Capítulo 27.

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Me alisto y tomo un pequeño bolso. El calor es insoportable pero me llevo un sueter para ponerme o no me dejarán entrar.

Estoy ansiosa y nerviosa, sé que no ha despertado así que no me hago a las esperanzas de verlo con sus ojos abiertos y sonriendo al verme llegar. Sonrío con tristeza, ojala pudiera tener alguna seguridad de que él al menos escucha mientras está así. Lo extraño tanto.

Llego al hospital e inmediatamente busco a Anne, la encuentro sentada en la sala de espera, pero no está sola. Leilany está a su lado.

—Grace, aquí estás.— Anne se levanta para darme un abrazo. Es fatal verla así, incluso creo que está más delgada.

—¿Ha pasado algo? ¿Cómo te encuentras?— le pregunto una vez que nos separamos.

—Igual, todo sigue igual. Él continúa igual. —me dice con pesar.

Suspiro. Le pregunto si ha descansado, me dice que gracias a que Leilany está aquí, ella ahora tiene quién la cubra. Yo sonrío a la chica y ella hace lo mismo. ¡Vaya! En Inglaterra parecía muy parlanchina, pero aquí ahora luce demasiado seria. Anne dice que irá a la cafetería así que aprovecho para acercarme a Leilany.

—Tu de verdad lo quieres ¿No es así?— me dice pero no me mira.

Yo retengo mi labio entre mis dientes y asiento nerviosa. —Por supuesto.

—Gracias, de verdad.— esta vez se gira para verme. —Por estar aquí, eso habla muy bien de ti. — me sonríe. —Sabes, Harry es como mi hermanito, crecimos juntos, soy un año mayor pero siempre fuimos a la misma escuela. Lo quiero demasiado y me asustaba mucho que tuviera que mudarse aquí solo con mi tía y con su nuevo problema, me daba mucho miedo que se quedara solo, porque lo conozco y sabía que haría eso, refugiarse en sí mismo. Procuraba hablar con él todos los días, creo que de alguna manera temía que él fuera capaz de hacer alguna atrocidad. — se detiene por un momento y yo me quedo de hielo.

¿Harry habría sido capaz de eso? Veo que retiene las lágrimas así que busco rápido la forma de brindarle mi apoyo, me acerco y froto su espalda amistosamente.

—Sabía que no salía de casa, incluso ni de su habitación y me tenía muy preocupada. Cuando me dijo que iba a integrarse a la escuela me sentí muy feliz, le pedí que fuera muy fuerte y esperé impaciente a que volviera y me contara cómo le había ido. No dijo mucho al respecto, solo que había estado bien. Poco a poco me fue contando más, me habló un poco de ti pero seguías siendo un misterio para mí, él te volvió un misterio. No dijo nunca tu nombre, solo decía que eras amigable y que era sencillo comunicarse contigo, asumí que, o le tenías paciencia o sabías algo del lenguaje a señas. De un tiempo acá me di cuenta que estaba feliz, hablábamos más, sus mensajes eran más alegres, y eso era gracias a ti. Tú no lo dejaste solo, te interesaste en él y lo acompañaste, te mantuviste a su lado en todo momento, sé de las veces que ingresó al hospital de nuevo y me dijo que lo visitabas constantemente, hoy está de nuevo aquí, en una cama de hospital y aquí estás tú, visitandolo sin tener alguna obligación, incluso aunque él no se de cuenta de eso.— sonrie triste. —Gracias por eso, Grace. Estoy agradecida de que Harry haya tenido la suerte de encontrarte, si no hubieras llegado a su vida o no te hubieras quedado... No sé que habría sido de él. Puedo atreverme a decir que es gracias a ti que su perspectiva con la vida cambió.— suelta un suspiro antes de continuar. —Existen tres Harry's, el primer Harry es el de antes de su accidente, burlón, risueño, extrovertido, el segundo Harry apareció después del accidente, triste, depresivo, solitario, y el tercer Harry vino cuando te conoció, volvió a tener fe, su buen humor regresó, es feliz.

Me sonríe con ojos llorosos y toma mi mano. Paso el dorso de mi mano por mis mejillas para limpiar algunas lágrimas.

—Yo realmente lo quiero, no sabes lo mucho que él significa para mí, es un gran ser humano y odio que tenga que pasar por todo esto, no lo merece.

M U T E |H.S.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora