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La alarma sonaba y sonaba, pero lo único que quería hacer era volver a dormir, quedarme en la cama sin moverme. Abrí mis ojos esperando encontrar a Zayn, pero no estaba, luego de unos segundos me di cuenta que no era el tono de alarma que sonaba, sino el de llamada, estire mi brazo y tome mi celular. Era Trisha.

-Cariño, pensé que te había pasado algo malo- suspiro alviada.

-Solo estaba durmiendo- reí y ella igual lo hizo.

-Llamaba para avisarte que no podremos ir a visitarte, ya que las niñas no sé sienten muy bien-

-¿es algo grave?- pregunté preocupada.

-No, solo es cansancio- respondió y mi tranquilidad volvió- nos vemos, cielo, descansa-

-Dale mis saludos a las niñas- dije y corte la llamada.

Me puse de pie y fui en busca de Zayn, la llamada de Trisha me había dejado un poco confundida, ya que no teníamos planeado que viniera.

-¿donde esta Zayn, Marta?- pregunté cuando la observé caminar hasta la planta baja.

-En Dubái, señorita- respondió y me observo confundida.

El mismo sentimiento se apoderó de mí, ¿Es que acaso él no había vuelto?

-¿volvió a irse?- pregunté confundida. Era imposible que él se fuera sin decirme.

-¿a qué se refiere?- frunció su ceño- el señor Malik, viajo esta mañana a Dubai. Antes de que usted fuera a la universidad- respondió y mi condición creció aun más.

-¿qué día es hoy?- pregunté y busque en mi celular.

-4 de octubre- respondió y lo confirme en mi celular.

-¿hoy vino luna a hacer el proyecto?- pregunté y rasque mi nuca confundida.

-Así es, luego usted subió a dormir una siesta-

-Gracias Marta, puedes retirarte- susurre confundida. Asintió y siguiente bajando las escaleras.

¿es posible que haya soñado tanto? Mi embarazo y que Zayn volvía al contarle todo esto. Realmente me sentía demaciado confundida. Así que decidí llamar a Zayn para poder liberarme de la duda.

-Hola mi cielo- susurró y presentí que estaba recién despertando.

-Me ha pasado la cosa más loca del mundo- reí y caminé hasta la habitación.

-¿qué cosa?- preguntó divertido.

-Tuve un sueño muy largo y cuando desperté pensé que habían pasado como tres días, tú habías vuelto, porque estaba embarazada- me lance sobre la cama- Marta me miraba como si estuviera loca cuando creí que habías vuelto a irte y ni siquiera has vuelto- reí y escuche su risa a través del celular.

-Estas loca, cielo- susurró y escuche un bostezo.

Reí y asentí con la cabeza sabiendo que él no podía verme.

-Te extraño...- las palabras salieron de mi boca sin pensarlo. Sentía un dolor en el pecho al no tenerlo conmigo.

Hubo unos segundos de silencio y luego lo sentí suspirar.

-Tambien te extraño, cariño, no sabes lo que daría porque estuvieras aquí conmigo y no al otro lado del mundo- susurró y las ganas de haber ido con él se incrementaron. No quería estar sin verlo, sin tocarlo, sin sentir su presencia. Me he vuelto muy dependiente de él.

Estuvimos hablando hasta que el sueño me venció. Extrañaba tanto tenerlo junto a mi, poder acercarme en la noche y sentir su cuerpo junto al mío, sus grandes manos tomándome y volviendome un poco más suya. Sé que llevamos solo unas cuantas horas separados, pero se me era imposible no necesitarlo. Sé ha convertido en mi rutina durante los últimos meses, es parte de lo que soy, de mi día a día. Lo necesito junto a mi, es así de simple.

Al día siguiente me alisté como siempre para ir a la universidad, Marck me dejó, Luna no apareció por ningún lado, pero Alex estaba esperando por mi en la entrada.

-¿está todo bien?- pregunté acercándome a él, su rostro lucia enrojecido, al igual que sus ojos. Daba la impresión de que estuvo llorando. Cuándo me tuvo lo suficientemente cerca me tomó por los hombros y me abrazó con fuerza, escuché como sollozaba mientras me sujetaba junto a él.

-Jade- susurró y un sollozo se le escapó.

No entendía nada, pero pase mis brazos por sus costados y lo abrace con fuerza. Otro sollozo salió de su boca y casi podía sentir como su tristeza me invadía igualmente.

-¿qué pasó?- pregunté cuando lo sentí más calmado. Nos separamos y él limpió sus lágrimas.

-Lo siento-me sonrió triste- sé que es extraño, pero no tenía con quién más desahogarme- suspiró- nos conocemos hace muy poco, pero confío en ti, me transmites mucha seguridad- bajó su vista apenado y volvió a observarme avergonzado.

-Está bien, puedes confiar en mi- asentí y le sonreí- ¿quieres ir a otro lugar a hablar?-pregunté y limpié una lágrima que había escapado de su ojo.

Asintió y observó al piso avergonzado, me enganche de su brazo y lo guíe hasta la zona de descanso de la universidad, nos sentamos en el pasto, me quede en silencio esperando a que él dijera algo, supongo que necesita un poco de tiempo.

-Lo siento, pero no tengo más amigas a quien contarles esto- suspiró y tomó mi mano. Asentí y lo observé atenta- tengo una hermana gemela que ha estado desparecida desde que tenemos 8 años- sollozó- pero hoy he escuchado a papá cómo hablaba con alguien por celular y al parecer él la encontro- lloró y me acerque a abrazarlo- ni siquiera se lo ha dicho a mamá, ni siquiera supo que decirme cuándo se lo pregunté, es como si él no quisiera que vuelva- sollozó- es tan frustrante saber que llevó toda mi vida buscándola, sientiendo que sufre, que me necesita y ahora que al parecer él sabe dónde está, no quiera compartir esa información con nosostros-

-¿pero estas seguro que habla de ella?-  fue lo único que se me vino a la cabeza, estaba en shock con toda la situación, ¿Como alguien es capaz de esconder algo así?- quizás no escuchaste bien y hablaba de otra cosa- negó con la cabeza y se separó lentamente de mi.

-Él le decía "espero que estés tratando bien a mi hija"- suspiró y limpió sus lágrimas- no tengo más hermanas, jade- me observo triste.

Señor MalikDonde viven las historias. Descúbrelo ahora