Ana se levantó y lo primero que hizo fue ir al baño y asearse.
Cuando se estaba limpiando la cara, observó como la edad le afectaba. Su cabello ya no era negro, sino grisáceo. El tatuaje de su ojo izquierdo, el ojo de Horus, ya se notaba un poco rugoso, debido a sus pocas pero próximas arrugas. Se lo tatuó porque sus compañeros del ejercito Egipcio, le solían llamar "Horus" en el combate.
La mujer se tocó con delicadeza la pupila izquierda, activando el mecanismo de su ojo cibernético. Ana se lo extrajo con facilidad y lo limpió con unas herramientas especializadas, luego se lo volvió a insertar.
Cuando era joven, le parecía una higiene repugnante de hacer pero con los años ya se había acostumbrado. Aquel ojo lo perdió a los veinte años, cuando recibió un disparo mientras luchaba en el ejercito Egipcio.
Pero eso ya era agua pasada, ahora era la Capitana de Overwatch y debía centrarse en él.
La organización no estaba pasando por un buen momento, hace pocos días, hubo un incidente en Egipto, relacionado con Blackwatch, cosa que hizo que toda la compañía se suspendiera temporalmente. La gente empezaba a odiar a Overwatch en vez de amarlo...
Ana simplemente dejó de pensar en las cosas negativas que ocurrían en el mundo que siempre intentaba proteger y se vistió.
¡PUM! ¡PUM! ¡PUM!
La hija de Ana, Fareeha Amari, no había fallado ni un disparo con el Revólver. Ya había crecido y era una hermosa joven, dispuesta a alistarse en Overwatch, cosa que a Ana, nunca le hizo ninguna ilusión.
—¡Cómo se nota que eres hija de Ana Amari! ¡Menuda puntería! —dijo un chico que la observaba.
Aquel chico, se llamaba Singh, y era el actual novio de la joven. Él ya trabajaba en el equipo Bravo de Overwatch.
—¡Qué bien manejas las armas! —le dijo mientras le abrazaba y le sonreía de forma coqueta.
—¡Singh, qué te veo! —le sorprendió Ana, entrando al centro de entrenamiento.
Singh soltó rápidamente a la joven y realizó el saludo militar.
—S-Sí, Capitana Amari.
Ana se rió.
—Es broma, joven tonto. ¿Qué hacéis aquí aparte de coquetear? —se burló Ana.
—Estamos entrenando, madre —respondió Fareeha.
—Ya veo —respondió Ana, sin quitar el ojo a los agujeros de bala que se hallaban en el centro de la diana.
Fareeha sabía en que estaba pensando su madre y esperaba lo que dijo a continuación:
—¡¿De verdad te vas a alistar en Overwatch?! —preguntó Ana, aunque sabía la respuesta.
—¡Ouugh! Mamá, siempre igual. Claro que lo haré.
Singh se sentó.
—Cariño, ya sabes que no quiero y que lo hago por tu bien. Es muy peligroso y no quiero perderte.
—Madre, ya soy mayor de edad.
—Sé que todas esas aventuras que te contó Reinhardt parecen divertidas, pero no lo son. La guerra es una mierda. Tienes que soportar como mueren tus compañeros y tienes que matar a otras personas. O matas o te matan, así es de dura, fijate.
—¡Ah! Entonces, ¿Por qué te apuntaste tú? Eres una completa asesina hipócrita.
Esas palabras dañaron a Ana y hubo un silencio. Fareeha sabía que había cometido un error, pero su enfado la cegó.
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Overwatch | La Novela
FanfictionHace treinta años, cuando el mundo estaba a punto de sumirse en la anarquía, surgió la esperanza. Un escuadrón internacional de élite, decidido a acabar con la guerra y devolver la libertad a todas las naciones, Overwatch. Soldados, científicos, av...