Capítulo 33: Autómata de asedio E54

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El sonido de los pajaritos atravesaba todo el verdoso bosque. Los arboles eran inmensos. El olor a la madera y a las flores, invadía toda la zona.

Un pajarito de color amarillo, paseaba por el bosquecillo.

Llegó hasta donde había construido su nido la noche anterior. Era un artefacto extraño y metálico, invadido por enredaderas y raíces.

Desde ayer, el pajarito tenía curiosidad por aquél extraño artefacto, así que, decidió dar un par de picotazos.

El retumbo del metal hizo caer partes del reseco musgo.

De repente, el pajarito escuchó un sonido eléctrico y al momento, el metal empezó a moverse con dificultad, despegándose de sus ataduras.

Aquél metal resultó ser una unidad autómata de asedio de SST Laboratories, comúnmente llamado "Bastion", utilizado en la crisis ómnica. Había despertado después de tantos años de estar inactivo. Se suponía que con la destrucción de OZINUX, sus procesadores no funcionaban solos... ¿Pero por qué había despertado?

El robot comprobó su cuerpo, sus armas, la zona... Fijó su visión en el pajarito, este lo miraba desde un árbol, con una inocencia solemne.

En la visión del ómnico apareció un mapa y un objetivo señalado. Sin saber el porqué, Bastion arrancó su caminata hasta el objetivo. Le llevaría días...

Durante el largo camino vio montones de animales: un ciervo, peces, conejos, orugas, mariposas... Bastion se sentía identificado con ellos, eran seres inocentes como él. El pajarito lo estaba acompañando todo el tiempo, parecían haberse gustado y ahora eran amigos inseparables. Ninguno sabía el porqué, pero no importaba.

El pajarito siguió construyendo su nido en el hombro del robot, incluso este le ofreció ramitas que encontraba por el suelo.

Una noche, llovió. Bastion quedó maravillado con ese evento. Colocó la mano bajo la lluvia, para ver con detalle aquellas gotas. El pajarito bebió de su mano.

El robot estaba encantado con la paz de la naturaleza hasta que de repente, escuchó un tremendo ruido que le alertó. Después de tantos días de armonía, por primera vez, notó una amenaza.

Bastion utilizó su habilidad de reconfiguración y se transformó en una ametralladora de asalto, disparando en 360 grados. El pajarito se asustó y se apartó de él.

A los segundos, volvió a su forma original (humanoide) y contempló lo que acababa de hacer. Todo lo que él amaba: los árboles, las plantas, su buen olor, su amigo volador... ya no estaban con él. El nido de su hombro se había caído y estaba destrozado, como una amplia zona del bosque...

Aunque las unidades de asedio no sentían emociones, y menos con el control de OZINUX, Bastion sintió tristeza. Se arrepintió de haberlo hecho...

El buen olor de las plantas había sido sustituido por el terrible olor de la pólvora.

Bastion, dolido, decidió continuar su caminata, pues ya estaba cerca de su misterioso objetivo.

Al poco, llegó a un terreno plano, cubierto por enormes hierbas. A lo lejos, se apreciaba su objetivo, una pequeña ciudad...

Bastion no quería abandonar el bosque. Miró hacia atrás para verlo por última vez y cuando volvió la cabeza para seguir, chocó contra algo metálico que había en el suelo. Para su sorpresa, era otra unidad Bastion, destrozada.

El robot transformó su brazo en una especie de enchufe y lo clavó en la cabeza del destrozado ómnico, para intentar leer su memoria.

Repentinamente, en la vista de Bastion, apareció ese mismo terreno pero en un estado apocalíptico, lleno de fuego y cadáveres.

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