M U T E |H.S.|

Capítulo 9.

No hay señales de Eliot en toda la escuela y eso me anima, no tengo ganas de toparme con ese canalla, o la próxima que le dará de golpes seré yo. No he hablado con la profesora, pero si Eliot insiste, lo haré. 

— ¿Crees que nos den la hora?— le susurro a Harry, estamos en el aula de ciencias y la profesora no se ha aparecido. 

Me pregunto si estará bien, yo creía que ya se estaba recuperando. No sé qué tan duro puede ser un divorcio pero asumo que duele bastante. Imaginar que la persona con la que querías compartir tu vida, esa persona con la cual diste el "Sí" con un vestido blanco y una sonrisa en los labios... y que de pronto todo eso se acabe, que la burbuja de ilusión se rompa, y la vida te de un golpe tan duro que todo tu mundo se tambalee. Debe ser difícil. 

Harry se encoge de hombros y suspira. Pasan algunos minutos y la directora entra al aula, sola, no es una buena señal. 

Rápidamente nos explica que la Profesora Kelly no nos dará clases por esta semana, y podemos tomarnos las horas de su clase para repasar otras materias o salir al patio ordenadamente y sin hacer escándalo. 

Miro a Harry y hago una mueca, parece que su recuperación irá para largo. Es una lástima, esa mujer es un amor de persona. 

Los alumnos se levantan en un murmullo bajo, y poco a poco van saliendo del aula. Entre ellos, Harry y yo. Decidimos ir a la biblioteca, pues el profesor de Matemáticas nos habló de un nuevo tema hoy, y por alguna razón estaba tan distraída que me regañó un par de veces, así que Harry va a ayudarme con eso. 

Creo que somos los únicos en la biblioteca, eso está bien, no tendré distracciones. Así, empezamos con la clase. Yo saco mi libreta y Harry el libro, poco a poco me señala cada cosa, y paso a paso me explica el proceso. Harry es paciente conmigo, y se lo agradezco. Para terminar con el tema, y asegurarse que lo he entendido, me pone un problema y me pide que lo resuelva, pero esta vez, no me deja usar como base lo que él ha hecho antes. Dice que es para probarme a mí misma que no necesito apoyarme en un esqueleto y que solo me basta con practicar y centrar mi atención en lo que estoy haciendo para lograrlo. Me toma unos minutos, en los que constantemente me pregunto si debo multiplicar o dividir. Sentido común, me había dicho Harry, antes ¿Tendría que dividir? Me arriesgo tomando ese camino. Divido, y entonces solo resto lo que ya tenía. Termino, no estando convencida, aún así retengo el aire en mis mejillas y se lo muestro a Harry. 

Él lo revisa con calma, y entonces me mira serio. Lo hice mal. Oh, no, no puedo creer que soy tan pésima en esto. Entonces Harry sonríe, y asiente. Junto mis cejas porque ya no entiendo ¿Lo hice bien, o lo hice mal? ¡Lo hice bien! 

Cubro mi boca con mis manos, estuve a nada de gritar. 

Me río bajito y miro mi libreta para ver mi trabajo. Lo hice, no sé cómo, pero lo hice. Harry se ríe de mí y salimos de la biblioteca antes de que toque el timbre. 

Sorpresivamente, me fue bien en matemáticas, y es que con Harry como compañero y tutor me es más fácil entender. Él tiene paciencia y simplicidad para explicarme, mientras que el profesor lo hace de un modo más... rudo. 

Estamos yendo a la clase de Probabilidad, Harry ha estado muy bien, tiene una sonrisa en los labios desde esta mañana, estoy contenta porque parece que la salida de ayer le animó un poco. 

Dentro del aula, él me dice con una sonrisa que su madre tuvo que enviar su camiseta a una tintorería porque las marcas de las patas de los patos parecían resignarse a abandonar la prenda. Dice que no le importaría que se quedara así, la conservaría como recuerdo. 

El profesor entra interrumpiendo nuestra conversación y empieza la clase. 

Estoy tan aburrida, y las horas pasan lentas, Alice ha estado estornudando al lado mío de nuevo. Durante el almuerzo le enseñamos un poco más del lenguaje a señas. Los ojos me pesan mucho, no sé si es el día nublado, o que el profesor de probabilidad no había planeado bien su clase y nos puso a leer unos temas larguísimos.