Capítulo 25: Hacemos promesas bajo la lluvia

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Narra Sam:

Estaba contento por la tarjeta que me había tocado. "Te quiero" Son dos de mis palabras favoritas, y... algún día espero decírselas enserio a Thalia.

Cuando salimos de la sala, no paraba de mirar mi tarjeta. Era la refinada letra de Newt. Me gustaba como escribía y cada vez que lo leía me sonrojaba, mucho.

-Sam, ¿En que piensas?- Me pregunto Félix.

-En nada.-

-Esa no es tu cara de pensar en nada. Es tu cara de pensar en chicas.-

-Félix...-

-¿Puedes al menos darme el nombre de tu misteriosa enfermera?-

-¿Podrías dejar de meterte en mi vida amorosa?-

-Es que quiero poder hablar de chicas contigo de una vez.-

-Ya hablamos de chicas.-

-No del modo al que me refiero...-

-¿Que quieres decir?-

-¿Te acuerdas de Olivia? ¿La chica del año pasado?- Me miro.

-Si. ¿Que pasa con ella?-

Félix me miro picaresco, levanto las cejas y al sonreír de aquella manera lo entendí todo.

-¡Oh tío! ¡No me cuentes esas cosas!-

-No seas crío. Es parte de la vida.-

-Madre mía, Félix, quiero comer y me vas a quitar el apetito.- Se rió.

Bajamos a la cafetería y comimos arroz tres delicias. De postre, algo de fruta.

-Pareces cansado.- Le dije a Félix cuando terminamos de comer.

-Hoy no he dormido bien.-

-Te vendría bien dormir.-

-Eso dicen siempre...-

-Estas cansado. Te llevaré a tu habitación.-

Lleve a Félix a su cuarto y le ayude a subirse a su cama, él sólo no puede. Cuando me fui, ya estaba casi dormido.

Cuando llegue a mi cuarto, me senté junto a la ventana y apoye la frente en el cristal. Hoy estaba lloviendo. Me gusta que llueva, aunque todo está mucho más triste, pero añoro el poder salir a la calle, sentir el viento en mi cara o incluso morirme de calor o correr bajo la lluvia. En el hospital siempre hacia calor, o al menos, eso decía todo el mundo cuando venía.

Estaba tan concentrado en la lluvia que ni siquiera me di cuenta de que Kyle entro en mi cuarto hasta que se sentó junto a mi.

-¿En que piensas?- Me pregunto mirando la lluvia.

-¿Te acuerdas cuando jugábamos bajo la lluvia y luego mama nos echaba la bronca por llegar empapados a casa?-

-Claro que me acuerdo. Estuve castigado dos semanas por que cogiste un resfriado.-

-Siempre te echaban la culpa cuando hacíamos cosas juntos.- Me reí.

-Por que soy el mayor, aunque la mayoría de las cosas fueran ideas tuyas.- Me reí.- ¿Quieres bajar?-

-¿A donde?-

-A sentir la lluvia de nuevo.-

No conteste, pero Kyle sabía que quería. Me puse una chaqueta y bajamos a la planta principal. La entrada al hospital estaba cubierta por una pequeña tejavana, la cual aprovechamos para salir. Hacía mucho que no salía del hospital, y cuando llegamos al borde de la tejavana, estire la mano. El tacto de la lluvia era igual a como lo recordaba y me daban ganas de correr a saltar en algún charco, pero si lo hacía, seria malo.

-Es genial.- Dije recogiendo la mano.

-Alguna día saldremos ahí y volveremos a jugar bajo la lluvia.- Dijo poniéndome las manos en los hombros.- Te lo prometo.-

Estuvimos un rato más allí, aunque fuera sin decir nada.

Siempre a tu ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora