Capítulo 16: Cambios

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Las luces de los ómmicos empezaban a apagarse. Sus movimientos crujían hasta detenerse por completo.
En algún lugar de la Tierra, una madre sostenía a sus dos hijos, estaba contra la pared porque dos ómmicos iban a asesinar a la familia, pero no, se apagaron.
En todo el mundo, en cada minúsculo rincón, los ómnicos se desactivaban.
En el Omnium, los soldados no podían creerlo, los robots que tenían delante estaban inmoviles. Un soldado empujó a uno y el robot cayó en seco.
Todos aplaudieron, se abrazaron y algunas parejas de soldados se besaron.

Los agentes se abrazaron entre sí.

—¡Lo logramos!

Torbjörn extrajo una cerveza enlatada de su traje, pegó un trago y se la ofreció a Thompson, que no lo dudó ni un segundo.

—¿En serio tenías una cerveza en tu traje? En ese hueco podría caber un escudo o algo —le riñó Ana.

—¿Escudo? Un escudo no te da la felicidad.

El equipo rió.

De repente, entró Gabriel con dificultad, apoyándose en la pared.

Jack fue a por él y al estar cerca suya, le tundió un puñetazo tirándolo al suelo.

—¡Que sea la última vez, que trabajas solo! ¡Somos un equipo, maldita sea! —Jack ayudó a levantarlo.

La crisis ómnica finalizó ese día. Los robots que no tenían incorporado el chip de control de O.Z.I.N.U.X, seguían activos y aunque eran buenos, la sociedad los repugnaba. Las naciones unidas obligaron a que cada ómnico sea registrado en un acta. Debían aceptar unas normas abusivas...

Jack dijo que no permitiría eso, que ellos no tenían la culpa. La sociedad estaba cometiendo, por decirlo de alguna manera, racismo.

En la Omnium de la Antártida se encontraron pruebas que imputaban a Talon y su relación con O.Z.I.N.U.X. Por lo que, la mayor parte de los terroristas fueron arrestados y llevados ante la justicia. Lo malo, es que el cuerpo de Rose Cox, nunca fue encontrado... Pero al menos, su candidatura para la presidencia de los Estados Unidos fue suspendida.

En cuanto a Overwatch, hubo unos grandes cambios. Se efectuó una celebración y recompensa para la organización. Se nombraron nuevos miembros y se realizaron cambios.

En el escenario se hallaban el nuevo presidente de los Estados Unidos, Ismael Petras, el cual pocas veces se dejaba ver... y un ómnico trajeado, presidente de una rama política relacionada con los ómnicos (aunque decían que era un corrupto). Desde ahí, llamaban a los agentes para entregarles los premios.

En el público, se ubicaban: el inspector de Overwatch, Alexis Sadler. Una de las principales creadoras de la organización, Gabrielle Adawe.

Enfrente del atril, se encontraban todos los miembros del equipo alfa, firmes, esperando para que se le entregase una medalla.

Una mujer fue pasando por cada uno de los miembros. Cogiendo de un cojín, la medalla con el logotipo de Overwatch grabado, y colocándoselo al héroe.

—Richard Thompson —dijo el presidente desde el micrófono—, por su positividad en el equipo.

—Claire Russell por su amabilidad y su gran desempeño con las armas blancas.

—Gabriel Reyes, por capitanear al equipo.

—Reinhardt Wilhelm, por su gran entusiasmo en las batallas.

—Torbjörn Lindholm, por su magnífica habilidad con la ingeniería. Sin él, no estariamos aquí.

—Ana Amari, por proteger y apoyar a su equipo.

—Jack Morrison, por llevar al equipo a la victoria y demostrar ser un líder nato... No solo le otorgamos la medalla de honor, sino que también, le nombramos principal comandante de Overwatch y le hemos construido una estatua en su honor.

En una pantalla del proyector apareció una enorme de estatua de piedra, de Jack Morrison.

La gente aplaudió y aclamó a Jack.
Todos exceptuando a Gabriel Reyes, pues le habían sustituido en el puesto.
Sus ojos solo podían mostrar odio y Ana que estaba enfrente suya, lo vio.

—Enhorabuena Jack Morrison. La estatua se ubica en la base de Overwatch, en Suiza. Desde ahora será la base principal. Jack, por favor, sube y otorganos unas palabras.

El hombre subió al escenario y empezó su discurso:

—Gracias, gracias a todos, de verdad. Es un honor para mí, ser el nuevo líder de Overwatch y tener una estatua propia. Ojalá mis padres estuvieran con vida para verlo. Viví y trabajé con ellos en una granja que teníamos, durante toda mi juventud. Pero luego decidí alistarme en el ejercito para defender a mi patria.
Dedico estos premios a mis padres, a todos mis amigos, a los soldados caídos: Powell, Markus... A todos...
Muchas gracias.

Jack se bajó del escenario.

—Bien, Gabriel Reyes, no te preocupes, tu cargo de líder será llevado a otro departamento. Pronto se te informará. En cuanto a los demás, Ana amari, desde hoy, vas a ser la segunda al mando. Por último, Reinhardt Wilhelm, serás el teniente del equipo Alfa y Beta.

Entre el público se esbozaron murmullos:

—¿Wilhelm como teniente? Si está chiflado.

—Sí, desde que tuvo su incidente en Eichenwalde, perdió el juizo, al menos eso he oído.

—¿Qué le ocurrió allí?

—Nadie lo sabe, pero acabó con las neuronas fritas.

—¡A ver! ¡Silencio en la sala! —gritó el presidente—. Reinhardt es un soldado fascinante y lo que le ocurrió en su última misión, no les concierne. Así que, si tienen alguna protesta, díganlo ahora o cállense para siempre.

Hubo un inmenso silencio.

-Bien, continuemos.

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