Cautiva de tu amor

Fruto de nuestro amor.

Al día siguiente lo primero que hizo Victoria fue ir a ver a su cardiólogo, convenció a Jerónimo durante todo el desayuno para que la deje ir sola y él vaya a trabajar tranquilo aunque tranquilo no estaba si se trataba de Victoria y su salud.

Una vez con su cardiólogo le realizó chequeos para despejar cualquier miedo.
- Victoria, entiendo que estuviste con problemas de presión arterial verdad?
- Si, doctor, la presión me ha bajado y subido estás últimas semanas, o este último mes para serle franca.
- Bueno, me dijiste que te estabas mudando, esos eventos suelen afectar a la salud. Más allá de eso, en los chequeos no encuentro nada peculiar y no veo necesario medicarte más de la pastilla regular que tomas. Trata de relajarte y no tengas sobresaltos.
- Ok doctor.
Hablaron un rato más y acordaron una nueva cita para el mes próximo, casi por insistencia de Victoria.
Una vez que salió del consultorio de su cardiólogo aprovecho para verse con Bernardo, su ginecólogo, se había realizado chequeos con él también hace una semana pero por la mudanza no había podido retirar los resultados, éstos eran los que también le preocupaba debido a unos pequeños sangrados que había tenido y otros síntomas que parecían ser de índole hormonal. Estaba preocupada y había decidió mentirle a Jerónimo sobre el día en el que iban a entregarle los resultados ya que si eran malos tendría tiempo para reflexionarlo sola primero.
Una vez en el consultorio esperaba sola mientras Bernardo terminaba de organizar su agenda médica.
- Bueno Victoria cómo te encuentras?
- Para serte sincera Bernardo estoy nerviosa, no se si los exámenes dieron bien o no. Hace días no duermo bien, no como bien. (Casi quiebra en llanto)
- Bueno para tranquilizarte déjame decirte que no tienes nada malo.
- De verdad?
- ... Bueno, depende del lado que lo mires, no se cómo reaccionaras tu.
- No entiendo nada Bernardo se claro por favor.
- Bueno Victoria, lo que tú tienes no es una enfermedad, para nada pero puede ser un tema delicado de tratar, al menos por ahora.
- Sigo sin entender nada, no estoy enferma pero es algo grave?
- Mira, voy a ser clarísimo, la razón por la que te realicé una ecografía ultra uterina hace una semana no fue en búsqueda de un cáncer ni nada malo, claro está tu te hiciste los exámenes hace poco más de un mes y salieron perfectos, la razón de la ecografía fue justamente para confirmar lo que ya sospechaba.
- Y qué es eso?
- Tu te has puesto a pensar en tus síntomas Victoria? Estás más cansada de lo habitual, estas durmiendo más, tienes menos apetito... por ahora.
- Si y también he tenido sangrados y tengo dolores fuertísimos de cabeza, mis senos están sensibles. Mira no entiendo nada, si no es una enfermedad entonces es algo hormonal o algo así.
- Vaya Victoria han pasado años desde el nacimiento de tu última hija pero no pensé que ibas a olvidarte tan así de lo que es estar embarazada.
En ese momento ambos se quedaron congelados, Bernardo esperando a que Victoria caiga en la realidad y Victoria sin poder hablar una vez que lo hizo.
- Embarazada? Espérate tú me estás diciendo que yo, a mis casi 54 estoy embarazada, Bernardo no deberías trabajar si bebiste alcohol.
- (Riendo) no he bebido nada Victoria, eso es lo que tú tienes, tu única condición médica actual no es un tumor o una enfermedad si no un embarazo.
- Pero cien por ciento confirmado? No lo puedo creer!
- Si, los exámenes de sangre dieron positivo y para más seguridad está la ecografía, estas de diez semanas.
- DIEZ?!!
- Si, son más de dos meses, me sorprende que no te hayas dado cuenta.
- Es que entre el viaje y todo lo que había que organizar en ambos países no he tenido tiempo ni de dormir casi, mucho menos de ver si tengo náuseas o si me crece la barriga. (Tocándose el vientre susurra "Dos meses")
- Bueno, felicidades!! Este por supuesto es un embarazo super riesgoso como ya imaginarás.
- Si, eso, qué pasa con las pérdidas?
Incluso ante la sorpresa de la noticia Victoria increíblemente ya estaba conectando con su embarazo y solo le importaba que se encuentre bien.
- Pequeñas por como las que has tenido tú en este tiempo de gestación suelen ser normales y la ecografía dió bien así que no hay que preocuparse. De todas maneras te voy a recetar hierro, calcio y todas la vitaminas necesarias para comenzar a fortalecer el embarazo, además vamos a monitorearte a ti y al bebé como mínimo una vez al mes. Y por supuesto te recomiendo que nada de esfuerzos ni malos momentos, nada de estrés ni preocupaciones. Es un embarazo de alto riesgo y no hay que minimizar eso.
- Si, si, voy a tener cuidado y no esforzarme en nada, no te preocupes. Bernardo te pido por favor que no se cuentes a Camila, POR FAVOR.
- Victoria cuentas con mi entera confidencialidad. No te preocupes.
- No es por nada en especial, solo quiero que Jerónimo lo sepa primero.
- Lo entiendo y de nuevo, felicidades.
Una vez en el auto Victoria no pudo aguantar las lágrimas, la sorpresa había quedado de lado y ahora solo quedaba la emoción, tocándose la barriguita aún imperceptible no podía evitar llorar. Este era un bebé hecho desde el más puro amor, casi un milagro. Victoria y Jerónimo habían hablado en diferentes momentos sobre ser padres juntos pero debido a la edad de Victoria y al poco tiempo que ambos tenían debido a sus trabajos casi que habían descartado la idea por resignación. De todas maneras hubo ocasiones donde luego de alguna noche o tarde fogoza Jerónimo se recostaba sobre el abdomen de Victoria y con cuidado de no lastimar sus sentimientos fantaseaba con la idea de poder tener un bebé con ella.
En el interior, muy muy escondido Jerónimo añoraba tener un hijo con Victoria, un niño o niña hecho nada más y nada menos que del amor que se tenían ambos, fantaseaba con ver a Victoria con una barriga grande, con llegar a su casa y verla durmiendo una siesta o decorando el futuro cuarto, tocar su barriga y sentir como se movía el bebé; todas estas fantasías quedaban en su interior ya que no se animaba a manifestarselas a Victoria por miedo a herirla, Victoria le había contado hace mucho que ya no podía ser madre y él había entendido.
Victoria volvió a la realidad y al poner en marcha su coche decidió tomar el camino más largo a casa para poder pensar bien cómo decírselo a su esposo.