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Me quedo estática en la cama al sentir que alguien se sube en está. Aprieto la mano de Zayn que descansa sobre mi estómago. La respiración se me corta por un segundo al sentir como me acarician el pelo, sin poder más del miedo me giro, veo una sombra a los pies de la cama, ya no está sobre esta. Me sonríe y me apunta con una pistola, grito, pateo, pero Zayn no se mueve. El miedo me invade más aún al ver sangre en su frente.

-¡Zayn!- grito tomando su rostro entre mi manos-¡Zayn, es ella! ¡despierta!- las lágrimas bañan mi cara mientras peleo para que me suelte, sus manos se aferran a mi pierna y tira de ella para sacarme de la cama. La observo, definitivamente es ella. Su sonrisa me produce nausias.

-¿pensaste que te dejaría ir?- dijo y me sujeto con fuerza por el pelo.

-¡Zayn! ¡Esta aquí!- grite con desesperación mientras lo observaba tendido sobre la cama incociente. Cerré mis ojos con fuerza y tire de su mano para soltar mi pelo.

-¡Despierta, cielo!- escuché y abrí mis ojos. La paz me invadió al ver su rostro, él me observaba con preocupación desde arriba. Estábamos en la cama, estaba sentado sobre mi, con las manos sobre mis hombros- no está aquí, cielo, no lo volverá a estar- susurro  y acaricio mis mejillas.

Levante un poco mi cuerpo y lo abrace con todas las fuerzas que tenía. Sólo fue un mal sueño, seguía estando a salvó entre sus brazos.

-Te había disparado, estaba justo ahí- señale hacia los pies de la cama- no quiero perder- lo apreté más a mi- no quiero que me dejes sola- susurré escondiéndome en su cuello.

-tranquila, cielo- susurro acariciando mi pelo- nunca me perderás- se apartó y me observo desde arriba- estaré siempre aquí, a tu lado, tomando tu mano, apretandote entre mis brazos- se acercó hasta que nuestras frentes chocaron. Un suspiro salió de sus labios chocando con los míos, provocando que todo mi cuerpo se estremeciera involuntariamente. Sus ojos se clavaron en los míos, quería descubrir que era lo que estaba tratando de decirme, pero no podía, nunca había visto unos ojos así, que me miraran así. Tomé su cara entre mis manos y terminé con la mínima distancia que nos quedaba. Atrape sus labios con los míos y nuestros ojos se cerraron, lo quería más cerca, a pesar de que estuviera sobre mi, no lo sentía lo suficientemente cerca, quería todo de él, con mis manos traze un camino de toques desde sus mejillas hasta sus hombros y luego baje por sus brazos hasta llegar a sus manos, volví hasta sus hombros y me fui por sus costados, luego por toda su espalda acariciándola sobre la camiseta. Mordió mi labio haciendo que mi cuerpo saltara y mis uñas se clavaran en su espalda. Un gemido salió de sus labios y el beso de intensificó, ya no era dulce, ahora era caliente... Extremadamente caliente... Mis mejillas se coloraron al darme cuenta de los pensamientos que estaba teniendo.

-Joder, jade, me volverás loco- jadeo al separarnos, sus ojos estaban completamente oscurecidos, su tez estaba roburisada y caliente. Mi respiración estaba entre cortada y me faltaba el aire de solo verlo de esta forma. Me sonrió coqueto y volvió a besarme, de la misma forma. Mi cuerpo se tenso al sentir sus manos en mi cintura, mi espalda se arqueo al sentir sus manos bajando lentamente por mi cintura hasta llegar al borde de la camiseta, lentamente fue metiendo sus manos bajo esta, un gemido salió de mis labios al sentir sus dedos acariciando mi piel.

mi nervios aumentaron al sentir una de sus manos bajando por mi muslo. Apreté su camiseta al sentir sus dedos sobre mi cicatris, subió su mano inmediatamente dejándola sobre mi cadera, apretó está y de un momento a otro, era yo la que estaba sobre él.

-Mucho mejor- susurro y volvió a besarme. Sentí mi cara y cuerpo arder al notar como crecía algo bajo mi. Me quedé inmóvil mientras el acariciaba mi espalda bajo la camiseta. Sus manos volvieron a mis muslos, pero esta vez sin tocar mi cicatris, podía sentir como toda mi piel se erizaba bajo cada toque. Me sentía jodidamente bien. Algo dentro de mí se despertó, saltaba y gritaba de alegría y fervor. Mordi su labio y sus manos volvieron a mi cadera, apretó y me cargo contra su erección gimiendo fuerte. Poder escuchar era todo un privilegio. Lleve mis nerviosas manos hasta el borde de su camiseta y tire de ella hacia arriba, nos separamos por un segundo y él se la quito lanzandola lejos, me esperaba en sus labios, pero hice algo por lo que moría. Bese su cuello, lami y succione por todas partes incluído parte de su cuello y hombros.

Señor MalikDonde viven las historias. Descúbrelo ahora