Capítulo 43: Me dicen que piense en cosas bonitas

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Narra Sam:

Esto no... esto no podía estar pasando... a Félix no...

Estaba en el pasillo con los demás y sus respectivas familias. Kyle seguía agarrándome de los hombro por que ambos sabíamos que si me soltaba, saldría corriendo hacia Félix. Sus padres estaban hablando con Newt, quien intentaba tranquilizarlos. Su madre no dejaba de llorar y su padre tenía sus brazos al rededor de sus hombros.

Yo tenía los ojos irritados de llorar y creí que ya no me quedaban lágrimas, pero de repente, vi que Mike y un par de médicos salían de la sala y se llevaban a Félix en una camilla con mucha prisa.

Me levanté y quise acercarme a ellos pero Mike me detuvo.

-¿Que le pasa?- Pregunté llorando otra vez.

-Sam, será mejor que no te entrometan en esto.-

-¡Es mi mejor amigo!-

-Sam, cal...- Empezó Kyle.

-¡No quiero calmarme! ¡Quiero que Félix se ponga bien!-

Mis padres me llevaron a mi cuarto. Mike me había dado un calmante ya que estaba demasiado nervioso, lo estaba de tal modo, que ni siquiera me di cuenta de la aguja.

Minutos más tarde, me vi en la cama, tumbado y con la cabeza en ninguna parte.

-¿Estas mejor?- Me pregunto mi padre.

-Mmmm...-

-Sigue algo drogado.- Dedujo Kyle.

-Estoy bien.- Me incorporé.

Debía de tener una cara horrible por la expresión de mi madre.

-Mama, yo no me drogo.- Dije serio.

-Lo se, cielo.-

-Kyle, id a por un café.- Le dije al ver que él también estaba algo nervioso.

-Pero...-

-Quiero estar solo un rato.-

-¿Seguro?- Pregunto mi padre.

-Mucho.-

-Esta bien...-

En cuanto mis padres y Kyle salieron de mi cuarto, me volví a tumbar de golpe en la cama. Ya se me había pasado un poco el efecto pero seguía estando algo adormilado.

Al cabo de un rato, escuche que tocaban la puerta. Me levanté, ya que sabía que esa forma tan específica de tocar la puerta era de la única persona que quería ver en ese momento.

-Sam...- Dijo Thalia cuando me vio y corrió hacia mi.

- Dijo Thalia cuando me vio y corrió hacia mi

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-Sam, lo siento. Tenía que haber estado aquí, yo...-

-Ahora estás aquí.- La abrace de nuevo.

-Me he enterado de lo de Félix nada más volver y sabía que tenía que verte.-

-Gracias por venir.-

-Siempre voy ha estar ahí para ti.- Dijo poniendo sus manos en mis mejillas y luego me beso.

-Preguntas que nadie contesta N° 4.-

-¿Crees que es el mejor momento para...?-

-¿Duele morirse?- La interrumpí.

No contesto de inmediato. Se quedó callada, como si hubiera dicho algo malo, pero yo no quería hablar de cómo se sentía en ese momento.

-Depende.- Dijo por fin.

-¿De que de que?-

-Hay muertes rápidas e indoloras y muertes lentas y muy dolorosas.-

No dije nada. Había respondido a mi pregunta. No quería hacer nada más. Me quedé mirando a ninguna parte pero sentía los ojos de Thalia clavados en mi.

-Estas guapo.-

-¿Con los ojos rojos, la cara descompuesta y medio adormilado?-

-Si. Muy guapo.-

-¿Por que me siento culpable?-

-Es tu mejor amigo. ¿Puede que sea por que sientes que no has podido protegerle?-

-Félix es un año mayor, él era el que me protegía a mi.-

-Se pondrá bien.-

-¿Y si no lo hace?-

-Piensa en cosas bonitas, Sam.- Sonrió para mi.- Lo hará.-

-Cosas bonitas... lo haré.-

-Bien.- Me beso en la mejilla.- Tengo que irme.-

-¿Ya?- Dije agarrándola de las manos.

-Mi padre está aparcado abajo. Le dije que serían un par de minutos, y él es muy estricto con eso.-

-Aun así, gracias por venir. Necesitaba verte.- La abrace.

-No podía dejarte solo.- Te quiero.- Dijo cuando nos separamos.

-Ya también.- La bese y después de marchó.

Siempre a tu ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora