Tras el peor suceso posible, Niall se ve en la encrucijada de tratar de recuperar el amor de Harry
Pero para volver a empezar es necesario a veces olvidar todo, como volver a conocerse otra vez...
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-¡Feliz diecinueve cumpleaños!
Harry se sentó en la cama y sonrió ante la llamada de su madre. Esa noche iba a celebrar su cumpleaños por todo lo alto. No iba a escatimar en diversión, antes de las exigencias de trabajo que iban a ser muchas.
Ese año aparecía aún más lleno e intenso y Take Me Home se consagraba como un trabajo muy bueno.
-Voy a ducharme –dijo – tenemos un almuerzo con los chicos de One Direction y luego de noche la fiesta...
Harry saltó de la cama. Pensaba hacer un borrón, un punto y aparte despierta de esa noche. Harry de diecinueve años iba a ser más fuerte y decidido, a tener menos miedo...
Niall le había enviado un mensaje a las doce de la noche. No lo había visto porque había tomado un alprazolam para dormir.
Respondió con un escueto "gracias" y entró al baño.
Tenía que dejar de llorar, tenía que dejar de estar tan apático.
Esa noche tenía que romper todo el pasado.
Niall estaba con los ojos fijos en Harry durante el almuerzo con los managers.
Al final del almuerzo brindaron con algo de champán y felicitaron a Harry.
-Haré una pequeña fiesta esta noche... -dijo Harry. –todos estáis invitados.
-Iré encantado –dijo entonces Niall levantando la copa hacia él.
Harry bebió un sorbo y la dejó. No, no podía hacerle eso.
Pero lo iba a hacer, por supuesto. Así era él.
-Tienes que acompañarme –dijo Niall pegándose a Louis –no puedes dejarme sólo con Harry.
-No. Harry casi no me habla y la prensa manipularía todo a favor de Larry y yo no voy a pasar por eso de nuevo. Crish no lo merece.
-Joder...
-No vamos a ir al cumpleaños –le dijo Zayn a Harry. Éste estaba distraído hablando con un representante. Se apartó y volvió la atención a Zayn.
-Pero lo prometisteis...
-No podemos, Harry.
-¿Por qué?
-Porque me llevo a Liam a casa y no va a salir de noche.
-No entiendo.
-Ayer salimos y se emborrachó. Por la mañana decía que no quería venir pero ahora mismo vuelve a estar borracho. Y no voy a dejar que duerma un poco y siga la fiesta.
-Mierda. Yo... ¿eso pasa a diario? No sabía.
-No pasaba tan fuerte desde Navidad. Bueno.
-Zayn...
-Un par de veces a la semana –Zayn se abrazó a si mismo –un par de noches a la semana se emborracha hasta tener que llevarle a casa, y yo cuido su bajón y su resaca. Pero no tiene un problema, o sea. Sólo tiene que controlarse, ¿vale?
-Vale.
-Yo puedo cuidar de él. Mañana cuando se le pase la resaca ya hablaré seriamente con él. Quiero decir... todos nos emborrachamos a veces. No es un alcohólico.
-Zayn, tranquilo. Yo no he dicho que lo sea.
-Le gusta beber como a cualquier chico de su edad.
-Claro, Zayn.
-Pero no me gusta que beba a diario. No es necesario, ¿no?
-¿A diario cuánto?
Zayn tembló.
-A diario no se pone ebrio pero después de trabajar siempre bebe. Y unas dos noches por semana bebe mucho. Mucho, Harry. Y tengo miedo.
-Podemos irnos –dijo entonces Liam acercándose a Zayn. Su paso era inseguro y arrastraba las palabras.
-Claro, amor –dijo Zayn ayudándolo a sostenerse.
Porque pensaba ayudar a Liam a sostenerse hasta el último momento. Era su chico y lo iba a cuidar.
Harry acabó de vestirse. Se arregló el cabello. Mierda, se veía genial.
La noche iba a ser inolvidable. Estaba seguro de eso.
Niall revisó su regalo para Harry. Lo guardó en una bolsa y subió al coche que iba a llevarle.
Tenía que volver a enamorar a ese hombre. Como fuese.
En la discoteca donde Harry iba a celebrar había muchísima gente. Joder, la mitad ni eran amigos de verdad.
Bueno, ahora tenía que localizar al objeto de su afecto.
No le veía. Entonces escuchó un barullo y todos se giraron hacia la puerta.
Harry acababa de entrar.
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Era Harry y a la vez no lo era. Esa ropa, ese cabello.
Niall apretó su bolsa de regalo.
Todo el mundo estaba en torno al cumpleañero y le celebraba. Le habían puesto una corona de princesa y le gritaban cosas y le tiraban confetti.
Niall se sintió inseguro, pero no tenía nada que perder.
Absolutamente nada.
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