Capítulo 15: El último conflicto

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Tres aviones de Overwatch sobrevolaban la Antártida. En cada una de las naves, un soldado utilizaba un dispositivo creado por Torbjörn, el cual servía para encontrar fuertes señales mecánicas, es decir, para encontrar las fábricas Omniums.
En el valyur, Torbjörn sujetaba el dispositivo y jugueteaba con unos mandos.

—Noto una fuerte señal al este, jovencita —dijo Torbjörn dirigiéndose a la piloto.

—¡Entendido! —Claire pilotó a esa dirección.

Todos los agentes se encontraban heridos y agotados. Sus ropas ensuciadas y descosidas.
Gabriel se mantuvo en silencio todo el tiempo. Mirando a la nada, pensando en sus cosas.
Héctor Powell preparaba nuevas municiones.

—Bueno, ya sabéis lo que tenemos que hacer, encontrar los núcleos de fusión y desactivarlos.

—Oh, cállate Jack —le gritó Gabriel.

—¿Y a ti qué te pasa? —le contestó Jack.

Gabriel siguió en silencio. Jack y Torbjörn cruzaron miradas perplejas.

—¡La señal es más fuerte aquí! —el artefacto empezó a pitar—. Un momento...

Las nieves comenzaron a temblar y a crear sonidos mecánicos, algo estaba emergiendo del suelo.

—¡Estamos justo encima del Omnium! —gritó el enano.

En tan solo unos segundos, ya surgió una gran base, rodeadas de enormes armas congeladas, pero que ellas mismas, al realizar un movimiento, rompieron el hielo que las cubría. Tras esto, empezaron a disparar y a lanzar unos misiles teledirigidos a las naves de Overwatch.

—¡Nos disparan! ¡Agarraos! —los agentes sostenían con firmeza los cinturones de seguridad.

Claire aceleró para evitar los cohetes.

—¡A todas las unidades, son misiles teledirigidos! NO PARARAN HASTA QUE IMPACTEN!

Una de las armas alcanzó a una de las naves, destruyéndola en mil pedazos.

—¡Mierda!

Claire bajó el avión lo más cerca posible sobre el suelo, logrando que algún misil impactase contra él. Luego, volvió a elevar la nave con dificultad.

—Hay una llamada entrante —dijo Powell encendiendo un dispositivo de su cinturón.

La voz de O.Z.I.N.U.X surgió de él:

—Incompetentes agentes de Overwatch, cuantos dolores de circuitos me habéis provocado. Ya es hora de que muráis. Espero que ardáis junto al mundo que intentasteis proteger. Os aconsejo que dejéis ser impactados con uno de esos misiles y vuestra muerte será rápida e indolora. Os deseo suerte, héroes, la necesitaréis.

Powell lanzó el dispositivo con rabia.

Claire tuvo que voltear completamente el Valyur para poder esquivar un misil.

Uno de los cohetes alcanzó a otra nave de Overwatch.

—¡Nos quedamos sin soldados, estamos solos!

—¿Qué vamos a hacer?

—Lo único que se me ocurre es estamparnos contra la base —dijo Torbjörn.

—¡¿Has perdido el juicio?! —le contestó Gabriel.

—Escuchad, puedo activar un escudo protector. Mi plan es posicionarnos todos en la parte más atrás de esta sala y, ahí pongo el escudo.

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