La *felicidad* previa a la tormenta.

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La mañana siguiente casi no la vivieron, Victoria despertó primero cuando era casi mediodía para encontrarse recostada sobre el pecho de Jerónimo, sin despertarlo se levantó y dirigió a darse una ducha para comenzar el día. Una vez que salió despertó a Jerónimo con besos y caricias.
- Mmm.

- Buen día, despierta (con un tono musical)

- ¿Ya es de día?

- Ya casi es de noche...

- Todavía tengo sueño (contestó Jerónimo sentándose en la cama)

- Yo ya me duche pero hazlo tu así mientras nos preparó el desayuno y el almuerzo a Martín que debe estar por llegar.

- (estirándose) está bien...

Acto seguido Victoria se dirigió a preparar la comida para ambos, su hija la había recibido con unas buenas patadas casi como si se enojara por no haber probado bocado hasta esas horas de la mañana, acariciando su barriga y sonriendo por sentir a su bebé sana y fuerte Victoria se preparó un desayuno cargado para comenzar el día, unas nueces y cereales, jugo de naranja y pera, frutas varias, tostadas con mantequilla, jalea y huevos, después de todo lo tenía permitido.
Cuando Jerónimo llegó y vió todo eso se rió para si mismo.

- ¿Qué?

- Nada.

- (mirándolo de reojo) ¡¿Qué?!

- Nada... ¿Privilegios de embarazada?

- (Con mala cara) No sabía que las embarazadas debíamos hacer dieta...

- No dije es-...

- Bueno, entonces, ¿sabes qué? (Sirviéndose un vaso con jugo de naranja) esto es todo lo que tu hija y yo comeremos esta mañana para que tú estés conforme.

- (sonriendo y comenzando a desayunar como si no la hubiese oído)

- (Tomando el jugo bastante nerviosa)

- ¿Quieres? (Ofreciéndole una tostada)

- Sabes que ya entiendo... Tú quieres que yo engorde, ¿verdad? De esa manera tu serias el atractivo y yo la ballena con la cría por nacer!!!!

- (aguantando la risa)

- (levantándose de la mesa con no mucho éxito debido a la barriga)

- (Levantándose a ayudarla con la silla)

- No, no, déjame que aún no estoy tan incapacitada, suéltame.

- (Abrazándola sin dejarla mover) ¿Acaso yo anoche no te demostré lo que pienso de ti y tu físico actual?

- ¿Y eso qué tiene que ver?

- ¿No te dije no solo con miles de palabras sino con hechos (besando su cuello) lo que me produces?

- Agh tu eres hombre, puede ser por la necesidad misma, debería de agradecerte que no me engañes y recurras para eso a mí, todavía...

- ¿Y a quién más recurriría si no es a la mujer que amo, que me encanta, me fascina, me hechiza...?

- A quien sea que no esté gigante, embarazadisima y coma todo lo que parece que te molesta en el desayuno.

- Pero si no dije nada (otro beso en la mejilla) me da ternura todo de ti, ahora más (tocando la barriga) y no me molesta lo que comas. Victoria puedes engordar mil veces más de tu peso normal y seguirías siendo la mujer de mi vida. Y de todas formas, ¿no has engordado mucho o si? Eso dijo el médico.

- No mucho (en voz baja) pero me siento gigante y no quiero...

- Si es por mi a mi me gustas de todas maneras, flaquita (beso), gordita (beso), alta (beso), así de baja...

Cautiva de tu amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora