Había pasado un año desde que Victoria y Jerónimo habían logrado finalmente estar juntos.
Tan solo seis meses después de que Victoria viajara a España se casaron legalmente; fue una ceremonia íntima, demasiado íntima, así lo querían ellos.
Los testigos fueron Camila por el lado de Victoria y Henry por el de Jerónimo. Este último sabía a qué iba cuando subió al avión con destino a Madrid, Jerónimo se lo había pedido, pero Camila fue completamente engañada, supuestamente ella viajaba porque Victoria estaba triste y extrañando un poco a sus familiares y amigos pero la verdadera razón de la presencia de Camila era para ser testigo de ese dulce amor que ella también había visto nacer, y es más, que ella principal y necesariamente había alentado desde un comienzo.
La unión civil fue simple pero no por eso menos romántica, cada uno dijo sus palabras y escucharon a la jueza hablar sobre el amor verdadero y para siempre, Jerónimo y Victoria sentían que cada palabra era dedicada únicamente a ellos, sentían que el amor del mundo entero pasaba por ellos. Luego de las alianzas y las firmas fueron todos a cenar, claro está, Victoria, Jerónimo, Camila, Henry y Martín. Este último se encontraba feliz, al fin había encontrado consuelo a su conciencia después de sentirse culpable por años debido a la mala actitud y al sufrimiento que había ocasionado tanto en Victoria como en Jerónimo. Ahora todo parecía estar en orden.
Luego de la cena cada uno se fue a su habitación, Camila y Henry se hospedan en un hotel ya que Victoria y Jerónimo nunca pensaban mudarse después de casarse y la casa actual solo tenía dos habitaciones para dormir.
Martín, entendiendo la situación con su ya mente adolescente decidió irse a dormir a la casa de unos amigos de la secundaria, permitiéndoles a Jerónimo y Victoria tener la casa solo para ellos, claro está, era su noche de bodas y si bien no hubo demasiados lujos al menos merecían una noche solo para ellos y su amor.
Una vez solos se miraron y en ese instante ambos rompieron en llanto, la cantidad de cosas que habían pasado dos años y medio atrás era increíble de recordar y verse al fin así, juntos, solos, unidos para siempre hacia que sus ojos se llenen de lágrimas y sus corazones palpiten al ritmo de un tren andante.
En un momento Jerónimo corrió la corta distancia que los separaba y abrazo a Victoria, la abrazo con un amor inmenso, con todo el amor que su corazón y su mente podían albergar. Estaba feliz de tenerla con el, al fin, de tenerla solo para él. Cuántas noches soñó con proponerle irse juntos, fugarse sin importarles nada y solo quedaba en fantasías; pero ahora no, ahora era real, Victoria estaba ahi con él, podía tocarla, abrazarla, besarla, verla por la mañana, la tarde y la noche, irse a dormir con ella, hacer el amor libremente sin estar pensando en si algún hijo los iba a interrumpir con algún problema policial o alguna hija con problemas amorosos iba a llamarla y alejarla de él. Esta vez era de él y sentía hasta dolor de estómago de solo pensarlo, no en una mala manera sino en una buena, ese dolorcito que te da al pensar en esa persona, al sentirte agraciado por tener a esa persona en tu vida.
Jerónimo estaba feliz y Victoria lo sentía. En un momento interrumpiendo el abrazo ella decidió tomar la iniciativa, lentamente se acercó hacia la boca de Jerónimo y solo rozó sus labios con los de él. Jerónimo pareció volverse loco solo con ese roce, el solo ver a Victoria tomar la iniciativa lo exitaba en sobremanera, siempre era él el que "lideraba" cada encuentro amoroso, él besaba por primera vez, él la desvestía en cada ocasión y luego se desvestía él, él casi que elegía las pocisiones en las que hacían el amor, aunque le daba pie a Victoria para que libere su pasión y está lo había hecho en varias ocasiones, ya le había explicado a Jerónimo que ser la que lleve el ritmo en el sexo le costaba ya que con Enrique su vida sexual había sido bastante básica, es más, algo anticuada incluso, pero aún así entendía que estaba en otra posición en la vida, ahora estaba con un amor nuevo, un hombre nuevo y en cuánto a la vida sexual aún tenía todo un universo que descubrír y era de la mano de Jerónimo que iba a hacerlo. Es por eso que Jerónimo se volvía loco cada vez que Victoria demostraba un mínimo liderazgo en su vida sexual, no solo por la excitación de verla gozar y liberarse sino también por sentir que Victoria se sentía en confianza y libre de hacerlo y esa libertad se la había otorgado él, sin lugar a dudas y sin caer en el machismo Jerónimo se sentía satisfecho y poderoso cada vez que Victoria tomaba el mando, cada vez que ella elegía su posición favorita, cada vez que le pedía a Jerónimo probar algo que para ella era nuevo y atrevido pero para Jerónimo, y cualquier otra persona, resultaría algo común de hacer en una relación sexual habitual. A Victoria se le había abierto un mundo nuevo y pensaba disfrutar de el.
Jerónimo con delicadeza y comprensión le enseñaba todo lo que ella quería aprender, a diferencia de los que muchos podrían pensar, era él el que enseñaba a la mujer mayor sobre las prácticas del amor, era ella quien casi como una joven que recién está aprendiendo lo que es el amor físico pedía cierta fantasía que recordaba haber hablado alguna vez con sus amigas, alguna anécdota sexual contada por Camila que la había dejado sorprendida y Jerónimo estaba feliz de complacerla.
Victoria era casi inexperta lo que significaba una exitacion mayor para Jerónimo, tenía la elegancia de una mujer más grande pero también tenía la inocencia casi adolescente de una mujer llena de deseos, preguntas y dudas por aclarar, o practicar mejor dicho.
Y era esa noche de bodas en donde iban a cumplir más de una fantasía pendiente.
Luego de que Victoria rozara sus labios con los de Jerónimo, lo tomó por la corbata y lo llevó subiendo las escaleras hacia su habitación. Una vez allí Victoria entro primero y luego él, una vez adentro ella cerró la puerta, se giró rápidamente y lo besó de sorpresa, Jerónimo no se esperaba el beso pero rápidamente pudo tomar el ritmo, Victoria podía sentir su exitacion en cada caricia, en cada empuje de su lengua hacia su boca, en cada mano que se dirigía a alguna parte íntima de su cuerpo; Victoria se separó de él como pudo y dirigió su vista hacia la entrepierna de Jerónimo, sentir que tenía a un hombre en sus plenos treinta y tantos así de exitado la hacía sentir la mujer más sexy del mundo, la más deseada. Y claro que lo era.
Jerónimo trato de besarla nuevamente pero ella se alejó aún más dando unos pasos hacia atrás en dirección del baño, Jerónimo solo sonreía resignado sabiendo que Victoria necesitaba ir al baño y arreglarse, aunque no lo necesitará. Jerónimo quedó sentado en la cama.-Victoria mi amor, qué tanto haces? Estoy esperándote.
Le dijo desde la habitación, la verdad es que no habían pasado ni cinco minutos pero ante las ganas el tiempo parecía eterno.
-Ya voy, ya voy, las recompensas llegan para los que saben esperar señor Acosta.
Le dijo ella, desde el baño.
No habían pasado ni 30 segundos más hasta que Jerónimo comenzó por sacarse el pantalón que tanto le molestaba, los zapatos, medias, saco y camisa, solo dejo puesto solo sus calzoncillos.
De repente la puerta del baño se abre y sale ella, era hermosa, era la visión de una diosa en la tierra, Jerónimo no podía creer lo hermosa que era su ahora esposa, la admiró de pies a cabeza detenidamente; Victoria llevaba puesto un conjunto de lencería negro, un corpiño, un corset de encaje y una tanga. Jerónimo nunca la había visto así, Victoria llevaba siempre conjuntos sexies pero esta vez parecía ser el mejor de los conjuntos, su pelo caia sobre sus hombros suavemente y sus ojos resaltaban más verdes que nunca.-No vas a decir nada? Preguntó Victoria.
-Yo, yo, yo... Victoria!!! Dijo Jerónimo sin poder salir del trance en el que había caído.Pero aunque su ya evidente excitación seguía allí Victoria se sintió intimidada de repente, su cara cambio a vergüenza.
-No, no, perdóname, soy ridícula verdad? Dijo mientras trataba de taparse.
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Cautiva de tu amor
Fanfiction+18 Historia sobre Victoria y Jerónimo de la Telenovela Victoria (2008). En este fanfic Victoria y Jerónimo ya como matrimonio deciden regresar a su país para instalarse definitivamente. Jerónimo es trasladado allí a una sucursal del diario para el...