M U T E |H.S.|

Capítulo 24.

Hoy miércoles decidimos juntarnos Harry y yo. Estoy tan emocionada por el viaje, y me parece un verdadero milagro del cielo que mi papá me permita irme de viaje con mi novio y la familia de mi novio.

Mi maleta ya está hecha, ya tengo todo listo, estoy lista para partir mañana temprano.

Miro mi teléfono para encontrarme con un mensaje de Harry.

"Llego en dos horas. Perdón. Estoy en el hospital."

Siento como un balde de agua fría en mi espalda y de inmediato le respondo.

"¿Estás bien? ¿Pasó algo?"

"No, tranquila. Está todo bien, solo es un ultimo analisis, para estar seguros."

No me relajo, me siento nerviosa, él realmente no merece todo esto.

Pasada una hora, lo que a mi me parecieron eternidades, Harry me envía un mensaje diciéndome que viene en camino.

Hace a mis hombros destenzarse y algo de alivio viene a mi cuerpo. Unos 15 minutos más tarde tocan a mi puerta. Seco el sudor de mis manos y abro la puerta.

Muy a prisa, rodeo su cuerpo con mis brazos, un poco lento pero reacciona y me abraza fuerte de vuelta. No sé por cuanto tiempo me he quedado pegada a él, pero no es suficiente, nunca lo es.

Una vez que me alejo un poco de él, puedo ver sus ojos y una pequeña sonrisa meláncólica en sus labios.

—Solo... estaba asustada.— confieso.

Harry hace una mueca y toma mi rostro en sus manos, y entonces me besa, sus labios se sienten suaves y tibios, su beso es tierno y lento, como si atesorara el momento en su cabeza. Le sigo el beso con tranquilidad y me pego un poco a él, solo quería esto, abrazarlo, que me abrazara, y sentir sus labios y su paz.

Se separa unos centímetros para tomar aire, sus ojos siguen cerrados y sus labios entreabiertos dejan paso a pequeños suspiros. Me inunda de tranquilidad, de pronto, verlo aquí, así, me hace sentir como si nada malo pasara, como si él fuera solamente un chico enamorado, con una vida normal.

-Todo está bien. Voy a estar bien.- me señala una vez que ha abierto los ojos. -Nos vamos mañana, finalmente.

—Ya quiero estar allá.— esbozo una pequeña sonrisa. —Me prometes que estarás bien.

Él asiente y yo niego.

-¿Lo prometes?- le digo en señas. Harry sonríe mientras yo lo miro con esperanza, pidiendo su respuesta.

-Lo prometo.

Y me acerco a besarlo de nuevo. Cierro bien la puerta de mi casa y camino con Harry.

Oh Dios mio, son las 5 a.m. ni siquiera ha amanecido, el cielo aún está oscuro. Harry viene con su cabeza recargada en mi hombro, dormitando y bostezando de vez en cuando. Anne dijo que podríamos dormir un poco en el segundo avión, pues lastimosamente no hay vuelos directos así que tendremos que hacer una escala en Washington D.C.

El primer vuelo ha ido bien. Aunque Harry estaba nervioso, a pesar de que lo negó innumerables veces, yo lo sé, y Anne que se reía constantemente de las expresiones de Harry, también lo sabía. Sin embargo, cada vez que él se sujetaba fuerte yo besaba su mejilla, y eso parecía relajarlo.

Tenemos que correr un poco para alcanzar nuestro siguiente vuelo pero lo logramos. Una vez instalados en nuestros asientos, nos relajamos. Esta vez a Anne le tocó estar un poco lejos de nosotros, y a Harry y a mí nos separa una mujer joven. No puedo mentir, estoy un poco decepcionada, me hubiera gustado ir junto a él. Sin embargo nos enviamos miraditas, aunque esta vez no puedo besar su mejilla si hay turbulencia. Decido dormir un rato, después de todo, Harry no está a mi lado y no hay nada que hacer.