Loguetown 1: Zoro x Sanji.

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Las semanas pasaron tan rápido que la isla se sumergió en un ambiente festivo con el tema del Campeonato de Cocina. Si ya de por sí, Loguetown era famosa por su espléndido turismo, ahora, con el ir y venir de la gente proveniente de todas partes del planeta, su vida tranquila y pacífica se había transformado completamente en una fiesta comunal que tenía como protagonista a la inmensa variedad de comida internacional.

Las razones para estar felices eran muchas, pero para los Mugiwara, todo se reducía a una sola; ¡TENDRÍAN COMIDA GRATIS! La oportunidad perfecta de deleitarse con todo tipo de delicias y eso era un verdadero paraíso...

Incluso la prensa de todo el mundo se reunió en esa pequeña isla del East Blue para cubrir tan importante evento. Los reporteros corrían por las calles con denden mushi en mano transmitiendo por radio y televisión, cada detalle de lo ocurrido. Y es que, la Gran Inauguración, ocurriría exactamente al medio día.

Las doce campanadas del reloj central lo anunciaron a todos y el rugido de la multitud se dejó escuchar en cada rincón de la ciudad. ¡El Campeonato Mundial de Cocina, oficialmente estaba inaugurado!

Los organizadores pidieron que los participantes estuvieran presentes para que en el momento justo aparecieran frente al público que los aclamaría como los grandes héroes. La primera ronda de enfrentamientos se llevaría a cabo una hora después de la ceremonia de apertura, lo que les daría a los concursantes, el suficiente tiempo para prepararse.

Fue entonces, que los contrincantes pudieron verse por primera vez.

→Sanji... sólo vine a desearte buena suerte. ←Le dijo Carmen con una postura altiva.

Conocía al chico desde hacía ya varios años y se jactaba de predecir sus movimientos, además de que sabía como comportarse para conseguir lo que quería, y lo que quería era derrotar a Sanji en su propio terreno. El cascabeleo de sus manos sonó al ritmo del flamenco mientras sus sirvientes, León y José bailaban junto a ella lanzando coloridos pétalos de flor. Estaba segura de que tan sólo en unos segundos, Sanji se echaría sus pies ofreciéndose en cuerpo y alma a su encantadora belleza. Pero...

→Gracias, Carmen-chan. Haré mi mayor esfuerzo y espero que nos encontremos en la final... ←El tono informal del rubio, sorprendió a la mujer que por un momento creyó que se había equivocado de persona.

No era posible que aquel Sanji tan sobrio, fuera el mismo muchacho que rebozaba de felicidad ante toda mujer bonita que tuviera cerca. Pero su rostro era inconfundible... sus cejas rizadas... ¡Ese era Sanji! Sino, ¿por qué iba a saber de la apuesta que hicieron meses atrás?

→ No has olvidado nuestro trato, ¿verdad?

→No. Te dije que sería el Mejor Cocinero del Mundo...

→Me parece que seré yo, si participas con ese semblante en tu rostro. Parece como si te hubieran arrebatado la vida y dejaron el cascarón de lo que solía ser un hombre...

Carmen no buscaba lastimar a Sanji, pero su comentario hizo que él se volviera a sumergir en el mar de la miseria. Quiso rectificar sus palabras pero no encontraba la manera y prefirió quedarse en silencio. Al final, Sanji encontró la salida por su propia cuenta, como lo había hecho desde su última conversación con Zoro.

→ ¡Ganaré el Campeonato y me convertiré en el Mejor Cocinero del Mundo! ¡Y haré que el Marimo regrese! ←Exclamó llamando la atención de sus contrincantes que lo miraron con burla.

Y la hora de la primera prueba llegó.

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→ ¿No vas a estar en el gran día de tu amado San-chan? ←Le preguntó Perona al Abogado frente a ella, que trataba de concentrarse en la lectura de los documentos en sus manos→. Seguro que será la gran sensación después de haber ganado... ¡Horo, horo, horo...!