Las clases terminaron por ese día, Harry se veía igual de incómodo que al principio, parecía que la gente se estaba dando cuenta que algo le pasaba. ¡Agh! La gente debería dejar de meterse en la vida de los demás y enfocarse en sus propios asuntos. Siendo que mi madre tampoco puede hablar, me molesta que la gente la mire en la calle como si mi madre tuviese un tercer ojo o una segunda cabeza. Es molesto hasta para mí.
Saliendo de la escuela le pregunté a Harry si se iría caminando a casa o vendrían por él. Me dijo que su madre pasaría a recogerlo, justo en el momento me señaló un auto que se había detenido a las afueras del portón de la escuela, los vidrios estaban abajo y podía ver a una mujer dentro del auto, no pude apreciarle bien debido a la distancia, y a que olvidé mis lentes en casa. Ese es un detalle que había olvidado mencionar, no veo muy bien, es decir, no es como que sin lentes esté ciega, pero que cuesta más trabajo mirar objetos en la lejanía.
Rápido me despedí de Harry y me agradeció mi amabilidad, subió al auto de su madre y se fueron por la calle hasta dar vuelta en una esquina.
Caminé en dirección a la parada de autobús, normalmente haría eso con Alice, pero ella por algún motivo faltó hoy, y sin avisarme. Esa maldita. Me dispongo a buscar el dinero de mi pasaje en mi mochila hasta que escucho que llaman mi nombre.
— ¡Grace Morris!
Bufé, es él de nuevo. Me giro en mi lugar para ver a Ian correr hasta mí. Llegó inclinándose un poco para recobrar el aliento.
— Cielos, caminas demasiado rápido.— dijo agitado.
Me lo dicen mucho, sobretodo Alice que es bajita. Espero a que se recupere para que me diga qué es lo que quiere.
— ¡Uf! Lo siento, ya está ¿No viste a Alice? No vino hoy.— dijo el castaño.
— Lo sé, lo noté. No me dijo nada, por cierto. Seguro se quedó dormida.— me encojo de hombros.
Ian mira a otro lado ¿Ya mencioné que está enamorado de Alice? Pues lo está, pero solo yo lo sé, al menos es bueno ocultandolo.
— No lo sé, es muy extraño que ella falte a clases, ya sabes, odia hacerlo.— se rasca la cabeza.
— Sí, bueno. La llamaré si eso te deja más tranquilo, ahora debo irme o perderé el autobús.
— Está bien. Pero no olvides llamarme para avisarme como está.
Asiento y me doy la vuelta. Ian no es un mal chico, es un año mayor que nosotras, tiene buenas calificaciones, a pesar de eso, se lleva muy bien con la gente, no es lo que se le dice un "nerd" de hecho es bastante popular, siempre le he dicho a Alice que de seguro tiene pacto con el Diablo.
Vuelvo a lo que estaba haciendo y rebusco en mi mochila el bendito dinero para el bus. Pongo mi mochila sobre la banca para tener más comodidad al buscar, miro sobre la calle. Allí viene ¡Demonios! Tomé el dinero de la mesa... Oh, no. No lo tomé.
Maldigo en mi cabeza y me dejo caer sobre la banca, el autobús sube a sus pasajeros y lo dejo pasar. Perfecto, Graciela, olvidaste el dinero en casa, también las llaves, ahora deberás volver a pie y esperar sentada en la banqueta a que Derek llegue de la Universidad, aunque con sus horarios últimamente, es posible que termine llegando primero mi madre, que resumiendo vendría siendo como a las 5 de la tarde. Al menos no me olvidé mi reloj de muñeca, lo sé, ya nadie los usa pero el mío es bastante lindo, me lo regaló mi padre en mi último cumpleaños.
Muy bien, es la 1:30 de la tarde, llegaré a casa como a las 2:20 y me quedaré allí con hambre, sueño, mal humor, y sin comunicarme, porque también me dejé el teléfono dentro.

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M U T E |H.S.|
FanfictionCuando Harry, un chico sano pierde su voz tras un accidente, una chica cuya madre es sordo muda podría ser quién le regrese la confianza que perdió. En Baltimore, Harry se ve obligado a reintegrarse a la escuela como cualquier adolescente de su eda...