¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Jueves por la mañana. Hace mucho que no hacía frío como el día de hoy.
En mis oídos resonaba I miss you so bad de IKON, una de mis canciones favoritas. Escondí mi nariz y boca bajó la bufanda roja que tenía puesta y seguí mi camino hacía la secundaria.
No podía dejar de pensar en lo que paso ayer en el salón de pintura con Taeyong digo, no era la primera vez que me abrazaba, pero aquel tono y las palabras que uso me hicieron sentir... algo distinta.
Subí el volumen de la música para sacar esos benditos pensamientos, ¡era imposible! El olor a su colonia e incluso el olor de su shampoo estaba en mi cabeza atorado y de repente sentí unas enormes ganas de verlo.
¿Pero qué demonios estaba pasando en mi mente? Tampoco la canción ayudaba mucho. Retiré mis audifonos lanzándolos al fondo de mi mochila y me enfoqué en los ruidos callejeros. Quizá así mi mente se distraería y dejaría de pensar en Taeyong... sobre todo en las preguntas que me hizo, ¿De verdad no extrañaba a Hyukjoon? Tal vez sólo estoy tratando de convencer a mis pensamientos de que así fuer cuando en realidad mi corazón no es así.
Estaba totalmente confundida...
Estos últimos días había estado al lado de Taeyong y su presencia de había vuelto indispensable.
Sólo te estás aferrando a alguien para no sentirte sola por la traición de Hyukjoon.
No, eso no era cierto... no quería estar sola, pero tampoco utilizaba a Taeyong como algún objeto para olvidar a mi exnovio.
Cuando menos lo pensé ya estaba frente a la institución, mis amigos también estaban allí... también la molesta de Eunji fastidiando a Taeyong tan temprano, mientras que Taeil y Hyomi parecían más íntimos de lo normal, admiraba el brillo con el cual miraba Hyomi cada vez que Taeil hablaba.
—Buenos días Raehyun. —Yuta me recibió con un saludo y se le unieron Mark, Winwin y Ten. Taeyong me miró de pies a cabeza cuando los chicos se me acercaron.
—Buenos días a todos... —Sonreí amablemente. Miré a Taeyong quién al percatarse de ello se volteó prestándole atención a Eunji, está le hablaba de sabe-que-cosa.
Allí esta de nuevo el Taeyong frío y cruel de siempre, bien ahora tenía una razón para dejar de pensar en él, fue muy tonto de mi parte creer que él se volvería dulce o algo después de todo.
Entramos a clases y... ¡Taeyong en ningún momento giró a verme! ¡Ni siquiera cuando estuve mirándolo mal! ¡Nada! En cierta parte me molestaba y a la vez me ponía triste, ¿por qué no me prestaba atención? En el cambio de clases salía a hablar con Eunji y se reían de cualquier cosa.
¿Así que ya no le gusta Hyomi? ¿Ahora le gusta la empalagosa y molesta Eunji? Él mismo dijo que le desagradaba.
Ah, no esperen. Yo le desagrado.
Cuando la hora del receso comenzó todos nos reunimos en una mesa a tomar el desayuno, excepto Taeyong y Eunji. Aunque Eunji nunca es invitada siempre se integra para estar junto a él. Me di cuenta que estaban sentados en otra mesa alejados de nosotros.
¿¡Pero qué demonios!? ¿¡Por qué ni siquiera me habla!? No sé ni siquiera como sentirme con ello, mi paciencia es como una bomba de tiempo la cual explotará muy pronto.
—Oye, Raehyun. No te vendría mal siquiera mascar la comida y comer algo decente. —Jaehyun provocó la risa de los demás y ciertamente, estaba comiendo como si fuese un animal, tenía queso y ketchup embarrada por toda la cara y las verduras de mi hamburguesa estaba escurriéndose por la mesa, incluso ya me había manchado la ropa. Me sonrojé de la pena y limpié un poco mi cara.
—¿Se puede saber que es lo que te sucede? —Ten frunció el ceño y entrecerró los ojos como si estuviese buscando algo sospechoso en mí, tragué saliva y agaché el rostro; negué lentamente y centre mi vista en mi almuerzo. Su mirada dura estaba aún sobre mí y me hacía entorpecer; no sé porque me comportaba así sí no siento nada por Taeyong que no fuesen sentimientos de amistad y aprecio.
—Iré al baño. —Hablé y caminé como un robot, "tonta, tonta, tonta" me regañé mentalmente por mi actitud infantil.
Sólo lavé un poco mis manos y palmeé mi rostro para conseguir despavilarme; estaba actuando como una imbécil. No hablaría con Taeyong lo que resta del día y no me importa nada.
Realmente nada...
—Raehyun.
Dios, Dios, Dios... busca rápido una escapatoria, carbura por el amor a Dios Raehyun.
Avancé sin prestar atención a sus llamados.
—Te estoy hablando. —Haló fuertemente de mi brazo girándome para verle, estaba enfadado y viéndole más de cerca su inflamación de los días anteriores ya había bajado.
Con su fría y fea mirada analizó mi rostro y rechistó, apretó su agarré, pero no podía quejarme. Me había atrapado con su oscura mirada.
—¿Por qué me has estado evitando?
—Yo no... estoy haciendo eso... —Me hice pequeña y me vi forzada a forcejear para que me soltará.
—Claro que sí. No te soltaré hasta que me digas que te pasa. —Con su otra mano libre tomó mi mano suelta. —¿Estás celosa por Eunji, no es así? —Rió con cinismo, mi sangre hirvió por eso.
—¿Celos? ¿Pero de que demonios hablas? ¿Por qué tendría celos de ella? ¿Por estar contigo? Ja, no eres el centro del universo, Taeyong. Déjame en paz. —Forcejeé.
—Vamos sólo dilo, Raehyun. Siempre estás necesitada de atención, no niegues que verme con Eunji te causa celos independientemente de las peleas que has tenido con ella. —Se burló de mí.
—¿Qué te pasa a ti? Suéltame me estás haciendo daño. —Aquello sólo hizo que él aplicará más fuerza y me haló contra él, de nuevo estaba cerca de él; su pecho estaba quizá a 15 centimetros de separación de mi rostro.
¿Pero no era lo que yo quería?
No, no así.
Mi corazón latía rápidamente por la ira y el temor, mi mano dolía mucho y poner esfuerzo para que me soltará no ayudaba mucho, tampoco me rendería.
—Taeyong, suéltame por favor, ¡Me estás lastimando! —Golpeé su pecho con mis manos, se balanceó y me empujó lejos cuando recobró el equilibrio.
Solté un gemido de dolor y miré mi muñeca enrojecida, la acaricié, pude ver cómo Taeyong se tensaba al ver lo que me provoco.
Dió unos pasos, lo miré mal y se detuvo.
—Lárgate, no quiero verte más. No te entiendo para nada, ayer fuiste un cabellero conmigo y ahorate comportas como un idiota. —Mascullé con molestía. Las lágrimillas se estaban juntando en mis ojos, ¡No debes llorar! Me repetía. —Te odio.
Corrí por el pasillo hasta llegar al aula, estaba vacía y me tumbé sobre mi butaca a llorar, no supe si lo hacía por el dolor de mi muñeca o por el comportamiento tan agresivo de Taeyong.