Golpee la puerta, aun qué estaba abierta, no quería entrar sin que él me lo permitiera. Se giro e hizo un gesto con la mano para que entrara.
-¿De que lado de la cama prefieres dormir?- pregunto mientras se rascaba la nuca y observaba al piso.
-Izquierdo-respondí sin mirarlo.
Asintió con la cabeza y camino hasta la cama. Mientras yo me quedaba como estatua, creo que no pensé bien las cosas antes de venir a esta habitación, no pensé que sería tan incómodo.
- ¿Piensas dormir en la puerta? -pregunta mientras me observa desde la cama.
Niego con la cabeza y camino lento hasta la cama. Me quito las pantuflas y me meto bajo las sabanas. Quería reír, porque ambos estábamos como estatuas en la cama.
- ¿Quieres hablar ahora o mañana? - pregunta mientras enciende el televisor.
Me giro de forma que quedo de costado observándolo. Baja su vista hasta mí y asiento con la cabeza
-¿Puedo preguntar lo que quiera?- mi tono de voz era bajo, el cansancio me estaba ganando, pero quería que él me respondiera algunas cosas. Necesitaba saber. Su seño se frunció y asintió mientras no me prestaba atención y observaba el televisor-¿Hace cuánto conoces a mi mamá?- quería ser directa y empezar por lo que realmente me importaba saber, pero al parecer esto no le resulto agradable a él.
-¿Es necesario que sepas eso?- gruño- esperaba que me preguntaras cosas sobre mí, en una semana tenemos una cena con mis padres y hermanas y no creo que quieras presentarte sin saber nada sobre mi- me miro y apago el televisor.
Quería gritarle, porque el trato era que él respondiera lo que le preguntara, no que fuera él quien eligiera hasta las preguntas, pero no me quedaba de otra, era obedecer u obedecer, así de simple.
-¿Qué es lo que más te gusta hacer?- pregunte mientras miraba mis uñas y luego subía mi vista hasta él. Parecía algo confundido.
-Pues...- tartamudeo- me gusta la música, también leer y eso sería todo-
-¿Los nombre de tus padres cuáles son?- me acomode boca abajo y trate de seguir concentrada en lo que me decía.
Pero no paso mucho para que me quedara dormida, realmente estaba cansada. En mis sueños no dejaba de aparecer Dylan, mamá y todos los otros esposos que ha tenido. Cada uno de los golpes y malos tratos se repetía una y otra vez en mi cabeza. Los gritos eran tan intensos que hasta parecían reales, pero al abrir los ojos me di cuenta que no lo eran, ya no estaba más en esa mugrienta casa, ni estaba mamá para gritarme y/o golpearme. Ahora estaba en una linda habitación y un hombre guapo dormía a mi lado. Estaba de lado, sus ojos estaban cerrados, tenía unas pestañas tan largas y negras como la noche, su nariz recta y labios perfectos, solo lo hacían lucir más angelical aun, tenía ganas de meter mi mano en su cabello negro, pero eso sería una estupidez, ya lucia como una psicópata observándolo mientras dormía. Me moví un poco y él se giró para quedar boca arriba, un ronquido salió de su boca y una risa de la mía. Podría amanecer así todos los días. Con cuidado de no despertarlo me levanté y fui hasta ''mi habitación''. Tome el iPhone que él me dio, estaba a tiempo para el colegio. Fui hasta el armario y tome el feo uniforme (que él compro, obviamente), lo deje sobre la cama y corrí a la ducha. Le di play a la música y me metí a bañar, luego de esto me envolví en una toalla y me vestí, peine mi cabello, tome mis cosas y fui hasta la cocina.
-Buenos días-
Marta y Andrew estaban tomando café-
-Buenos días cariño, te sirvo de inmediato tu desayuno- marta se levantó rápidamente, pero la detuve.

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Señor Malik
Fiksi Penggemar-¿Cómo es que puedes vivir así?- aparto el cabello de mi cara y me observo... Estaba horrible, pero aún así él no dejaba de observarme con dulzura. -Aprendes a convivir con el dolor...-inhale y trate de levantarme-...se vuelve tu mejor amigo- Apre...