Capítulo 5.

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La siguiente clase nos la pasamos rápida, Historia, en sí, no es tan difícil para mí, y al parecer para Harry tampoco, ya que lo vi poner mucha atención. El timbre nos da la libertad por treinta minutos para el almuerzo. Los alumnos se levantan de sus bancos y toman sus cosas, después de la indicación del profesor de salir ordenadamente. Espero a Harry quien termina de cargar sus cosas. Salimos para ir directo a nuestros casilleros, le dejo ir al suyo y, literalmente, corro al mío, si tardo demasiado, la fila en la cafetería será demasiado larga. Cuando por fin dejo mis cosas en mi casillero, corro de nuevo a la cafetería, algunos alumnos aún pasean con tranquilidad por los pasillos. Cuando llego, veo a Harry recargado contra la pared, esperando por mí. Me acerco rápidamente. 

— Perdón, ¿Tardé demasiado?

Él sonríe y niega con la cabeza. 

— Es mi maldito casillero, está demasiado lejos de todo y me convierte en un desastre.— me río de mí misma. 

Veo a Harry aguantarse una sonrisa, como si tuviera ganas de decir algo. — ¿Qué?

- Igual que ayer.-  me dice sonriendo. Hago una mueca y junto mis cejas. 

— ¿A qué te refieres?— achino mis ojos mientras coloco mis manos en mis caderas. Quiero reírme, pero lo resisto. 

Muerde su labio para no reír, antes de mover sus manos en una respuesta. -No lo sé, yo solo recuerdo que estabas hecha un desastre.- se encoge de hombros y sonríe divertido. 

— ¡Hey!— le reclamo mientras él sonríe más ampliamente. — Eso no es verdad.— recuerdo que fuí al baño para arreglarme el cabello y usar mi kit de emergencia, y quedé... Presentable. Le veo esconder sus labios y después cubrir su boca con su mano, evitando reír. 

— Nadie me despertó... No es culpa mía. — murmuro.  

Harry niega lentamente con una sonrisa aún en sus labios y toma mi brazo para ir conmigo a la cafetería. Empujamos la puerta para entrar pero al observar una de las mesas, me detengo en seco, jalando sin querer a Harry quién pierde el equilibrio un segundo y se estrella contra la pared junto a las puertas. Comienzo a creer que este día lo estoy maltratando demasiado, pero la escena que he visto es digna de no ser interrumpida ni por los Dioses del universo. Lo llevo conmigo fuera de la cafetería antes de que las miradas curiosas se posen en nosotros por el ruido y nos encontremos en una situación de incomodidad y vergüenza. Para nuestra suerte, nadie alcanza a vernos, evitamos ser el centro de atención. 

Harry se suelta de mí cuando hemos salido de la cafetería y me da una mirada de "¿Qué demonios fue eso?" Lo tomo de la mano y lo acerco conmigo a la puerta de la cafetería, la abro un poco dejándonos ver. Todo allí dentro sigue igual. Él se asoma, confundido, vuelve a mirarme. 

— Esa es Alice...— susurro.—Y está sentada con Ian—vuelvo a susurrar, esta vez, con emoción. —Está sonriendo, oh Dios.— mi niña crece tan rápido. Sé que Harry no entiende ni pio, así que nos alejamos de la puerta un poco. Su rostro aún está confuso. 

— Alice es mi mejor amiga, y la chica que vino esta mañana, ¿La recuerdas?— asiente tratando de ver a donde llego. — El chico con el que estaba sentada, es Ian. No sé si deba decirte esto porque en realidad nadie además de mí lo sabe, pero confío en ti así que lo haré.— miro alrededor, me siento como si estuviera traficando información. — Está enamorado de Alice desde...— intento hacer cuentas. — Desde hace mucho tiempo, el punto es que es bastante bueno ocultandolo y también resistiendo. Alice ni sospecha, de verdad, él ha tratado de todas las maneras posibles declararse, pero Alice es taaaaaan distraída.— me quejo de mi amiga, si ella tan solo, viera un poquito más allá de su nariz rojiza y enferma y bajara de esa nube de fantasía e ignorancia, se daría cuenta de lo mucho que Ian la ama. 

M U T E |H.S.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora