Para mi triste y mala suerte ninguno de mis compañeros de aula vivía por mi nuevo vecindario por lo que todas las mañanas iba sola a clases, excepto cuando estaba cerca del Instituto podía encontrarme con algún amigo, pero esto pasa pocas veces.
Reconocí esa azabache cabellera donde fuera, ¡Era el chico que siempre me ignora! Corrí discretamente y comencé a caminar a su lado.
–¡Oh! –Exclame tratando de aparentar que apenas nos encontramos –Buen día Taeyong, ¿qué tal tu mañana? –Sonreí levemente, cuando el chico se percató de mi presencia me miro de reojo y se apresuró a caminar más rápido. –E-Espera Taeyong... s-sólo quiero hablar contigo... –Trate de caminar a su ritmo.
–¡D-Deja de seguirme! ¡No hables conmigo! –Sentencio con un gran sonrojo en sus mejillas, ¿estará enojado? Sus maños estaban echas un puño y dicho esto se marchó.
''¿No me quite las lagañas de los ojos acaso?'' Susurré para mí misma cuando me abandono así de la nada.
...
Últimamente he agrandado mis amistades dentro y fuera del aula, en mi clase hay un chico muy pero muy simpático, su nombre es Yuta y es japonés.
Me ha contado que también es un amigo cercano de Taeyong y que pronto iniciaran las inscripciones al equipo de futbol del Instituto y muchos de nuestros compañeros se inscribieran en él.
–Espero que puedan pasar la prueba –Aliente palmeando agradablemente su hombro.
Yuta sonrió agradecido, en eso llegaron Seulgi y Wendy mis amigas del curso –son muy amistosas por cierto –.
–¡Hola chicos! –Saludo Wendy sonriendo mientras sus ojos desaparecían.
Yuta se levantó del asiento: –¿Qué tal? Estaré con Taeyong si me necesitan. –
Y desapareció.
[TY]
Acomodo su cabello detrás de la oreja mientras reía con sus amigas, quien sabe de qué estaban hablando; eso era lo de menos, Raehyun se veía tan linda.
De seguro ese cabello lacio castaño era suave y sedoso... incluso podrías pasar sus dedos en él y no se enredaría.
Al menos eso pienso yo.
Su sonrisa con aquellos frenillos y ligas rosadas la hacían parecer tierna, supe que ella odiaba que vieran su sonrisa a causa de sus frenillos, pero yo podía tomarle una foto y tenerla conmigo siempre.
Demonios, ¿Quién me entiende? Esta mañana la rechace sin pudor, quiero que me deje de atraer pero no puedo. ¿Por qué siempre soy así cuando alguien me gusta?
Yuta seguía hablando y hablando pero no entendía de que, yo estaba mirando cada movimiento de Raehyun que no podía centrarme en las palabras de Yuta.
–¡Hey! –Un ardor en mi hombro sentí, Yuta me acababa de dar un puñetazo –Préstame atención, ¿quieres? –El chico japonés rodo sus ojos y se acercó a mi oído –Sabes, he notado como miras a Raehyun... ¿acaso te gusta? –Abrí mis ojos a más no poder ¿se notaba mucho?
–¿Q-Qué? Para nada, es molesta... –Gire mi rostro hacia otra dirección para que Yuta no viera mi notable sonrojo.
–Oh vamos, ¿somos amigos, no? Yo no diré nada y de eso puedes estar seguro. –
Y Taeyong por primera vez supo lo que era una amistad verdadera.