Juntos otra vez.

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Enrique había logrado escapar del hospital pero si quería efectivamente escapar de la policía iba a costarle mucho. Arriba de su auto y con los nervios dominando su cuerpo y mente cada vez iba más rápido, la policía lo corría casi a la par y le advertian que se detuviese.

 - SEÑOR MENDOZA DETENGA SU ACTITUD Y ARRIMESE A LA ORILLA!!!!

- NUNCA ME VAN A ATRAPAR Y YA VAN A VER LO QUE VOY A HACER, NO SE VAN A SALIR CON LA SUYA. VICTORIA...

En ese momento a Enrique los nervios le jugaron en contra y perdió el control del coche casi sin poder hacer nada para volver al camino.

Una explosión se escuchó de repente y la policía corrió a ver qué había sucedido viendo el vuelco desde lejos, bajandose de sus autos los oficiales observaban el coche de Enrique en llamas al costado de uno de los puentes que tenía el camino.

* En la oficina departamental donde estaba toda la familia.

- Ay yo no soy más de los nervios... Dijo Camila.

- Si, es verdad, espera, ¿oficial podría informarnos algo? Dijo Santiago.

- Un momento, se que están nerviosos pero nos están informando de a poco...

- Pero hace media hora que no nos dicen nada, ¿Cómo están Jerónimo y mi mamá?

- Y papá... Agregó Paula casi con culpa.

- Esperen... (Dijo el policía para luego preguntar de la situación actual en el hospital)

- Ojalá no le haya pasado nada a Victoria y la bebé. Dijo casi entre llantos Fernanda.

- Quédate tranquila, no les va a pasar nada, tengamos fe.

- Ok. Nos informan que el señor Mendoza no se encuentra en el hospital en este momento.

- ¿QUÉ? ¿Y DÓNDE ESTÁ? 

- ¿Y mi mamá?

- El señor Mendoza tomó a una enfermera como rehén pero no a la señora Victoria, no me informaron sobre ella, la policía lo está persiguiendo. 

- No lo puedo creer. 

- Yo tampoco, jamás pensé que ésto llegaría a tanto...

- Ninguno de nosotros lo imaginó.

- Solo espero que mi mamá se encuentre bien, voy a llamar a Jerónimo, quizás él está con los oficiales en el lugar.

* En el hospital.

Victoria escuchó a Jerónimo llamandola y salió de donde estaba escondida dirigiéndose hacia él, Jerónimo por su lado buscaba en cada habitación con el temor de encontrarla lastimada pero la urgencia de encontrarla como sea lo hacía desesperar ante cada habitación donde no la encontraba. 

Abriendo la puerta de la habitación Victoria se encontró con Jerónimo de frente. La expresión de éste era indescriptible, Jerónimo tenía sus ojos llenos de lágrimas y los segundos parecieron horas, avalanzandose hacia Victoria la abrazó como nunca, pero no recibió la respuesta que hubiese esperado, apretandola hacia su pecho como queriendo que ella sea parte de si para no dejarla ir nunca más sintió como ella lo empujaba y forsejeaba queriendo alejarlo.

- No, no, sueltame no.

- Victoria, ey, soy yo.

- SUELTAME ME TENGO QUE ESCONDER, SUELTAME, NO ME TOQUES!!!!

- Victoria, mi amor, soy yo, mírame (tomando su cara entre sus manos) soy yo, Jerónimo.

- (Mirándolo a los ojos) ... ¿J-jeronimo?

Cautiva de tu amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora