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A eso de las cuatro de la tarde, Zoro yá estaba completamente desesperado. Era su cumpleaños y Sanji no había hecho otra cosa que cocinar. Era el peor cumpleaños de su vida... ¡¡¡Por qué!!!

Law y Luffy fueron los primeros en llegar seguidos de Mikhawk y Perona. Los demás fueron arribando poco a poco conforme avanzaba la tarde. Para las nueve de la noche, aquella casa ya era toda una comuna de mugiwaras y al menos Zoro tenía el consuelo de que a Sanji no se le había olvidado la fecha de su cumpleaños. Aunque francamente eso no era lo que él había pensado para festejarse a sí mismo. ¿A qué bendita hora se irían los nada gratos invitados?