Cerca de la libertad.

854 83 7
                                    


Enrique había salido a buscar un médico, no sabía cómo iba a hacerlo, ¿Debería secuestrar un médico? ¿Debía amenazar a Victoria y simular que eran una pareja normal confiando en que ella no dijera nada? ¿Debía asistir el parto él mismo sin ayuda? No estaba dispuesto a perder a Victoria ni al bebé que él creía que le pertenecía, dentro de toda su locura afortunadamente para Victoria Enrique iba a hacer lo menos peligroso así que decidió hacer lo más arriesgado pero lo más seguro.


* En casa de Jerónimo se encontraban él y Martín, la tortura había vuelto, debía esperar nuevamente a que haya alguna pista, mientras tanto los oficiales hacían rastreos por distintas zonas, controlaban los movimientos bancarios de Enrique, tenían su fotografía en cada salida de la ciudad y trataban de evitar a toda costa que el caso no llegara a los medios de información.

Jerónimo moría a cada hora, había estado tan cerca, para él era una carrera contra reloj, evitaba pensar en el embarazo debido al miedo que le producía el solo imaginar que Victoria tuviera que dar a luz. Por momentos se llenaba de tristeza y por otros de irá, pero no había nada que hacer, no sabía dónde ir, la policía había registrado el departamento de Enrique pero no había nada escrito, había dejado su coche pero se había llevado su ropa.


* En donde tenía a Victoria.

- ¿Qué haces aquí? ¿Y el médico?

- Vamos, levantate.

- ¿Qué? Enrique voy a dar a luz.

- Bueno, vamos a un hospital...

- (Victoria no lo podía creer) ¿Qué?

- (Acercandose a Victoria con el mismo cuchillo que ya la había amenazado y poniéndolo sobre su barriga) voy a confiar en ti Victoria, pero si me llegas a decepcionar, ésto va a terminar mal para ti y para mi.

- (temblando) está bien, no voy a decir nada lo juro.


Ayudandola a pararse Enrique ya estaba arrepiendose de lo que estaba haciendo, llevar a Victoria a un hospital era arriesgado, no tenían documentos y si los tuviesen los reconocerían inmediatamente, todo era arriesgado pero el enfermizo amor que sentía no permitía que dejará a Victoria dar a luz en un sótano frío y sin ayuda, pensar en que pudiera llegar a morir lo hacía sentir peor que pensar en que lo descubran.

- ME DUELE MUCHO!!!! Victoria simulaba dolor para que Enrique no se arrepintiera en el camino. YA VIENE YA VIENE!!!!

- Tranquila Victoria, ya llegamos, respira.


Al llegar al hospital Enrique solo pensaba en ayudar a Victoria aunque también ya estaba planeando cómo escaparse si algo salía mal, eso sí, no solo.

- Ayúdenme, va a dar a luz.

- Aquí señor, sientese, ¿ Hace cuánto tiene contracciones?

- Una hora más o menos pero intensas. Simulaba Victoria. Me duele mucho!!!

- Quedense tranquila (ingresandola a una habitación) señor usted quedese aquí, una enfermera le tomará los datos mientras revisamos a su esposa.

- Está bien. Enrique sentía cómo todo su plan se desmoronaba, ¿Cómo haría para salir de ahí con Victoria?


Dentro de la habitación Victoria no podía creer estar casi libre nuevamente, dos enfermeras se encontraban con ella, a ambas le llamaba la atención el estado en que se encontraba Victoria, estaba claramente flaca y desnutrida, se había dado un baño por la tarde pero a pesar de eso su ropa estaba sucia y gastada, una enfermera presionaba su barriga para chequear cómo iba todo hasta que llegará un médico.

Cautiva de tu amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora