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8 a.m.
Metí ambas manos en los bolsillos de mi saco negro, el frío era realmente increíble y aquí me encontraba yo fuera de casa esperando a papá. Realmente me sentía emocionada de visitar mi antigua ciudad, desde anoche no podía dejar de pensar en todas las cosas buenas que ocurrieron cuando era niña, amigos de la primaria y navidades llenas de emoción. El claxón del auto de papá sonó y en cuanto salió del carro me lancé a sus brazos, vaya que si lo extrañaba.
—¡Papá te he extrañado bastante! —Me cargó y él comenzó a reír, tan típico de él. Papá besó mi frente.
—¿Lista para el viaje? —Preguntó en tono burlón, pues el sabía que odiaba viajar y esperar. Dos horas sonaban realmente poco, pero para mí era como una tortura y lo único que esperaba era dormir en el auto hasta que llegaramos a Suwon.
Subí en la parte trasera del auto avisándole a papá que dormiría un poco.
Aunque intenté dormir en todas las posiciones y tratando de vaciar mi mente, simplemente era un reto total pues las imágenes de lo sucedido la noche anterior hacían correr su corazón como si de un maratón extremo se tratase. ¿Por qué Taeyong causaba esos sentimientos en mí? ¿Alguna vez me sintí fe la misma manera con Hyukjoon? Aunque realmente me repugnaban sus constantes cambios de amor, ¿era bipolar o qué? Me irritó un poco, pues durante esa noche me había dejado llevar y gracias a la poca cordura que me quedaba logré quitarme de encima al muchacho perveso y huir a casa aún con algunas lágrimas en los ojos.
Ahora mi pecho se encontraba pesado, ojalá esta semana lejos de él pueda aclarar estos fuertes sentimientos que tengo hacía él.
🌸
—¡Hyunnie! ¡Despierta, estamos por llevar! —En menos de lo que canta un gallo ella se encontraba despierta y con la vista pegada a la ventana del auto admirando lo bonita y remodelada que estaba la ciudad, su padre había hecho una buena elección al elegir entrar por el centro de la ciudad, gente por todos lados y la decoración tan única acerca de la navidad le había fascinado.
Ni siquiera pudo hablar de lo impresionada que estaba, no podía esperar por llegar. Ahora que lo pensaba mejor llegaría a dormir en su antigua cama pues se dió cuenta que él auto de papá era algo incómodo.
Por suerte su casa estaba a escasos minutos del centro, su vista se posó en cada rincón del panorama. Realmente su antiguo barrio había cambiado y totalmente todo era distinto comparado con Seúl, cuando su padre estacionó el auto fuera de su casa su corazón latió con una rapidez y la melancolía envolvió su corazón, el aroma era el mismo y por unos segundos sintió la necesidad de llorar.
Afuera se encontraba Minah, su sonrisa espontánea se borró y fue transformada por una sonrisa algo hipócrita, ella se encontraba regando el pasto y sonrió radiantemente al vernos llegar.
—Cariño vamos, saluda a Minah. —Su papá la empujó más en cambio ella ejerció fuerza para evitar a toda costa cerca de Minah, por lo que solamente sonrió débilmente y sacudió su mano.
—Raehyunnie, realmente has crecido. —Hizo una leve reverencia sin borrar aquella bonita sonrisa que envidiaba. —¿Papá te contó que mi hermano pasará la navidad con nosotros? —Raehyun frunció el ceño, ¿su hermano también los acompañará? Sabía que ella tenía un hermano, pero jamás lo conoció o vió en alguna foto por lo que tenía curiosidad de saber como era. —¡Yukhei! —Gritó desde afuera y como si fuera una orden militar el susodicho salió con rapidez hasta posarse a un lado de ella. Un dejavù invadió mi ser, ¿dónde había escuchado ese nombre antes?
Lo miré de arriba a abajo, era bastante alto y por su apariencia pude deducir que tenía la misma edad que yo, su sonrisa era igual de brillante que la de su hermana.
—Él es Yukhei, espero que se lleven bien. —Minah palmeó la espalda de su enorme hermano.
—Raehyun, tenía muchas ganas de volver a verte. —¿Volver a verte? Raehyun frunció el ceño y observó bien el rostro del chico, ¿acaso se habían visto alguna vez? No lo creía posible pues esta era la primera vez que visitaba Suwon después de su mudanza. Lo más probable es que Minah le haya contada sobre ella. —¿No me recuerdas? Vaya... creo que era de esperarse. —Rascó su nuca con vergüenza.
—¿Tú y yo nos conocemos? —Incredula aún, Raehyun no recordaba para nada el rostro del chico.
—Sí, algo así. Estuvimos juntos los primeros años de la primaria, no eramos muy cercanos pues se podría decir que yo no hablaba mucho. —Raehyun aún seguía con su rostro lleno de confusión total. —¿Pastel de arroz? —Enseguida la chica abrió los ojos como platos, ¡por fin lo recordaba! Era aquel niño callado y sin expresiones faciles, que siempre estaba solo ya alejado de todos. La palabra clave de "pastel de arroz" hizo que recordará bastantes cosas que ni siquiera había recordado antes, lo que había sucedido aquel día fue que el chico era llamado así como apodo, y se sintió apenada de sólo recordarlo por ese sobrenombre.
—¿Con qué eras tú? Disculpame por no haberte recordado. —Raehyun se encogió de hombros y Yukhei rio animado.
—Olvídate de eso, en realidad no importa mucho. Es increíble que nos volvamos a ver y ahora soy algo así como tío. —Hizo comillas con los dedos al decir la última frase.
Aunque ella tampoco se lo creía, vaya que el mundo estaba lleno de casualidades y donde menos te las esperas.
🌸
Miró por última vez su teléfono algo resignado. ¿De verdad ella no le había llamado? Tal vez era tarde para darse cuenta de que la trato horrible y encima se portó como una bestia esa noche, pero no podía disculparse pues su orgullo se lo impedía. Taeyong se había hecho la idea de que ella sería la primera en llamarle o siquiera buscarlo.
Ella esta matando tu ego.
Repitió su subconsciente, pero de nuevo se negaba a ignorarlo, ¿de verdad sería capaz de dejar sus nefastas actitudes por una chica? Más de una vez se había abierto con ella y ahora se arrepentía de haberle mostrado una faceta muy clara y secreta de él, pero estaba más que convencido que su amor por Raehyun era inegable.
¿Debería ir a buscarle? Aunque pesara en lo más profundo de su ser, Taeyong iba ir en busca de Raehyun y confesarle todo lo que siente de una buena vez, pues aquella vez que intentó hacerlo apareció la tonta de Eunji a interrumpio su precioso y valioso momento.
Tomó una chaqueta gruesa pues afuera ya estaba nevando, y con su móvil en mano salió en busca de la chica. Su corazón latía a mil por hora, ¿no sería precipitado hacerlo de esta manera? Aunque sinceramente aún no sabía bien que sentía ella por él, ¿Quizá sea correspondido? O tal vez no; pues después de anoche ella debe odiarlo profundamente.
