Capítulo 21.

2.8K 222 63
                                    

No le cuento a nadie sobre Harry y lo que pasó, ni siquiera se lo dije a Anne cuando llegó. Sin embargo me siento preocupada, de camino a casa no puedo pensar en otra cosa. Rezo por que lo que sea que tiene Harry, se cure.

Finalmente Harry ha durado ahí poco más de una semana, yo fui a verlo todos los días, cada día me sorprendía más que el anterior, a veces me hacía una mueca extraña y se quedaba quieto, otras veces me sonreía pero no trataba de entablar comunicación conmigo. Una vez le hablé del día que fuimos con Alice a alimentar a los patos, a lo que él me respondió que le gustaría que lo llevara a ver a esos patos de los que le hablaba, porque quería conocerlos. Actuó como si él no hubiera estado allí, como si lo que le acababa de contar, le hubiera mencionado a Alice, a mí y a otra persona desconocida. A veces se confundía, me preguntaba por personas que no conozco, Anne me dijo que estaba mezclando nombres de amistades de Inglaterra y otros personajes ficticios. Me preocupaba su estado. Yo veía que estaba empeorando, sin embargo le dieron el alta, y mañana irá a la escuela.

Me preparo y tomo mi mochila, la mañana es calurosa, el verano y las vacaciones están cada vez más cerca, eso me mantiene positiva, pues siento que he trabajado bastante duro, lo suficiente como para sacar notas buenas.

Por las tardes que iba a ver a Harry, me llevaba mi tarea y la hacía con él, hasta le explicaba algunos temas y él también tomaba apuntes.

Para mi primera clase me toca Salud y Familia, una materia "innecesaria" para alargar las horas en la escuela. Sé que a Harry le toca lo mismo, y espero toparme con él antes de entrar a clases.

—Grace, ¿Harry no ha llegado?— me dice Alice, cuando la topo en el pasillo.

Niego con la cabeza, no lo he visto y las clases están por comenzar. Justo el timbre suena y suelto un suspiro, espero que nada malo haya pasado. Me despido de Alice ya que ella va a otra clase, y yo me dirijo al aula que me corresponde. Dejo mis libros en un asiento vacío y me acomodo. Me pregunto qué profesor nos dará la clase hoy.

Como es una materia de relleno que solo tenemos dos o tres veces a la semana, no tiene un profesor fijo, solo la imparte alguien disponible.

Antes del profesor, veo a Harry entrar con una sonrisa al verme. Toma asiento a mi lado y me siento menos preocupada. Tomamos la clase con tranquilidad. Esta vez nos han hablado del maltrato en casa y las diferentes formas en las que se presenta.

La clase concluye y espero a Harry para salir juntos. Siento la extraña necesidad de cuidarlo como a un hermano pequeño, de protegerlo de todo, si es necesario, me pondré como un escudo frente a él.

Para mi suerte, tenemos el resto de clases juntos, a excepción de las últimas dos.

Intento que me comunique cómo se siente, ya no parece confundido, pero como ya pude saber, parecer no significa estar.

— ¿Qué harás en vacaciones?— le pregunto para sacar plática.

Él se encoge de hombros antes de cerrar su taquilla. Me acompaña a la mía mientras le observo.

-Me quedaré aquí, tal vez. No puedo dejar mi tratamiento.- me dice luciendo un poco triste. -Espero recuperarme un poco para entonces, así quizá pueda hacer algo que no sea ir a terapia todos los días.

Puedo percibir lo apagado que se siente, pero aún le queda esa chispa de esperanza.

—Sabes, Harry. Eres la persona más fuerte que conozco, sé que no vas a rendirte.

Él no responde nada ante mis sinceras palabras.

El resto de la mañana va tranquilo, Harry parece recordar a Ian y Alice perfectamente, cosa que estando en el hospital, no hacía. Rezo porque realmente esté tan bien como parece. Me he quedado pegada a él casi toda la mañana, supongo que me queda ese miedo y la sensación horrible en el estómago de cuando lo vi caer al piso, no quisiera que eso sucediera otra vez, si volviera a pegarse en la cabeza... Solo Dios sabe qué pasaría.

M U T E |H.S.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora