Gabrielle Adawe había orquestado un acto benéfico para la recolecta de dinero u otras donaciones. Desde hacía años, su objetivo era el de mejorar la relación entre humanos y robots. Ella fue una de las principales productoras en la creación de Overwatch. Siempre, estaba dispuesta a ayudar.
Se seleccionó un lujoso museo para la recolecta. Los presentes era gente muy poderosa, y de distintas razas (incluyendo ómnicos). Todos adinerados y bien vestidos. Con copas de alcohol entre las manos, atendían el bonito mensaje que Adawe expresaba en el escenario.
—Y de verdad, os agradezco que estéis todos aquí. Agradezco todas vuestras donaciones. Juntos, haremos un futuro mejor. Mondatta estaría muy feliz... Muchas gracias... —Adawe se secó las lágrimas de los ojos y continuó—: Unión, prosperidad...
Una anciana de cabello largo y blanco, de vestido azul, y con el ojo izquierdo, tatuado como si fuera el ojo del Dios: Horus; atendía a su amiga del pasado.
Un hombre corpulento de traje blanco, se acercó a la mujer. Y sin quitar la atención de Adawe, le dijo:
—Capitana Amari, es un placer conocerla —tomó un sorbo de su copa.
La anciana tampoco lo miró, y bebió igualmente.
—Akande Ogundimu, el tercer Doomfist —dijo la anciana tras tragar.
—Y el definitivo —aclaró el hombre.
Hubo un silencio.
—Usted era una señal de esperanza y protección para sus aliados. Una completa heroína en el pasado. Y ahora, se ha convertido en una ladrona entrometida.
Finalmente, ambos intercambiaron miradas. Ana le sonrió.
—Sabe... —anunció Ogundimu, terminándose el contenido de su copa—. Me hubiera gustado conocerla en el pasado, y así, poder acabar con usted, con mis propias manos.
Ana también terminó su copa y le contestó:
—¿Y por qué no lo intenta ahora?
La anciana realizó una patada baja, tirando al hombre al suelo. Posteriormente huyó de la zona.
De repente, el recinto empezó a convertirse en una lluvia de balas. Talon hizo aparición.
La gente se tiró al suelo, gritando de terror.
Los terroristas disparaban contra el escenario donde Adawe se hallaba, pero alguien la apartó previamente y la puso a cubierto: Soldado 76.
Ogundimu gruñó y se levantó, alzando el puño con fuerza. Rápidamente, un objeto dorado voló hasta él, derribando a cualquier ser que se interpusiera en su camino. El guantelete del Doomfist, se incorporó en su brazo derecho.
—No se mueva de aquí —ordenó Soldado 76 a la mujer.
Soldado 76 empezó a disparar contra los guardias de Talon. Mientras observaba por el rabillo del ojo como Doomfist se le acercaba con tranquilidad.
—¡Adawe, cuando le diga, corra hasta las escaleras que llevan a la zona de aparcamiento!
Adawe asintió con la cabeza, mientras pegaba la espalda a una columna.
Doomfist ignoró a Soldado 76 y se dirigió directamente hacia Adawe.
Soldado activó un modo de auto-apuntado automático en el visor de su máscara, y eliminó rápidamente a los enemigos que le atacaban. Posteriormente, lanzó tres cohetes hélice del modo secundario de su ametralladora de pulsos, contra Doomfist.
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Overwatch | La Novela
FanfictionHace treinta años, cuando el mundo estaba a punto de sumirse en la anarquía, surgió la esperanza. Un escuadrón internacional de élite, decidido a acabar con la guerra y devolver la libertad a todas las naciones, Overwatch. Soldados, científicos, av...