Capítulo 1: El acelerador cronal

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Un mes antes de lo sucedido en la torre Lijiang... 

Londres| King's Row | 10: 12 am

Tracer corría lo más rápido que podía entre la multitud de personas y omnicos. Era una joven de 26 años. Su corto cabello color castaño, se meneaba con el viento. Vestía con ropa de deporte. En su pecho, tenía alguna especie de artefacto redondo y tecnológico enganchado, que no paraba de pitar y parpadear.

  «Maldita sea, que tonta he sido», pensó Tracer. «Menos mal, que Winston está en casa».

—¡¡¡AYUDA!!!  —gritó una mujer—, ¡Me ha robado el bolso!

«Oh no... tengo que ayudarla», pensó Tracer mientras activó su artefacto del pecho y comenzó a trasladarse en saltos y a una velocidad extrema, es decir, teletransportándose a unas distancias cortas.

Subió a un edificio y observó entre la multitud al ladrón.

¡Ahí estás! dijo con una voz muy aguda y divertida.

Tracer comenzó a trasladarse de un edificio a otro, acercándose cada vez más al ladrón. Este se percató de que la joven estaba por encima de él demasiado tarde, ella había caído en su espalda, tirándolo al suelo, soltando el bolso.

La chica lo recogió y dijo:

—Está mal robar, ¿no te lo habían dicho, cielo? 

—¡Devuélvemelo! —dijo el ladrón, enseñando un arma nada más levantarse.

Tracer le sonrió y con una simple traslación se colocó a su espalda y lo noqueó.

—Aquí tiene, señora —dijo Tracer entregando el bolso a su dueña.

—Muchas gracias jovencita dijo la mujer. 

Tracer se dio cuenta de que la mujer no era una humana, sino una omnica, es decir, una androide con inteligencia y sentimientos y seguramente con familia.

—¡De nada! le respondió Tracer con una sonrisa.

La intensidad de sonido y parpadeo del artefacto aumentó.

—Oh no... Me tengo que ir, ¡adiós! 

Tracer se alejó con unas cuantas traslaciones más y luego continuó corriendo como una persona normal.


Winston se hallaba temporalmente en casa de Tracer y Emily, su pareja.

Winston era un gorila súper inteligente y modificado genéticamente, un científico espectacular y un defensor de la humanidad. Tenía una armadura blanca cubriendo su cuerpo y unas graciosas gafas.

Fue él, quien salvó a Tracer de la muerte hace años:

Tracer fue la persona más joven en ser aceptada en el programa de vuelos experimentales de Overwatch. Era conocida por su pericia como piloto, por lo que la eligieron personalmente para probar el prototipo de un caza capaz de teletransportarse, La Estela.                                             

Sin embargo, durante su primer vuelo, la matriz de teletransporte falló y el caza desapareció. Tracer fue dada por muerta. Reapareció meses después, pero la experiencia la había cambiado por completo: sus moléculas ya no estaban sincronizadas con el paso del tiempo. Padecía de "disociación cronal"; era un fantasma viviente que desaparecía durante horas o días, y, cuando estaba presente, ni siquiera era capaz de mantener una forma física. Los médicos y científicos de Overwatch estaban perplejos. El caso de Tracer parecía no tener solución hasta que Winston diseñó el "acelerador cronal", un dispositivo capaz de anclar a Tracer en el presente. También le permitía controlar el tiempo, de forma que pudiera acelerarlo o ralentizarlo a voluntad. Gracias a sus nuevas habilidades, se convirtió en una de las agentes más efectivas de Overwatch. Desde la disolución de Overwatch, Tracer ha seguido ayudando al inocente y haciendo justicia allá donde se presenta la oportunidad.

Winston estaba toqueteando uno de los aceleradores cronales que Tracer guardaba en casa.

DING, DOONG, llamaron a la puerta.

  —Ya voy yo —dijo Emily, una joven pelirroja de la edad de Tracer, era la única que la llamaba por su nombre real, Lena Oxton. Ambas se conocieron en una fiesta de discoteca, fue un flechazo. 

Emily abrió la puerta y Tracer entró escopeteada y fue directa a Winston que se hallaba en el comedor.

  —¡Winston! Te ne...

—Ya lo sé, se te ha olvidado cambiar el acelerador cronal y está apunto de acabarsele la batería. Ya te he preparado este, a ver, ven.

Tracer se sentó en el sofá, y Winston que era enorme a su lado, comenzó a girar el artefacto del pecho de Tracer hacía la derecha.

  —¡Ah, lo siento cariño! ¡Hola! —dijo Tracer mirando a Emily.

—No te preocupes, despistada mía —rio y se metió en la cocina, de la que emergía un gustoso olor a sopa de cebolla.

Tras tres giros, el acelerador se soltó de su pecho, Winston lo cogió y colocó el nuevo, haciéndolo girar a la izquierda.  

  —Mmm, que bien huele —dijo Tracer.

—Ya veremos como está de bueno, ya sabes que no controlo la sal —dijo Emily desde la cocina.

—Ahora voy yo —le respondió Tracer.

—Ya está, querida —dijo Winston.

—Gracias Winston, sino fuera por ti, ya estaría perdida en el espacio tiempo.

—De nada, sabes Tracer, ahora me pondré a reparar este desgastado acelerador y le voy a incluir una mejora.

—¿Cuál?

—Siempre que tengas un acelerador cronal cerca y este cargado, puedes estar sin él, enganchado en tu cuerpo. 

—¡¿En serio?! —gritó Emily desde la cocina.

  —¡Qué pasada! —Tracer abrazó al gorila, su mejor amigo.

—Ja,ja, ese que llevas puesto, ya tiene la nueva función, pero llévalo de momento hasta que tenga otro acelerador listo, ¿de acuerdo? 

  —¡Entendido! 

Pasados unos minutos, los tres comenzaron a comer y pusieron la televisión.

  —ÚLTIMAS NOTICIAS, EL CRIMINAL JESSE McCree HA ATACADO UN HIPERTREN —se escuchó.

  —¡¿McCree?! —escupieron a la vez Winston y Tracer.

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