Loguetown 1: Zoro x Sanji.

♥️ Postre 11 ♥️

Nota: La idea original era subir tres capítulos esta semana y al parecer tengo un poco de suerte con la conexión, así que la aprovecharé. ¡Disfrútenlos! Por cierto, este capítulo está dedicado a Miriam Kamil. Espero que no le pase lo mismo que a Zoro... XD

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La actitud de Sanji hizo que Zoro se viera tan abrumado que su atención se vio seriamente afectada durante días. Y como su mentor, Mikhawk no podía aceptar esa actitud desinteresada de uno de sus mejores abogados que contaba el bufete. Había tenido cierta tolerancia, después de todo era el Abogado Despistado como lo llamaba Perona, no obstante, el último descuido fue el colmo de la situación.

→ ¡Roronoa! ←Exclamó como pocas veces sus empleados le escucharon hacerlo. Cruzó el pasillo y entró de improviso a la oficina de Zoro→. ¿Dónde están los papeles de resolución del caso Foxy? Te dije que eran importantes y que tenías que dejarlos en mi escritorio... Ya revisé todos los archivos y no están ahí...

→Lo olvidé... ←Musitó con nerviosismo→. Creo que están por aquí...

Al cabo de unos minutos y de haber revuelto todo en su oficina, no tenía manera de ver a Mikhawk a los ojos.

→Lo siento, Taka no Me... parece que los perdí... ←No tuvo más opción que hacer su orgullo a un lado.

→Disculpándote no arreglarás nada, Roronoa. Ahora el caso Foxy se atrasará un par de meses por tu incompetencia. ←Señaló molesto al darle la espalda y toparse de frente con la secretaria.

→ ¡Kumashi, idiota! Dejaste estos documentos en mi escritorio... ¡Horo, horo, horo...!

Mikhawk abrió el sobre y efectivamente, se trataba de la resolución del caso Foxy. Eran copias, pero si Perona le cubría la espalda era por algo serio. Suspiró.

→Perderte incluso en la oficina... ¿Qué clase de hombre eres? ←Lo vio de reojo→. Cualquiera que sea el asunto que te tiene en estas condiciones, será mejor que lo arregles pronto. No es que me interese tu vida personal, pero está afectando seriamente tu desempeño laboral...

En cuanto se retiró, Perona no dudó en reclamarle a Zoro su error casi con burla.

→ ¿Tan mal te ha dejado tu pleito con San-chan? Porque esa es la razón por la que haz estado más despistado que nunca, ¿verdad? ¡Horo, horo, horo...!

→Primero explícame dónde encontraste los papeles que le entregaste a Taka no Me, porque esos no son los que yo debí darle... ←Exigió confundido.

→Idiota... toda buena secretaria siempre tiene respaldo de los documentos que llegan a su oficina por insignificante que parezcan... Obviamente, los que perdiste son los originales, los que yo le entregué sólo son copias. Así que será mejor que encuentres los otros antes de que se dé cuenta. ¡Horo, horo, horo...!

→Gracias Chiquilla. Te recompensaré por esto... ←Dijo con una expresión tan solemne que casi le ocasiona un infarto a la chica.

→ ¡No lo hice por eso! ¡Y deja de hacer esas muecas demoníacas! ←Gritó.

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A la hora del almuerzo, Perona le insistió al Abogado para que pagara su ayuda con una invitación a comer y Zoro no pudo negarse sabiendo perfectamente que ella lo salvó de un conflicto enorme sin que se lo pidiera y además, él mismo se ofreció. La única condición que puso fue no ir al Baratie y Perona ya entendía muy bien el por qué.

→Al final, vas a contarme qué pasa contigo y ese cocinero, ¿no? ¡Horo, horo, horo...!

Zoro se atragantó con el sake que tomaba hasta casi escupirlo.

→ ¡No menciones a ese tipo! ¿Quieres matarme? ¡Y por qué te interesa tanto!

→ ¡Cómo que por qué! ←Refutó ella→. Prácticamente me arrastraste a comprar los cuchillos de Wano para él y me gané una buena reprimenda de mi Jefe por eso. Y cuando lo vimos en el Baratie me sacaste sin haber probado su postre, ¡qué se veía tan delicioso...! ←Salivó al imaginarlo→. Y al final, terminé salvando tu trabajo y supongo que él es la causa...

Con todas esas razones, Zoro entendió que no había nadie más con quien pudiera hablar del tema y como era mujer, tal vez ella podría darle un enfoque distinto y una solución rápida.

Sin poner más excusas y como si estuviera frente a su abogado defensor, rindió declaración de todo lo acontecido con Sanji comenzando desde la primera degustación de su comida unos meses atrás, cuando en un día lluvioso en que se sentía apático con todo, luego de tener que lidiar con Smoker y su testaruda obsesión por refundir a Luffy en Impel Down, dejó que Nojiko eligiera por él. << Recomiendame algo... >> Dijo, y unos minutos después llegó con el mejor curry que había probado en su vida. La siguiente vez pidió lo mismo y luego también, y en cada una de esas ocasiones, a pesar de ser la misma comida, los mismos ingredientes y el mismo sabor, tenía un sentimiento diferente. Nostalgia, enojo, entusiasmo...

Después de tanto, no lo pudo resistir y terminó por preguntarle a la Capitana de Mesaras, por el chef que preparaba el curry. << San-chan >> Contestó, siendo aquella, la primera vez que escuchaba ese nombre. No más palabras, no más detalles, sólo San-chan fue suficiente para cambiar su rutinaria vida en la ciudad...

Y entre más hablaba, Zoro se veía más sumergido en su plática hasta llegar al intento de beso que el rubio quiso darle. Perona sonrió divertida.

→ ¿Qué es lo gracioso? ←Preguntó el otro con recelo.

Ella lo miró pacientemente mientras dejaba su taza de té sobre el plato de porcelana en la mesa.

→Él sólo busca molestarte y el que tú no hagas nada para detenerlo hace que crezcan sus ganas de burlarse de ti. Eres como un cachorro cayendo en su juego. Para que lo entiendas; él es el bravucón y tú su indefensa víctima... ¡Horo, horo, horo...! ←Explicó, pero al ver su gesto confundido cayó en cuenta de algo más→. ¿Estás enamorado de Sanji, verdad?

→ ¡De qué estás hablando, niña loca! ←Gritó el muchacho sin recato y llamando la atención de la gente a su alrededor→. ¡Él es un hombre y yo también! No veo la relación entre tu pregunta y los hechos...

Perona suspiró con abnegación.

→No te hagas el inocente. ¿Quieres que te explique cómo es que dos hombres hacen el amor? Aunque supongo que ya estás bastante grandecito para saber esa clase de cosas... Así que apelaré a tu abogado interno y te diré que la solución que buscas la tienes tú mismo. ¿Qué tiene de malo que sientas algo por un hombre? El mundo es un lugar muy grande y no serás ni el primero ni el último en esta situación. Y francamente a mí me tranquiliza saber que hasta un Demonio Verde como tú se puede enamorar... Porque sólo aquel con el valor para aceptarse a sí mismo tal y como es, puede ser llamado Hombre. ←Citó→. ¿Estás seguro de que eres un hombre, Roronoa Zoro?

→No tengo por qué escuchar tus tonterías... ←Gruñó antes de salir del restaurante donde comían y la chica lo siguió.

→Di lo que quieras pero sabes perfectamente que estás enamorado de San-chan por su comida, eso quiere decir que estás enamorado de Sanji porque San-chan y Sanji son la misma persona. ¡Eso es...!←Recapacitó un segundo→. ¡Te enamoraste de esa persona por lo que es, no por el cuerpo que tiene!

Zoro se detuvo en seco frente a ella. En silencio vio el adoquín de la plaza central. Perona sostuvo con las dos manos el mango de la sombrilla rosa que la protegía del sol. La sombra del encaje de su contorno se reflejó en la espalda ancha de Zoro, mientras se preguntaba por qué no podía burlase de él como lo había hecho en incontables ocasiones. Sólo quería ayudarlo, ser útil para él. Suspiró resignada. Y Zoro volteó finalmente con el rostro sombrío.

→Jamás voy a aceptar algo tan ridículo. A mí me gustan las mujeres, por eso pensé que San-chan era mujer... por eso...

En su voz rasposa, la secretaria pudo escuchar el dolor y la amargura. Se apoyó en su brazo y comenzó a caminar.

→Tranquilo, después de todo, el mundo no se va a terminar por algo como esto... Regresemos a la Galley-La, mi jefe debe estar esperándonos...

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19/07/19