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Durante el receso Eunji se la paso pegada al brazo de Taeyong, este en cambio rechistaba y de quejaba con la chica que no hacia nada más que hablarle de cosas estúpidas con su voz tan chillona e irritante

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Durante el receso Eunji se la paso pegada al brazo de Taeyong, este en cambio rechistaba y de quejaba con la chica que no hacia nada más que hablarle de cosas estúpidas con su voz tan chillona e irritante.

Acerqué la lata de gasesosa a mis labios y me quedé observando a Taeyong con incertidumbre extrema, él estaba con sus pobres intentos de hacer que Eunji por fin lo dejará libre y se consiguiera a alguien más para molestar. ¿De verdad este era el chico que hasta hace unas horas estaba abrazándome rozando lo sexual? Incluso en ese entonces me pareció tierno y apuesto, no cómo ahora; un grosero e insensible.

Pero bueno, así era siempre.

Los demás se encontraban comprando su desayuno en la cafetería mientras yo estaba frente a estos dos.

—¡Oye tú! ¡Deja de comerte con la mirada a mi Taeyonggie! ¡Es mi novio! —Chilló la chiquilla apuntándome con su dedo índice, además tenia unas feas uñas de acrílico. Casi me atraganto con lo que dijo y no esperé más para reclamarle.

—¿Cuál es tu problema? ¡Ni siquiera es tu novio! —Contesté roja de la ira.

Taeyong me miró extrañado por mi comportamiento, solté un bufido y concentre mi vista en otras cosas hasta que los chicos comenzaron a llegar.

—¿Qué no desayunarás? —Preguntó Hyomi negué y bebí de mi bebida con parsimonia.

—No tengo hambre. —Alcé los hombros restándole importancia.

Los demás comenzaron a comer sin compasión, cómo si tuviesen una semana sin haber probado un bocado. Los chicos sí que podían ser repugnantes, Hyukjoon en cambio comía con paciencia y ni siquiera comía demasiado.

Esperen... ¿por qué estoy pensando en ese cretino?

Escuchar los gritos más los chillidos de Eunji hacían que mi cabeza retumbará de dolor. En cuando terminé mi bebida me levanté y me despedí de los chicos diciendo que tenía asuntos pendientes.

Corrí por los pasillos sin dirección alguna, subí escaleras y llegué de nuevo a la azotea, el viento era de igual de fuerte que en la mañana aunque esta vez procuré colocar mis manos en la parte delantera de mi falda para que no se levantara.

Me recargué sobre el barandal y observé a mi alrededor; millones de edificios y casas, todo parecía tan tranquilo y sereno para ser medio día.

—Vaya, que linda vista —Escuché decir a alguien detrás de mí, miré por encima de mi hombro encontrándome a Taeyong sonriendo como un raro.

Para luego darme cuenta de la parte trasera de mi falda estaba volando.

En menos de un segundo mi rostro se volvió un tomate y con rapidez se dí vuelta cubriendo mis partes íntimas.

—Te he estado buscando —Suspiró, se acercó a mi estirando una bolsa de plástico rosada, por lo tanto no podía ver que había dentro.

—¿Es para mí? ¿qué es? —Mis ojos brillaron y mi voz adquirió un tono tierno casi sin querer, Taeyong me entregó la bolsa y no esperé más para abrirla. —¿Leche y... una dona? —Tome el cartoncito de leche examinándolo y después a la dona con glaseado rosa y chispas de chocolates. —¿Quién me dió esto? ¿tú? —Levanté la vista, mis mejillas estaban algo rosadas y cuando miré a Taeyong, él estaba peor que yo o igual que yo. Le observé pasar saliva con dificultad y luego se apartó unos centimetros de mí.

—S-Sí... debes desayunar, sólo lo hice por eso... —Tosió volteándose para no lo mirará.

Pero a pesar de su respuesta, eso no me pareció tan convincente cómo él esperaba.

—¿De verdad? ¿No hay otra razón? —Me acerqué más a él.

—¡C-Claro que no, tonta! Eso hacen los amigos, ¿no? —Rechistó y me desanimé sin razón al escuchar eso.

Musité un leve "Ya veo", Taeyong se recargó en una pared y levantó la mirada al cielo, se quedó callado por varios minutos y por alguna razón sentí el ambiente más pesado e incómodo.

—¿Qué paso con Eunji? —Fue lo que me atreví a preguntar, él cerró sus ojos y seguido de un bufido contesto de mala gana.

—Por suerte la perdí por ahí, menos mal no quería que vinierá hasta acá.

"¿Por qué?" Tenía muchas ganas de preguntarle aquello, pero él era tan grosero conmigo que se la pasaría hablando con sarcasmo. Por lo que retuve mis ganas. Ahora lo que tenia en mente era comer aquello que con tanto esfuerzo hizo en traérmelo.

—Toma. —Le extendí la mitad de la dona.

—Estoy bien, cómela tú. —Aunque él se negó, dejé extendido el pedazo y cuando Taeyong me miró yo le respondí con una de odio.

Al final terminó aceptándola, yo por mi parte me senté al lado de sus piernas. Sabía que este era el lugar favorito de Taeyong para fumar, pero esta vez no lo estaba haciendo.

Todo estaba en silencio; lo único que se podía escuchar era el viento pasar entre nosotros, nada más.

—Por cierto, gracias —Me levanté sacudiendo mi falda, Taeyong me miró expectante y lentamente asintió. —Pronto van a empezar las clases, será mejor que nos marchemos de aquí —Caminé hasta las escaleras y un chillido me hizó saltar asustada.

—Raehyun... —Encontré a Eunji mirándome con rabia, sus dientes estaban apretados al igual que sus puños. Me relajé al ver que no era nadie más. —¡Qué haces con mi novio! ¡A solas! —Esto último gritó bastante molesta, su grito resonó tanto que los pájaritos se asustaron.

—Eunji ya te he dicho que no somos novios, entiéndelo —Suspiró con cansancio, lo miré ponerse a mi lado y supongo que eso molesto más a Eunji.

Con un movimiento rápido la chica más pequeña tomó la muñeca de Taeyong y lo haló consigo; llevándoselo con ella. Me quedé pasmada ante tal acción.

—¡O-Oye! ¡Él vinó conmigo! —Le grité, pero se hizo la de oídos sordos, lo supe por su miraba soberba.

"Desgraciada". Pensé.

Lonely Love ➻ L. TaeyongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora