Capítulo 32: Pasamos miedo en el depósito

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Narra Sam:

Al fondo del pasillo principal, había un ascensor, ahí es a donde se dirijan los médicos con la camilla. Me levanté de mi silla y observé el camino de los médicos.

-¿A donde van?-

-Puede que vayan ha hacer la autopsia de esa persona.-

-¿Esta muerta?-

-Lo más seguro.-

Los médicos metieron la camilla en el ascensor y después pulsaron el botón de bajada. Cuando las puertas se cerraron, fue como si cortaran la última conexión con la vida de aquella persona.

Me acerque al ascensor. Me daba curiosidad y miedo a la vez.

-Quiero bajar.- Dije serio.

-¿Estas loco? No podemos bajar.-

-No te estoy pidiendo permiso, solo te informo de que voy a bajar.-

-Podía verte alguien.-

-Si no quieres venir conmigo por que tienes miedo, no vengas. Pero yo quiero hacerlo.-

-No tengo miedo. Y no vas a bajar... al menos tú solo.-

-Gracias.- Sonreí.

Apreté botón del ascensor y ambos esperamos nerviosos a que las puertas se abrieran. Yo rezaba para que al abrirse las puertas no viniera nadie y Kyle miraba a ambos lados preocupado por si venía alguien. Cuando por fin se abrieron las puertas, un gran escalofrío recorrió mi espalda. Entramos y Kyle pulso el botón para bajar.

Cuando los puertas se cerraron, fui yo el que sentía que alguien cortaba mi conexión con la vida, y por un momento tuve la sensación de que jamás volvería a subir.

-¿Estas bien?- Me pregunto Kyle.

-Yo si.- Le mire.- ¿Y tu?-

-Perfectamente.-

Seguimos bajando. Cuando el ascensor se detuvo, las puertas se abrieron. Estás dieron paso a un pasillo, largo y poco iluminado.

Salimos del ascensor y mis piernas comenzaron a temblar, pero no dije nada. Entramos en una de las salas del depósito. Me recordaba a la sala de operaciones, ya que me han operado varias veces y como era pequeño, me dejaban ver la sala para que no tuviera miedo, pero esta era diferente, mucho más triste.

-Nunca sería capaz de trabajar en un sitio así.- Dijo Kyle cogiendo una especie de pinzas.- Abrir personas en canal y ver que hay dentro ¡Puag! Asqueroso, pero debe molar.-

Yo no escuchaba a Kyle. Le oía hablar, pero no le escuchaba. Me senté en una de las camillas que había en el centro de la sala. No había colchón ni nada así que era un poco incomoda, pero bueno, el muerto no se iba a quejar. Me tumbé y entrelace mis dedos encima de mi estómago.

-¿Que haces?- Me pregunto Kyle.

-¿Esto es lo que siente un muerto?- Pregunté mirando una gran lámpara, ahora apagada.

-Los muertos no sienten.-

-Pero yo si.-

-Tu no estás muerto, Sam.-

-¿Por que sabemos tan pocas cosas sobre la muerte?- Pregunté sentándome y Kyle se sentó a mi lado.

-Nadie ha vuelto para contarnos como es aquello. Nadie lo sabe y cuando se sabe, no se puede contar.-

-Es injusto.-

-Hay cosas que es mejor no saber.- Dijo muy serio.

A Kyle no le gusta que hable de la muerte. Yo tengo asumido que voy a morir, pero no le gusta que lo diga, pero a mi me gustaría saber cosas de la muerte, por si tengo que prepararme, más que nada. Se que suena muy macabro, pero me gusta el tema, es un tema que me interesa y me aterra a la vez.

Mire hacia un lado y me levanté de la camilla. Comencé a caminar hacia las cámaras donde se guardan a los muertos durante una noche como mínimo después de hacer la autopsia. La que estaba a la altura de mis ojos no tenía nombre, estaba vacía. No se por que empezó a faltarme un poco el aire y entonces sentí a Kyle detrás de mi.

-¿Que miras?-

-Me da miedo.- Dije con voz quebrada.

-¿El que?-

-Eso.- Señale la cámara.- Me da mucho miedo.-

-A mi también me da miedo, Sam.-

Alargue la mano y la puse encima de la puerta de la cámara. Sentí un tremendo escalofrío recorrer todo mi brazo, y entonces vi a Kyle poner su mano junto a la mía.

-¿Sigues teniendo miedo?- Me pregunto sin dejar de mirar la puerta.

-Un poco. ¿Y tu?-

-Un poco. ¿Quieres que volvamos ya?- Dijo quitando su mano.

-Espero un segundo.-

Seguí mirando la puerta. Fue una sensación rara, pero a la vez, me siguió dando miedo.

-¿Podemos irnos ya?- Pregunté mirando a Kyle.

-Claro.-

Volvimos a subir a la planta principal. Seguía sintiéndome un poco mal, así que esa noche cene en mi cuarto. Kyle se quedó conmigo hasta que me quedé dormido. Pero hasta entonces, no deje de pensar en la puerta sin nombre, y no conseguía dejar de pensar en que algún día, mi nombre también se olvidaría como todos aquellos que una vez se escribieron en aquella puerta.

Siempre a tu ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora