Tras el peor suceso posible, Niall se ve en la encrucijada de tratar de recuperar el amor de Harry
Pero para volver a empezar es necesario a veces olvidar todo, como volver a conocerse otra vez...
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Harry apenas pudo ver a Taylor. Los mánagers no les permitían interactuar juntos y tras la gala ella se fue a una fiesta en el otro extremo de la ciudad.
Si pudo saludar a las chicas de Little Mix. Niall se llevaba muy bien con ellas pero Harry siempre se había sentido más bien intimidado, aunque esa noche fueron muy amables con él.
Perrie, Liam y Zayn parecían estar a punto de tener una de "esas" noches.
Harry realmente sentía intriga por esa manera de llevar la relación, era algo que el jamás podría hacer pero a ellos les iba muy bien...
-Me acabo de enterar de algo –dijo entonces Liam tirando de su brazo. –Danielle, mi novia ya casi ex novia está con Jade.
Harry miró a Jade y luego a Liam.
-¿Estás seguro?
-Jade acaba de decírmelo.
-Yo... wow, Liam, la verdad es que no tengo palabras.
-Ni yo. Me siento raro con eso. Es decir, yo estoy con Liam y eso pero no lo esperaba.
-No, no tengo palabras porque yo creía que Jade le tiraba onda a Niall. Y lo hacía, pero si ahora está enamorada me alivia mucho...
-¿Entonces si has vuelto con Niall?
-No he dicho eso. Yo... me voy. Recogeré a mi madre e iremos a la fiesta.
Un guardaespaldas se acercó entonces a Harry.
-El señor Horan va en el mismo coche que usted.
Harry se quedó paralizado. No. No, no, no.
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Niall se sentó frente a él. Los cristales se subieron, ahumados y de seguridad.
-A la vuelta irá un coche a por mí –dijo Niall cruzando los brazos.
-Pones esa cara y te basta, me juzgas como si fuese tan fácil y no lo es...
-Harry... basta, no llores.
-¡No es fácil!
Niall se desabrochó el cinturón y se sentó junto a Harry. La limusina avanzaba por las avenidas saturadas de tráfico de la capital británica.
-Lo sé...
Harry levantó la barbilla y le ofreció los labios. Niall pegó su boca a la de Harry, suspirando contra él.
-Cuando suba mi madre...
-Aún no está aquí –dijo Niall, sentándose sobre él. -¿recuerdas cuándo empezamos? ¿Cuándo nos escapamos de aquella fiesta para tocarnos en un coche...?
-No puedo ensuciar mi ropa...
Niall apartó la mirada. El coche avanzaba y frenaba y no sabía cómo solucionar el contratiempo de la suciedad.
Hasta que recordó la toalla que envolvía la cubitera del champán.
-¿Recuerdas aquella fiesta, Harry?
-Robábamos cervezas a los adultos. Nos tocábamos con miedo...
Niall se abrió la cremallera y le abrió la suya. Comenzó a frotarse, jadeando. Harry gimió.
-Aquella vez estabas a un lado, no encima...
-Pero esta vez estoy encima –gimió Niall, su pene erecto pegado al de Harry, ambas pollas palpitantes.
Se movió insoportablemente despacio, y al fin apretó, su cuerpo contra el de Harry, los dos penes, sus frentes y sus labios.
Harry se mordió el labio mientras su pene chorreaba el resultado de su placer sobre la toalla con la que Niall estaba envolviendo ambas vergas. La toalla se empapó con su corrida y la de Niall, que se bajó, nervioso. Estaban cerca de la casa de Harry.
Tiró la toalla a la papelera y se sentó de nuevo en su sitio, con el cinturón de seguridad abrochado.
-Te amo –dijo en un susurro.
El coche fue aminorando la velocidad. Se detuvo. El conductor bajó y abrió la puerta.
-Señora Cox...
-Harry, mi vida, te vi en directo, estabas perfecto... oh... hola, Niall.
Niall tragó saliva.
-Hola, Anne.
Anne se sentó junto a Harry y le besó la mejilla.
-Cariño, pareces cansado... y tienes las mejillas calientes.
Harry sonrió y Anne le sujetó la mano.
El coche reinició la marcha en un silencio absoluto.
