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A paso lento me dirigía a casa.
No tenia la más mínima gana de ir, de seguro estaba sola como todos los días. Mamá y sus excusas baratas de trabajo extra ¿qué no se da cuenta que yo en verdad sé que no es eso?
Suspiré ligeramente encogiéndome de hombros, el viento era frío y hoy habia olvidado mi suéter. Traté de conseguir algo de calor corporal haciendo fricción con mis manos contra mis brazos.
Mi mirada estaba contra el suelo, mirando cada paso que daba y los pensamientos en mi mente me abrumaban, tuve un recuerdo pequeño de Hyukjoon riendo, ¿por qué? Sentí mi corazón achicarse y de nuevo las ganas de llorar me invadieron.
Mi amor siempre fue sincero y en un punto de nuestra relación quise pensar que su amor también lo era; jamás pensé que todo era un cruel mentira y sólo me utilizó para ser una más de sus conquistas a la lista.
Dejé de caminar cuando mis zapatos escolares quedaron a centimetros frente a otros, pude reconocerlos al instante. Alcé mi vista y me encontré con Taeyong mirándome con su típica mirada neutra.
Estuvimos separados por unos veinte centimetros, mirándonos mutuamente sin decir palabra alguna, no era necesario pues tampoco sentía incomodidad. Al menos no de mi parte.
—Taeyong... ¿a dónde ibas? —pregunté con una sonrisa, él tragó saliva y dió un paso atrás manteniendo algo de distancia entre nosotros.
—¿Te importa? —Soltó enarcando una ceja y siguió caminando sin antes empujarme con su hombro. Me apreseré a dar la vuelta y tomé su muñeca manteniéndola bien agarrada.
—Ush, algunas veces eres un verdadero maleducado. No te cuesta decirme a dónde fuiste ¿verdad? Entonces dilo. La escuela esta por este lado y tu no vives por esa dirección. —Expliqué algo alterada por sus acciones groseras. Una sonrisa ladina se asomó en los labios de Taeyong y luego se giró quedando de nuevo frente a mí.
—La molesta de Eunji me pidió que la acompañase hasta la parada del bus y cómo buen samaritano que soy lo hice; luego me encontré a la molesta de Raehyun quién comenzó a hacerme un interrogatorio cómo si fuese mi mamá —Se acercó a mi y colocó sus dedos cerca de mi frente, lo que yo no esperaba era que me pegará con ellos, ¡realmente era malo! —Por cierto, ¿cómo sabes por dónde esta mi casa? Además de molesta, aniñada y gritona también eres curiosa. —Dijo cuando se volteó y emprendió de nuevo su camino dejándome atrás.
Con las mejillas rojas al igual que mi frente lo seguí, que me haya llamado así ofendía bastante, ¡yo no era para nada eso que dijo! de verdad él no se cansa de ofender a las demás personas y hacerlas sacar de quicio.
—¡Ay! ¡De verdad eres un altanero! ¡Espera! ¿ahora a dónde vas? —lo seguí a paso apresurado intentado acoplarme a su paso. Me dí cuenta cuán alto era Taeyong, mi cabeza apenas y podía mirar sobre sus hombros, su semblante iba relajado o más bien aburrido. No me sorprendía que él fuese así, tan aguado.
Pude apreciar también el tan claro color de su piel, cómo la nieve que se junta en mi ventana cada invierno. Sus brazos eran muy delgados, en sí su complexión era muy delgada, ¿comerá bien? ¿estará desnutrido? ese tipo de preguntas rondaban en mi mente, tenia tanto por preguntarle y decir, pero él es tan seco y frío que dudo que al menos y contesté una pregunta seriamente.
—¿Qué tanto me ves? —Espetó mirándome de reojo con molestía, chistó cuando giré mi rostro sonrojado al frente. Ay, me descubrió. —No entiendo porque me sigues si no tengo pensado llegar a mi casa —Rechistó con las manos dentro de sus bolsillos.
—Yo tampoco tenia pensado hacer eso, dime ¿a dónde irás? Si no tienes algo importante que hacer podemos ir juntos por un helado, por esta ruta esta mi heladería favorita, ¿qué te parece? Nadie se niega a un helado. —Expliqué con mis manos juntas, mirando con gran devoción al chico, pero este seguía con su mirada oscura al frente sin ninguna emoción en su rostro.
—Creeme que lo que menos me apetece ahora es un helado, será mejor que te vayas a casa pronto aterdecerá y ahora frío, además no pienso acompañarte a casa.
Y aceleró su paso dejándome atrás como una boba.
—Anda, vamos por un helado. Si no puede ir entonces dime la otra cosa importante que tienes por hacer —Rogué intentando a toda costa igualar mi paso con el de él.
—Arrgh, eso es algo que no te incumbe. A ver, si aceptó ese helado, ¿dejarías de molestar un poco? Somos amigos sí, pero los amigos no se hostigan. —Aclaró cruzándose de brazos.
—Hmp, no necesitas aceptar por compromiso, esto no es una cita. —Crucé mis brazos e hice un gesto de molestía.
—Lo último que haría en mi vida sería ir a una cita contigo, anda vamos ya. —Jaló mi brazo y comenzó a caminar con prisa.
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Holaaaa!!!!! que tal? he regresado a darle vida a este fanfic casi muerto :'0
