Cautiva de tu amor

Cambio de planes.

Jeronimo tenía a Enrique contra la pared, convencido de que era él el que tenía a Victoria estaba decidido a sacarselo aunque fuese a golpes.

- FUISTE TÚ!! ¿DÓNDE LA TIENES INFELIZ?

- ALGUIEN QUE ME SAQUE A ÉSTE LOCO!!! YO NO TENGO NADA QUE VER CON TODO ESTO.

-TU NOS QUERÍAS SEPARAR, ÉL SIEMPRE NOS QUISO SEPARAR, (los oficiales y familiares separaban a ambos hombres) VI COMO LA MIRASTE EN LA CASA!!!

- No sé de lo que habla, mi ex esposa y yo rehicimos nuestras vidas por separado, si supiera algo seria el primero en decirlo. Contestó Enrique para luego irse junto a Paula y Mariana.

- ¡¡¡¡¡ESTÁ EMBARAZADA!!!!! NO TE SALDRÁS CON LA TUYA, LA VOY A ENCONTRAR Y TU TERMINARAS MURIENDO EN UNA CARCEL, TE LO JURO!!!!!

- (Santiago se quedó junto a Jerónimo, Camila y Fernanda, claramente no estaba bien, desde que Victoria había desaparecido no había dormido ni comido, sentía el alma salirse de su cuerpo) Fue él, ¿quién más sino?

- Tranquilo Jerónimo, no te arriesgues, quizás alguien más.

- Llegamos aquí hace medio año, ¿quién puede querer lastimarnos así? No sé dónde está Victoria, no sé si está bien, si la bebé está bien, si come, si se sintió mal, el embarazo es riesgoso...

Jerónimo comenzaba a quebrarse en llanto pensando qué podrían estar haciendo con su esposa.

- Tranquilo Jerónimo, ya va a aparecer, hay que tener fe. Yo creo que mi papá haría todo para separarlos pero secuestrar a mi mamá es demasiado.

- Fue él, ustedes no vieron como la miraba cuando la encontró en la casa, tocó la barriga como si añorara algo, hasta a Victoria le pareció extraño y me lo dijo.

- Bueno pero ponerlo contra una pared no sirve de nada, qué vas a lograr con eso, que te denuncie.

- Si, tienes razón Fernanda, es que... Es demasiado, todo esto, ¿y si le hicieron algo?

- No, no digas eso Jerónimo, mi mamá está bien, lo presiento.

- Ya no puedo más, no puedo más con esto.

Mientras llevaban a Jerónimo a la cafetería trataban de tranquilizarlo, era una situación de más horrible, un secuestro siempre lo era pero estando embarazada todos los mierda eran 100% mayor. Jerónimo estaba destrozado.

*Desde el lugar donde tenían a Victoria.

- Jefe, ¿qué hacemos?

- Mantenganla ahí, yo iré mañana por la tarde, no me sorprendería que alguien esté detrás de mí ahora.

- Está bien.

- Denle de comer y de beber...

- No tenemos la llave de la habitación.

- (pensando) bueno, yo hoy no puedo ir asi que que deberá esperar a mañana.

- Okey jefe, mañana lo vemos.

- Adiós.

Enrique se dirigió hacia su departamento, no quería arriesgarse a que alguien lo siguiera ese día y hacía bien, había oficiales que estaban custodiando sus movimientos, las sospechas sobre él eran obvias pero no por ser obvias iban a descartarse. Estacionando su coche se dió cuenta que había algo extraño en la calle siguiente, una camioneta que nunca había visto sin conductores. Obviamente sospechó y decidió definitivamente no ver a Victoria ese día.
Al otro día Enrique compró un chip para un celular paralelo, uno que la policía no pudiera rastrear ya que no estaba registrado con sus datos y lo usaba en zonas muy públicas, estando en un café llamó a los secuestradores que trabajaban para él y acordaron un encuentro casual para que les dé las llaves de la habitación de Victoria. No podía ir a verla él, sabía que lo seguían.

- Ustedes encarguense de ella por ahora, que coma al menos dos veces por día y si se siente mal o cualquier asunto me llaman a éste número primero que nada, ¿me escucharon? ¡Si le duele algo, si se lástima, si está por parir ustedes me llaman a mi primero!

- Está bien jefe, entendido, usted no se preocupe por nada.

Victoria aún no estaba ni enterada de los cambios pero la verdad era que los "empleados" de Enrique se encarguen de ella era mucho peor a que lo haga el mismo Enrique, en él existía cierto amor obsesivo y enfermo pero por lo menos había algo, en el secuestrador había solo interés por el dinero y en uno de ellos había un tinte de  perversión que lo llevaba a hacer lo que hacía. El infierno de Victoria parecía no tener fondo.
Cuando el secuestrador volvió a la casa lo primero que hizo fue entrar a la habitación de Victoria. Abriendo la puerta de una patada solo para aterrarla se dirigió directamente hacia ella y con las luces apagadas le cubrió los ojos con un pañuelo y luego le destapó la boca.

- ¿Qu- quién es?

- Shhh

- ¿Enrique?

- No.

- ¿Quién es? Repetía Victoria entre sollozos.

- Adivina.

- Por favor señor, déjenme ir, por favor...

- Soy un amigo...

- Por favor, déjenme ir... Mi hija.

- Shhh (le acariciaba el cabello)

- Por favor, estoy embarazada, mi familia me debe estar buscando, mi esposo...

- Nadie te busca.

- ¿Qué? Si, en unas semanas voy a tener a mi hija, necesito un doctor, necesito un hosp-

- La vas a tener aquí, con nosotros, vamos a ser sus tíos.

- ¡¡¡¡NO, MI FAMILIA ME ESTÁ BUSCANDO, MI ESPOSO ME VA A ENCONTRAR Y USTEDES VAN A IR A LA CARCEL POR CUMPLIR CON LO QUE DICE UN LOCO COMO ENRIQUE. ÉL ES ABOGADO, TIENE CONTACTOS, ¿¡¡¡¿CUANDO ME DEJEN IR TU CREES QUE VA A MOVER UN DEDO PARA SACARTE DE LA CARCEL?!!!?

- (el secuestrador escucho la última parte más que nada y se quedó pensando) ...

- ENRIQUE NO VA A HACER NADA POR TI, NO ERES NADIE PARA ÉL, VA A MOVER SUS CONTACTOS PARA SALVARSE ÉL Y TU VAS A ESTAR EN LA CARCEL POR SIEMPRE!!!!

-...

- Por favor, no sé qué te prometió pero no lo vale. Déjame ir, en cualquier lado no importa, me arreglaré, por favor.

El secuestrador pensó en lo que le dijo Victoria, era cierto que si algo salía mal e iban a la cárcel era Enrique el que podía incluso salir ileso mientras los demás pagarían las culpas completas. De todas maneras el secuestrador no quiso dejarse influenciar por Victoria y de un golpe la silenció.
El labio de Victoria sangraba a través de la venda que le había puesto para que no gritara y otra vez se encontraba sola.
Tratar de convencer al secuestrador le había costado la comida de ese día pero ésto era lo mínimo que había ocasionado haber dicho todo eso, al salir el secuestrador habló de lo que acababa de escuchar con sus otros dos secuaces y para mala fortuna de Victoria lo que habían decidido a partir de eso era mucho peor que lo que ya estaba viviendo.

...