Luego de la promesa que hice con Taeyong, no le he vuelto a ver.
Bueno, no estoy pegada a él los fines de semanas, pero da señales de vida visitando a Yuta o cosas así. Más sin embargo, esta vez no lo hizo; tampoco contesto mi último mensaje y hoy, no ha llegado a las primeras clases.
Taeyong es un verdadero rebelde y cabeza hueca.
—¡Raehyun! —Giré a ver a Hyomi, ella llevaba entre sus brazos libros de la materia, sonreí y ella respondió al saludo. Su casillero estaba a unos del mío por lo cual podíamos conversar.—¿Qué clase tienes ahora?
—Química. —Rechisté mientras cerraba mi casillero de un portazo. Hyomi me miró algo compasiva.
—Inglés, ¿Nos vemos en el receso? —Asentí, nos despedimos y cada una tomamos nuestro camino a nuestras respectivas aulas.
Cuando llegué al aula Yuta estaba en su nuevo celular, embobado como siempre y de seguro viendo episodios de anime.
—Hey, deja eso y pásame la tarea. —Regañé dándole en la cabeza con la punta del libro. El japonés se quejó y lanzó una maldición contra mi persona, estaba a punto de volverle a pegar con más fuerza.
—Casi haces que tiré mi Yutaphone —¿Yuta-qué? ¿acaso le puso nombre a su celular? ¿Qué tan patético es eso?
—¿Qué demonios? ¿Qué clase de nombre es ese? —Me burlé tomando mi estómago por la risa, Yuta se burló con sarcasmo y me miró feo.
—Es su nombre, para cualquier emergencia el Yutaphone es eficiente —Rechistó con orgullo.
—Bien, tomen asiento por favor —El profesor de Química llegó. El señor Kim nunca perdona cuando se trata de tareas y al final no pude copiarla.
—Sabes, me largo. —Me levanté del asiento, Yuta se burló de mi diciendo cosas incoherentes.
—Wow, Raehyun se volvió una chica rebelde. Eso pasa por estar siempre junto a Taeyong. —Le propiné un golpe en el hombro con molestía.
Avisé al profesor que iría al baño, tenia miedo a que se negará, pero increíblemente accedió; con saltitos salí del aula feliz porque me habia salido con la mía.
Más la culpa no tardo en llegar.
Y sabía que si me la pasaba merodeando por los pasillos, algún inspector me llevaría a mi clase y el profesor me retaría.
¿Qué podía hacer en la escuela por una hora? Esconderse en los baños era algo nefasto y aburrido, merodear era peligroso e irme implicaba regresar a la clase del señor Kim a recuperar mi mochila.
Luego de pensarlo un poco decidí ir al baño; no precisamente a esconderme porque, a decir verdad, tenia muchas ganas de orinar.
Hacia frío dentro de los baños, y estaba totalmente vacíos. Ni siquiera el diablo se paraba allí.
Sin más la pregunta de que hacer durante una hora en el instituto volvió; tal vez debía regresar al aula y afrontar las consecuencias por no haber hecho aquella tarea, pero tenia miedo.
Deambulé por ahí, pensando en qué hacer; no quería ir al aula, pero tampoco quería irme a detención de nuevo.
—¡Ya sé! ¿por qué no sé me ocurrió antes? —Dije para mi misma mientras comenzaba a correr hacia la escaleras. ¡Pues claro, que mejor que la azotea!
Avanzaba con cautela, rezando porque ningún maestro o inspector me viese ¡sí pasaba estaría frita! lo único que podía escuchar eran las voces de los profesores en sus clases, ningún alumno estaba fuera de su salón. Por suerte puede llegar a mi destino final, cerré los ojos un momento y una sonrisa se pintó en mis labios por fin aire fres-...
Claro, si no fuese por algo que se interpusó entre mi camino, choqué con algo o alguien y por consecuente reboté hacia atrás, casi caigo por las escaleras si no fuese porque me tomé del barandal de las escaleras.
—¿Raehyun?
—¿Taeyong?
Tanto como él y yo hablamos al unísono, su ceño estaba levemente fruncido y me miraba con un poco de interés. En cambio yo estaba molesta por haberme golpeado con su pecho y ni siquiera disculparse.
Pues claro Raehyun, su pecho se interpusó en tu camino mientras tu brincabas y sonreías como subnormal, claro.
—¿Qué haces aquí? —Preguntó caminando hacía atrás para que yo pudiera avanzar. Lo analicé; llevaba el uniforme completo por primera vez, lo cuál hasta me pareció raro.
—Más bien, ¿Qué haces tú aquí? ¿No entraste a clases y te quedaste aquí, o me equivoco? —Coloqué mis manos en su pecho y le empujé, él no rechistó. Llevaba la mochila en su espalda y podía persibir el olor a cigarrillo emanar de su cuerpo.
Cómo si fuese poco una ola de viento algo fuerte nos atravesó, protegí mi cara con ambos brazos, aunque a pesar de eso sentí mi falda levantarse. Taeyong rió y sacó una cajetilla de cigarros, suavemente colocó uno de ellos entre sus rosados labios y acto seguido lo encendió con un mechero con detalles plateados.
Dió unos pasos y se recargó en el barandal admirando el panorama, dejándome detrás de él.
—Más bien yo debo ser quién pregunté eso, ¿no crees? La excelente alumna Yoon Raehyun escapándose de clases, esas no son cosas que una señorita debería hacer —Contestó después de darle una calada al cigarro, su sarcasmo no me pareció nada gracioso. Le observé girándose y caminar hasta donde yo estaba, fruncí el ceño y agaché un poco más la cabeza sin bajar la guardia. —La señorita se encontró con el lobo feroz —No entendí aquello, pero todas esas preguntas se borraron cuando él dejo escapar todo el humo del cigarrillo de su boca contra mi rostro.
—Ughh, eres un grosero, pensé que éramos amigos. —Tosí, con un brazo despejaba el humo que me rodeaba y con el otro cubría mi nariz para evitar seguir inhalando aquello.
—Vamos, no te enojes —Se burló a carcajadas. A medida que lo insultaba mentalmente caminé decidida a quitarle el cigarro y lanzarlo al vacío.
Conseguí quitarselo, más sin embargo cuando estaba por lanzarlo su delgada, pero fuerte mano tomó con rudeza mi muñeca halándome contra su cuerpo. Mis ojos se abrieron de par en par con sorpresa, con lentitud soltó mi muñeca y pasó ambas manos por mi cintura atráyendome más a él.
Mi cabeza se encontraba entre el hueco de su cuello, apenas y podía recargar mi mentón en su hombro pues era más alto que yo.
Sentí cosquillas y una sensación extraña cuando Taeyong pasó su nariz contra la sensible piel del área de mi cuello, estaba aspirando y en más de una ocasión pude sentir sus labios.
—¿T-Tae-yong...? —Musité, mis mejillas se estaban tornando rosadas.
—Espera, quedémonos así un rato más... por favor —Respondió con una voz profunda. ¿Qué le sucedía? De un momento a otro pasamos a esto, de verdad no entendía a Taeyong, no comprendía que pasaba por su cabeza ni que sentía su corazón.
Segundos después asentí, solté el cigarro y pasé mi mano izquierda por su nuca acariciándo sus cabellos mientras que con la otra estreché su espalda acercándole más a mí anatomía.
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tenía mucho sin actualizar esta historia y me siento emocionada por continuarla, tengo muchas ideas ajsjajsjs💖