Capítulo 18.

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Finalmente me dispongo a separarme de Harry, pero él se aparta primero. Estoy perpleja, acabo de ser besada por mi mejor amigo, acabo de besarlo. Nos besamos. Siento una sensación en el estómago, un poco extraña, no sé como describirla, es como si quisiera gritar, vomitar, llorar y brincar de alegría una y otra vez. ¿Qué debería decirle? Acabo de besarlo ¿Un... uh, gracias? ¿Te veo en quimica?

Estoy incómoda, me sudan las manos y siento vergüenza al caer en cuenta que Anne sigue estacionada a un lado de nosotros, viendo toda la escena. ¿Cómo la miraré a la cara ahora, después de besar a su hijo frente a ella? ¿Cómo voy a ver a la cara a su hijo después de esto? Extrañamente siento como si hubiese hecho algo malo, algo incorrecto. Será mi consiencia que le gusta molestarme y perturbarme.

-te veo mañana- mientras me sonríe.

No sé que agregar, así que solo asiento, a lo que Harry se me queda mirando durante un momento, con una sonrisa genuina en los labios. Me gustaría saber que pasa por su cabeza en este momento, sin duda, luce más calmado que yo. No comprendo su mirada y su sonrisa hasta que me doy cuenta que es viernes. ¿Nos vemos mañana? Es sábado.

— ¿M-mañana?— finalmente articulo palabra, mi voz suena extraña para mí misma.

Él asiente, con una sonrisa aún más brillante.

-Si quieres.- se encoge de hombros.

—Yo... sí.— contesto en automático. Sí, sí quiero verlo mañana.—Mhm, mandame un texto entonces. Hasta mañana.— ahora no sé cómo despedirme.

Las mejillas de Harry se tornan de color rojito, supongo que igual que las mías. Veo que pasa su lengua por sus labios discretamente. Dios, yo acabo de besar esos labios. Se despide con un movimiento de mano y se da la vuelta, mientras se aleja, suelto el aire que había retenido durante un rato. En el auto, puedo notar, a pesar de la poca luz, la sonrisa en el rostro de Anne, trago saliva, seguro va a abordar a Harry. Mi mamá haría lo mismo, si nos hubiera visto. Tímidamente, sacudo mi mano en dirección a Anne, quien de inmediato me corresponde con la misma alegría que lleva siempre consigo.

Destenso mis hombros cuando ellos se alejan y suelto un suspiro. Besé a Harry. Oh santo cielo, lo besé. Inconsientemente acaricio mis labios suavemente con mis dedos, sintiéndolos hormiguear.

— ¿Ese es tu novio, bodoque?—me sobresalto al escuchar la voz gruesa de mi hermano.

Me giro para encontrarlo a poca distancia de la puerta. ¡Rayos! ¿Cuánto tiempo lleva ahí?

—Mhmm... No, es mi amigo.—se siente extraño llamarlo de esa forma después de lo que hicimos. Veo que Derek levanta una ceja, aún mirándome, pero no dice nada.

— ¿No me vas a cermoniar?—pregunto, porque es lo que espero que haga.

—Nah, ya estás grande.—dice con calma. —Tú sabes lo que haces.—camina despreocupado hacia su auto.

— ¿Vas a irte?—pregunto, tratando de evadir tocar temas amorosos con mi hermano mayor.

—Es viernes, bodoque, yo no me quedo en casa.— habla mientras me da la espalda, acercándose a su auto. Se despide con la mano y acelera, dando vuelta en la avenida.

De nuevo, un suspiro me abandona, y entro a casa. Me siento extrañamente emocionada, confundida, culpable. Si fuera de otra forma, llamaría a Alice, pero, por extraño que pareciera, no tengo ánimos de hablar de eso.

Extrañamente melancólica, me tiro boca abajo en mi cama, con las luces apagadas y en completo silencio. Por varios minutos estoy así, sin saber como continuar mi vida. Pareciera que exagero, me siento como una exagerada. Estoy tan confundida ahora, ¿Me gusta Harry? O sea, ¿Más de lo que debería gustarme como un amigo? Gruño en mi almohada, no quiero dormir, es viernes, y es temprano. ¿Maratón de series? ¿Internet? ¿Películas? Tengo todo y no se me antoja nada.

M U T E |H.S.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora